"We spend a lot of money in visuals for music. Our videos are not works of art. They are promotional tools used to make money"
Thom Yorke
El principal enemigo de la cultura y la generación de nuevas expresiones artísticas es precisamente la industria corporativa que supuestamente la representa y distribuye.
Resulta muy dificil generar creaciones artísticas novedosas en un mundo en el cual se privilegian productos pseudoartísticos cuidadosamente diseñados para ser un potencial objeto de consumo masivo.
Todas aquellas obras artísticas que no se consideran convencionales o no encajan con el patrón que determinan los miembros de las industrias corporativas que comercializan, distribuyen y promocionan las nuevas obras musicales, literarias o visuales dificilmente son exhibidas.
La industria discográfica y los medios masivos de comunicación en general son empresas y como tal priorizan el potencial de consumo de una obra artística a su posible valor y calidad.
En un mundo en el cual las grandes empresas corporativas tienen como única prioridad el obtener el mayor número de ganancias económicas, las expresiones artísticas genuinas -que generalmente no son convencionales ni encajan en el canon mayoritario- se encuentran constantemente en riesgo de extinción.
La culpa de esta situación es compartida por igual por las grandes industrias que comercializan las nuevas expresiones artísticas y el público que consume sus obras y se conforma con productos de dudosa o nula calidad.
Ninguna obra es alentada, promocionada o distribuida si corre el riesgo de "no gustar". De esta forma, un reducidisimo grupo de personas posicionadas en las grandes corporaciones pretenden convertirse en los jueces que determinen lo que el total de la población debe ver o escuchar.