Friday, May 31, 2013

Tortura. El Manual Kubark, Guantánamo y la Escuela de las Américas.


"El aislamiento tanto físico como psicológico debe mantenerse desde el momento de la captura. La desorientación disminuye la capacidad de resistencia. Los prisioneros deben mantener silencio en todo momento. Jamás se les debe  permitir hablar unos con otros"

- Fragmentos desclasificados del Manual Kubark de la CIA -

"No podías hablar con nadie. No podías hacer nada. Ni siquiera ponerte de pie. Estando ahí piensas todo el tiempo: ¿Que esta pasando? ¿ Que estoy haciendo aqui? ¿Donde estoy? ¿Nos quedaremos aqui por siempre? ¿Regresaremos alguna vez a casa? ¿Volveremos a  ver a nuestras familias otra vez?

Asi Iqbal

- Preso en Guantánamo por dos años antes de ser liberado sin que se le levantara cargo alguno -

"Lo único que sabemos con certeza es que se trata de malas personas"

George W. Bush
- Declaración emitida al ser cuestionado acerca de los detenidos en la prisión de Guantanamo -

 

Según la información que se ha filtrado a la prensa internacional, de los 779 detenidos en la trístemente célebre prisión en la bahía de Guantánamo, Cuba durante la llamada "Guerra contra el terrorismo" emprendida por la administración de George W. Bush, únicamente tres fueron condenados por algún delito. 
Guantánamo se volvió el foco de atención a nivel mundial cuando los abusos, el maltrato y la brutalidad de las técnicas de "recolección de información" llevadas a cabo por los custodios de la prisión llegaron a un grado lo suficientemente grotesco como para recibir la condena unánime de grupos en defensa de los derechos humanos alrededor del mundo, así como de la población civil en general, dentro y fuera de las fronteras estadounidenses. 
Al igual que Joseph K, el protagonista de la novela de Kafka, "El proceso", la inmensa mayoría de los prisioneros en Guantánamo desconocían completamente bajo que cargos estaban detenidos ni bajo que tipo de proceso judicial serían juzgados. Las condiciones en las que viven los prisioneros son brutales y violan sin lugar a dudas todas  las convenciones  universalmente aceptadas como los derechos más básicos de los que goza todo ser humano. 
A los prisioneros se les mantiene en celdas diminutas, expuestos a temperaturas extremas y completamente incomunicados. Se pone especial atención en mantener a los prisioneros permanentemente desorientados, de manera que no distingan el día de la noche, además de ser sometidos a un estrés emocional extremo, usando altavoces y bocinas que repiten a todo volumen música  o frases repetitivas. En ocasiones se les obliga a permanecer en celdas pequeñas  cuyas dimensiones son lo suficientemente reducidas como para no permitirles mantenerse sentados o de pie sino únicamente en cuclillas.
Todas estas medidas  constituyen sin lugar a dudas técnicas de tortura tanto físicas como psicológicas. Sin embargo, el pentágono es todo un experto en el arte de encontrar eufemismos de lo más creativos para sustituir el impopular término de "tortura" con otras palabras y frases más amigables a los oídos del público. 

El Manual Kubark
 En la década de los años 50 del siglo XX,  el psiquiatra Ewen Cameron, entonces presidente de la Asociación  Psiquiátrica Americana y la Asociación Psiquiátrica Mundial llevó a cabo algunos de los más infames experimentos que se han realizado en seres humanos hasta la fecha, en la Universidad de McGill, en Ontario Canadá. 
Aunque los experimentos fueron financiados abiertamente por el gobierno estadounidense, mediante la CIA, se tuvo especial cuidado de realizarlos en el extranjero, bajo la sombra del sigilo. 
Los experimentos de Cameron constituyen uno de los episodios más negros en la historia de la psiquiatría moderna. El  tratar de mantenerlos ocultos bajo la sombra del olvido, lejos de prestar un servicio  a la psiquiatría, la priva de  la oportunidad de conocer los errores de su  pasado con el fin de no repetirlos en el futuro. 
Cameron estaba especialmente interesado en los efectos que tendría la privación sensorial extrema en sus víctimas (El preferiría haberlos llamado "pacientes") Haciendo  gala de una monumental falta de ética,  reclutó a muchos de sus pacientes sin hacerles saber que participarían en un "experimento". Cameron obtuvo a los sujetos para sus investigaciones de entre las filas de pacientes que acudían buscando atención médica para padecimientos simples como trastornos de ansiedad, depresiones leves y depresiones  post-parto. 
Durante los meses que duraron los experimentos, Cameron mantuvo a sus pacientes deprivados de sueño por días, hasta el punto de llegar a sufrir alucinaciones y una desorientación total en tiempo, lugar y persona. Administró todo tipo de fármacos y medicamentos psicotrópicos en sus víctimas con el fin de observar sus efectos. La CIA estaba por aquellos años especialmente interesada en el recientemente descubierto LSD y los posibles efectos y usos que éste podría tener para facilitar la obtención de información en los rutinarios interrogatorios que llevaba a cabo en todas partes del mundo. Por aquellos años corrían rumores ridículos relativos a la Unión Soviética y el supuesto control mental que sus científicos habían obtenido en sus prisioneros, por lo cual los Estados Unidos no deseaban quedar rezagados en la carrera. Hoy sabemos que al igual que los Estados Unidos, la Unión Soviética tampoco tuvo éxito en su busqueda del control mental, por lo cual todos estos experimentos que en su momento fueron justificados con el pretexto de ser investigaciones científicas legítimas no fueron nunca mas que unos macabros ejercicios de tortura que nunca debieron realizarse. 
Con el paso de los meses, la brutalidad y la violación total a los derechos  humanos más básicos de los pacientes de Cameron comenzaron a filtrarse a la prensa, por lo  cual la presión pública eventualmente llevó a la CIA a suspender el financiamiento de los experimentos en la Universidad de McGill, aunque los experimentos en la busqueda del control mental no se limitaron a las investigaciones de Cameron. En realidad, sus investigaciones fueron solo el preámbulo de toda una serie de atrocidades que la CIA financió y llevó a cabo en  diversas partes de los Estados Unidos, bajo el nombre del proyecto MK-ULTRA. 
Sin embargo, los hallazgos de Cameron relativos a la deprivación sensorial en seres humanos terminarían siendo la piedra angular para la elaboración de un documento que la CIA bautizó como "Manual Kubark", un extenso y detallado compendio de técnicas diseñadas para interrogar y obtener información. 
En la práctica, el Manual Kubark constituye un apenas disfrazado manual para torturadores. En el prefacio, puede leerse una advertencia que hace del conocimiento del interrogador (O torturador) el hecho de que la mayoría de las técnicas descritas en el documento violan los derechos humanos más fundamentales y van en contra de las leyes de la mayor parte de los países del mundo. Sin embargo, esta advertencia no ha impedido que el manual  se haya usado -y continue implementadose- por militares y policías a lo largo y ancho del mundo, como una conveniente y práctica guía en el exquisito arte de la tortura. 

La Escuela de las Américas
Continuando con la interminable lista de infamias que constituyen la historia moderna de la práctica de la tortura en el mundo, es preciso citar la historia de la Escuela de las Américas. 
La Escuela de las Américas fue inicialmente establecida en Panamá en 1946 y posteriormente trasladada a Fort Benning, Georgia. Financiada y promovida por la CIA, la Escuela de las Américas pretendía ser una academia militar en donde se forjarían las fuerazs policiales y militares latinoamericanas de élite, bajo el entrenamiento de militares norteamericanos. 
Tras el golpe de estado a Salvador Allende en Chile por el General Augusto Pinochet, la era de las dictaduras militares latinoamericanas de extrema derecha quedaba inaugurada. Con la ascensión al poder de los militares, pronto quedó clara la necesidad de entrenar a toda prisa a policías y soldados en técnicas de tortura encaminadas a obtener información de los prisioneros. 
En la práctica, la Escuela  de las Américas fue un infame centro de entrenamiento en donde policias y soldados de cada rincón de Latinoamérica acudían con el fin de ser entrenados por soldados estadounidenses en el arte de la tortura. 
El Manual Kubark de la CIA no solamente fue utilizado para llevar a cabo dicho entrenamiento, sino que constituyo el pilar ideológico mediante el cual cientos o miles de torturadores asesinaron a sus víctimas en todos aquellos países que sufrieron el yugo de las dictaduras militares latinoamericanas. 
En otras ocasiones, militares estadounidenses y agentes de la CIA viajaron personalmente a las bases  militares de las dictaduras para llevar  a cabo este adoctrinamiento. Se sabe que en ocasiones, los trístemente celebres escuadrones de la muerte en Brasil y otros países, realizaban excursiones nocturnas con el único fin de capturar indigentes y otros miembros inocentes de la población civil para posteriormente utilizarlos como conejillos de indias. Las víctimas eran inmediatamente trasladadas a centros de detención locales en donde los militares y agentes de la CIA empleaban a la víctima para ejemplificar el uso de shocks eléctricos y otras técnicas de tortura (descritas a detalle en el Manual Kubark) Normalmente la víctima era sometida a toda clase de técnicas de tortura físicas y como resultado, tras el paso días u horas moría en los centros de detención.
Con el gradual decline de las dictaduras militares y el retorno de la democracia en el continente, la presión pública eventualmente llevó al cierre definitivo de la Escuela de las Américas en Panamá, la cual es recordada en la actualidad con como una "escuela de asesinos". No se trata en absoluto de un mote despectivo. En realidad, y haciendo honor a  la verdad, ese debió ser su nombre desde un principio.

Sunday, May 26, 2013

Israel. El genocidio silencioso


"Israel uses sophisticated attack jets and naval vessels to bomb densely-crowded refugee camps, schools, apartment blocks, mosques, and slums to attack a population that has no air force, no air defense, no navy, no heavy weapons, no artillery units, no mechanized armor, no command in control, no army… and calls it a war. It is not a war, it is murder."
Noam Chomsky
Frecuentemente, la imagen correcta es capaz de decir mas que mil palabras. Tal como podemos ver en esta fotografía, en la cual un niño palestino arroja una piedra a un tanque del ejercito de Israel, el enfrentamiento entre Israel y Palestina es perfectamente comparable al relato bíblico de David y Goliat.
Con el apoyo masivo e incondicional de los Estados Unidos, el estado de Israel lleva adelante de forma implacable, un sistemático genocidio que permanece oculto tras la complicidad de los grandes medios de comunicación y la propaganda oficial.
El estado de Israel -armado hasta los dientes- se encuentra enfrascado en una lucha a muerte con los palestinos de la franja de Gaza. Se trata de una lucha desigual en el cual el ganador de la contienda final esta claramente marcado de antemano.
Mientras el ejercito israelí se cuenta entre las fuerzas militares mas modernas y poderosas del mundo, la población palestina no solamente carece de una fuerza aérea o naval para defenderse. Carece de un mando o control que pueda ser considerado un ejercito como tal.
Contrario al término usado con más frecuencia para designar este conflicto, el enfrentamiento entre Israel y Palestina no es una guerra. Es un asesinato sistemático, perpetrado implacablemente por un ejercito perfectamente entrenado que se cobija en el silencio cómplice de la línea editorial predominante que rige la prensa internacional.
***
El estado de Israel nació poco después de que terminara la segunda guerra mundial y fue uno de los primeros "proyectos" que nacieron de las medidas de la recientemente creada Organización de las Naciones Unidas.
No es ningún secreto que la concesión territorial y los privilegios y facilidades políticas otorgadas al estado de Israel se debieron en gran parte al recuerdo reciente de los horrores del Holocausto judío perpetrado por los alemanes durante el transcurso de la segunda guerra mundial. Las concesiones políticas, militares y económicas facilitadas por la ONU fueron una compensación a los salvajes horrores a los que la población judía europea se había visto sometida.
Resulta por tanto irónico que los descendientes de aquellos que sobrevivieron al horror nazi se encuentren repitiendo en la práctica las mismas estrategias de depredación y asesinato que sus ancestros padecieron en el siglo XX.
Israel ataca a la  franja de Gaza haciendo uso de una moderna y poderosa fuerza aérea y naval, y lo hace sabiendo que las víctimas de sus ataques indiscriminados e irracionales son en su mayoría los hombres, mujeres, niños y ancianos de una población civil indefensa y perpetuamente aterrorizada.

Thursday, May 16, 2013

bully magnets


Bully Magnets es un website  que aborda desde acontecimientos históricos por todos conocidos hasta otros pasajes más oscuros y curiosos de la historia. Plagados de un devastador sentido del humor -ácido y corrosivo- los videos de los bully magnets no dejan títere con cabeza.
Definitivamente una página recomendable para todas aquellas personas que gustan de la historia. En Bully Magnets no solo encontraran información al por mayor. Se reíran cada minuto del segmento que elijan.
A manera de ejemplo, este segmento de Bully Magnets aborda la historia de la Iglesia de los santos de los últimos días, también conocida como la Iglesia Mormona.

Friday, May 10, 2013

la justicia ilegítima de la venganza.- reflexiones de George Orwell


Hatred paralyzes life, love releaeses it; Hatred confuses life, love harmonizes it; Hatred darkness life, love illuminates it
Like an unchecked cancer, hate corrodes the personality and eats away it´s vital unity. Hate destroys a man´s sense of values and his objectivity. It causes to describe the beautiful as ugly and the ugly as beautiful, and to confuse the true with the false and the false with the true.
Martin Luther King

Existen muchas razones por las cuales no creo en la venganza.
Creo que el ser humano debe resistir el impulso a llevar a cabo una venganza aún en aquellos momentos en los cuales están sentadas todas las condiciones para hacerlo.
La venganza no nos lleva a ninguna parte. No se trata de un acto de justicia. Se trata de un acto que tiene su raiz en la impotencia y que se lleva a cabo bajo la eterna sombra del odio.
En 1945, George Orwell, en calidad de corresponsal de guerra, visitó, entre otras cosas, un campamento de prisioneros de guerra. Allí fue testigo de como un joven judío de Viena daba una descomunal patada al pie mallugado, hinchado y deforme de un preso que había ocupado un cargo político importante dentro de las SS.
"Sin duda el agredido había tenido campos de concentración bajo su mando y había ordenado torturar y ahorcar. En pocas palabras, él representaba todo aquello que habíamos combatido durante cinco años.
Es absurdo reprochar a un judío alemán o austriaco que devuelva a los nazis el mal sufrido. Sabe el cielo las cuentas que este joven quería ajustar; es muy probable que toda su familia fuera asesinada; y al fin y al cabo, hasta un fuerte puntapié a un preso es  algo insignificante comparado con los horrores cometidos por el régimen de Hitler.  Pero esta escena y muchas otras que vi en Alemania pusieron de manifiesto ante mis ojos que toda esta idea de represalias y castigos es una imaginación pueril. Propiamente no existe esto que llamamos represalia o venganza.  La venganza es algo que uno quisiera realizar cuando y porque uno se siente impotente: tan pronto se elimina esta sensación de impotencia desaparece también el deseo de venganza.
¿Quien no habría saltado de alegría en 1940 solo de pensar que podría ver a oficiales de la SS pisoteados y humillados? Pero cuando ello se ha convertido en posible, su puesta en práctica adquiere un aspecto patético y repugnante."

En el mismo ensayo, Orwell cuenta que pocas horas después de la toma de Stuttgart, entró a la ciudad con un corresposal belga. El belga -¿quien  podría echarselo en cara?- repudiaba a los alemanes con más aspereza que los ingleses o los americanos.

...tuvimos que pasar por un puente estrecho de peatones que los alemanes por lo visto habían defendido encarnizadamente. Un soldado caído estaba al pie de la escalera del puente tendido boca arriba. Su rostro tenía un color amarillento de cera...
El belga apartó la vista cuando pasamos a su lado. Casi al final del puente me confesó que éste era el primer muerto que veía en su vida. Tendría unos treinta y cinco años y había hecho propaganda de guerra cuatro años a través de la radio.

Esta única experiencia de "llegada" fue decisiva para el belga. Su actitud frente a los nazis cambió de raiz:

...Cuando se despidió, dio a los alemanes de la casa donde estuvimos alojados el resto del café que habíamos traído. Seguramente una semana antes se hubiera escandalizado de pensar que iba a regalar café a un nazi. Pero sus sentimientos cambiaron del todo -así me lo dijo- a la vista de aquel pauvre mort al pie de la pasarela: de repente tomó conciencia de la gravedad de la guerra. Si por casualidad hubieramos tomado otro camino para entrar en la ciudad, a lo mejor se habría ahorrado esta experiencia de ver a un único muerto de los -quizá- veinte millones que esta guerra tuvo por resultado.
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George Orwell ignoraba entonces que el número de muertos que dejó la guerra superaba los sesenta millones.
Sin embargo, el quid de sus reflexion en torno a la venganza tiene un carácter universal que no ha perdido su actualidad en un mundo profundamente violento e injusto.
¿Quien no ha sentido en lo más profundo de su ser las ansias de vengarse de todas aquellas personas que le han hecho daño? Nuestra naturaleza humana y nuestro instinto de sobrevivencia nos llevan a albergar el deseo de defendernos de nuestros atacantes. Pero es preciso no confundir la venganza con la justicia.
La venganza tiene su raiz en la impotencia y el odio y por tal razón, necesariamente se aparta del camino de la justicia y la inteligencia. Tal como nos dice Orwell, la venganza es un acto que deseamos llevar a cabo cuando nos sentimos impotentes. Cuando dicha impotencia desaparece, debemos tener la fortaleza suficiente para no responder las agresiones de las cuales hayamos sido victimas con la misma moneda. Fue Gandhi quien dijo la siguiente frase con respecto a la ley del Thalion:

Ojo por ojo y todos quedaremos ciegos.

No se trata solamente de no responder un acto bajo e indigno con otro de la misma naturaleza.
Creo que el perdón es una de las máximas virtudes de las cuales puede echar mano un ser humano en aquellos momentos en los cuales se ve tentado a llevar a cabo una venganza.
Si bien es cierto que nuestros posibles agresores no tenían el derecho de atacarnos o de dañarnos de ninguna forma ¿Que derecho tenemos nosotros a responder el odio con más odio? La venganza no es un asunto de justicia. Es un acto de odio.
Resulta particulamente tentador llevar a cabo una venganza porque nos brinda una sensación de poder sobre nuestros agresores.
Yo me pregunto cual es el poder legítimo del cual podemos echar mano: Agreder a quienes nos agreden y rebajar nuestros actos al mismo nivel de injusticia y vileza de nuestros enemigos, o tener ante nuestras manos todas las condiciones necesarias para vengar un agravio y en vez de agreder, perdonar a nuestros enemigos.
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Resulta más fácil llevar a cabo una venganza cuando dañamos a nuestros enemigos y después nos desentendemos del asunto y nos negamos a ver con nuestros propios ojos el daño de nuestras acciones.
Es preciso exponernos de una forma u otra al dolor humano para repudiarlo bajo cualquier circunstancia. La contemplación del dolor y el sufrimiento humanos debe despertar en nosotros el sentimiento de compasión.
Quizá sea una aseveración ingenua, pero me resulta difícil  creer que un ser humano permanezca indiferente ante la cruda contemplación del sufrimiento. Aquel que lleva a cabo una venganza y  cuida de no detenerse a contemplar los daños de su acción se está privando de la oportunidad de entender que la venganza no es justicia y que esta es odiosa bajo cualquier circunstancia.
La historia por supuesto, nos demuestra una y otra vez que existen personas que no sienten compasión ante el dolor y la muerte. Tomemos por ejemplo el caso de los grandes dictadores latinoamericanos del siglo XX, como Pinochet en Chile, Videla en Argentina o Rios Mont en Guatemala -recientemente condenado en su país por el crimen de genocidio, una verdadera excepción histórica a la impunidad que disfrutaron casi todos los dictadores latinoamericanos del siglo XX.
En cada caso nos encontramos ante la presencia de asesinos infames y aborrecibles que no se tentaron el corazón al mandar a cientos de miles de latinoamericanos a la tortura y la muerte.
Cientos de militares latinoamericanos de todas nacionalidades fueron entrenados durante el siglo XX en la trístemente célebre "Escuela de las Américas" en Panamá, una academia de torturadores auspiciada por los servicios militares y de inteligencia estadounidenses.
¿Quien podría recriminar a un sobreviente de un campo de tortura el llevar a cabo un acto de venganza en contra de su torturador? Y sin embargo, aún cuando así lo parezca, la venganza no es justicia. Es rebajar nuestros actos a la inmundicia moral de un torturador o un asesino.
El verdadero poder no reside en la venganza, sino en la capacidad de cuidar que nuestros actos no contribuyan a causar más sufrimiento en un mundo de por sí injusto y desalmado y en perdonar a quienes nos agreden, lo cual nos permite mantener nuestra inocencia y nuestra paz de conciencia.

Thursday, May 09, 2013

Patriotismo. Manipulación y mentiras oficiales

Otra de las estrategias de manipulación de la cual suelen echar mano los políticos es la de equiparar un concepto que involucra la implantación de medidas impopulares con otro concepto que resulte amigable a los oídos del público, con el fin de llevar a cabo maniobras que de otra forma serían inmediatamente rechazadas por el consenso de la sociedad.
Mentir, distorsionar la verdad u ocultarla son diversas facetas de la misma maniobra y todas ellas son vitales en la política.
En un sentido más amplio, es hora de ocuparnos de otro concepto universalmente utilizado desde que la política existe como tal. En este caso me refiero al patriotismo.
La historia nos demuestra una y otra vez que la exaltación del patriotismo por parte de los aparatos gubernamentales suele ser utilizada para alinear a todos los sectores de la sociedad bajo una misma causa, algo que dificilmente podría lograrse de otra forma.
Los gobiernos más despóticos, tiránicos e ineficaces son aquellos que suelen utilizar la exaltación del sentimiento patriótico en sus pueblos con el fin de mantenerlos distraídos.
Resulta vital prestar atención a las maniobras de un gobierno que se encuentra utilizando sus canales de comunicación para ensalzar "el amor y la defensa" de la patria. Casi invariablemente, dicho gobierno pretende manipular u ocultar algo a los ojos de sus ciudadanos mediante el recurso de la exaltación patriótica.
El patriotismo, como ya dije, pretende alinear a sectores diversos de una sociedad bajo una misma causa, anulando las diferencias ideológicas que en otro momento harían de esta una tarea imposible. Sin embargo, encierra otras trampas.
La exaltación del patriotismo tiene también como otro de sus objetivos  equiparar la cultura y los miembros de una sociedad con el gobierno que los representa, como si sociedad y gobierno  pudieran sintetizarse bajo un mismo concepto.
Existen algunos gobiernos particularmente propensos a recurrir a esta estrategia. Tal es el caso de Irán y otros estados islámicos fundamentalistas en los cuales el gobierno pretende ser una verdadera teocracia. Sin embargo, esto puede ocurrir en cualquier nación del mundo. Históricamente podemos ver ejemplos a lo largo y ancho del mundo durante todo el curso de la historia de la humanidad.
Los Estados Unidos de América es uno de los países en los cuales con más frecuencia se ha utilizado al patriotismo para llevar a cabo todo tipo de intervenciones políticas, económicas y militares -dentro y fuera de sus fronteras-  con el consentimiento de la mayor parte de la sociedad. La guerra en Irak bajo la administración de George W. Bush es un ejemplo reciente. Tras una década, resulta cada vez más evidente que dicha guerra derrocó a un gobierno que no poseía armas de destrucción masiva -principal argumento para llevarla a cabo- ni estaba conectado de forma alguna con los atentados terroristas al World Trade Center.
La administración Bush maniobró con suma habilidad para explotar  el sentimiento patriótico que recorría los Estados Unidos tras los ataques del 11 de Septiembre del 2001, de tal forma que la mayor parte de la sociedad apoyara una guerra absurda que en otro momento histórico hubiera sido simple y sencillamente rechazada.
Es pertinente recordar que el gobierno de los Estados Unidos tiene la tendencia de exaltar el nacionalismo para conseguir sus fínes desde su fundación, utilizando estrategias que no se diferencían demasiado de aquellas que llevan  a cabo las teocracias islámicas fundamentalistas. Basta con observar a detalle algunos de los principales preceptos oficiales que constituyen el nucleo ideológico que difunde el gobierno: "In God we trust", "Gob bless America".
Desde la redacción de la Constitución, los dirigentes de los Estados Unidos han utilizado estas frases permeadas de un claro tinte mesiánico con el fin de alinear y manipular a su sociedad.
Es preciso no caer en la trampa. Gobierno y pueblo son dos conceptos distintos y en ningún momento deben utilizarse como sinónimos. Resulta crucial prestar atención a las acciones de aquellos gobiernos que afirman y repiten esta mentira en sus discursos oficiales. Pues casi con toda seguridad están ocultando algo.

Monday, May 06, 2013

la perversión de la democracia en nombre del libre mercado

"El capitalismo ha sobrevivido al comunismo. Ahora se devora a sí mismo"
Charles Bukowski
- El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco -
"La gente iba a las cárceles para que los precios pudieran ser libres"

Eduardo Galeano
 - Dias y noches de amor y de guerra -

"En los bolsillos del pobre la vieja herida..."

Matador
-Fabulosos Cadillacs-
"Los conflictos armados entre naciones nos horrorizan. Pero la guerra económica no es más benigna. Es como una intervención quirúrgica. Una guerra económica es una especie de tortura prolongada. Y sus estragos no son menos terroríficos que los descritos en la literatura sobre las guerras propiamente dichas. No pensamos en esa otra guerra porque estamos acostumbrados a sus efectos letales. (...) El movimiento antibelicista es sólido y rezo porque tenga éxito. Pero no puedo evitar sintir un temor lacerante: el de que ese movimiento fracasará si no llega al raiz de todos los males, es decir, la codicia humana."
Mahatma Gandhi
- Non Violence, The greatest force"-
1926

"Esta crisis es entendida por casi todo el mundo, como resultado directo de esta particular ideología (el neoliberalismo de Milton Friedman y la Universidad de Chicago) que cree en la desregulación y la privatización. (...) La doctrina del shock como estrategia depende de nuestra ignorancia acerca de ella para que tenga éxito. Lo que me parece más esperanzador de la crisis económica actual es que esta táctica se está cansando. Porque el elemento de sorpresa ya no existe. Estamos pendientes de ella y entonces no funciona. Nos estamos volviendo resistentes al shock. (...) Algo para recordar en este momento cuando hay tanto en juego... si queremos respuestas a esta crisis económica que nos conduzcan a un mundo más saludable, mas justo y mas pacífico vamos a tener que salir a las calles y obligarlos a hacerlo"

Naomi Klein, periodista canadiense autora de "NoLogo" y "La doctrina del Shock"
- Extracto de una conferencia a propósito de la actual crisis económica mundial -
En 1989, el historiador Francis Fukuyama pronunció su histórica sentencia, al declarar que la humanidad había llegado al "fin de la historia". Aquella frase, en apariencia disparatada, probablemente hubiera pasado desapercibida o hubiera sido tomada como una broma estúpida de no ser porque detrás de ella tenía el apoyo y la aprobación tácita de Washington.
Fukuyama declaraba que la historia humana había llegado a su fín en 1989, aquel año clave en el cual el derrumbe de la unión soviética anunciaba el fín de la guerra fría y la apertura de los países socialistas a la economía de libre mercado.
El fin de la historia estaba dictaminado en aquel punto en el cual las sociedades humanas estaban determinadas a seguir el mismo y único camino posible hacia el progreso. Se trata de un camino compuesto por dos vías paralelas. La primera de ellas y la más visible y publicitada es la vía política, que esta constituida por la democracia. Hasta aqui no existe problema alguno. El problema comienza cuando prestamos atención a la segunda vía  del mismo camino, la cual no suele pronunciarse en los discursos y se parece más en realidad a una cláusula en letras pequeñas del supuesto contrato hacia la felicidad humana al que aspira el llamado Consenso de Washington: la vía económica, la cual se encuentra constituida por el libre mercado capitalista, más conocido en el tercer mundo con el nombre de neoliberalismo.
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El capitalismo como es sabido fue concebido por primera vez en su acepción moderna por el economista escocés Adam Smith. La "mano invisible" de los mercados económicos supuestamente tendría la tendencia a dirigirse a un estado de prosperidad general sin hacer distinciones.
La historia no tardó en echar por tierra estas ingenuas ambiciones. Los países ricos tendían a enriquecerse y los países pobres permanecían estancados, y la supuesta igualdad que la regulación de la "mano invisible" del capitalismo estaba predestinada a conseguir simplemente brillaba por su ausencia.
La crisis económica mundial que estalló en 1929 terminó definitivamente con la fe ciega en la infalibilidad de la mano invisible.
En la primera mitad del siglo XX, las ideas de otro economista británico - John Maynard Keynes- pugnaban por un sistema capitalista en apariencia más justo, en donde estuvieran sentadas las condiciones necesarias para una repartición mas igualitaria de la riqueza y una mejora en la calidad de vida de todos los sectores de la sociedad.
Sin embargo, fueron las ideas de un economista de la Universidad de Chicago, llamado Milton Friedman, las que habrían de sentar las bases y el rumbo que tomaría la vía económica hasta nuestros días.
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Milton Friedman es considerado el padre del llamado neoliberalismo. Sus ideas quedaron inicialmente sentadas en  "Capitalismo y Libertad", una obra que terminaría siendo el libro de cabecera de prácticamente todos los últimos expresidentes de Estados Unidos así como de la inmensa mayoría de los militares que encabezaron las dictaduras latinoamericanas del siglo XX, sin olvidar a los oligarcas rusos que surgieron tras el fin de la unión soviética y de los altos mandos del aún llamado partido comunista de China, país que en la práctica, comenzó su conversión al libre mercado en 1989, bajo el sello de la brutal represión perpetrada en la masacre de la plaza de Tiananmen.
Friedman sentó los tres pilares ideológicos del neoliberalismo: la desregulación y apertura total de los mercados económicos, con la consecuente falta de intervención estatal en los mísmos, recortes drásticos en el  gasto público en todas las áreas así como la privatización de todos aquellos sectores que tradicionalmente están garantizados por las leyes, como el derecho a la educación y a la salud.
El neoliberalismo, como fácilmente puede vislumbrarse, resulta un conjunto de médidas económicas a todas luces impopulares para un estado democrático y transparente que representa a un pueblo libre.
Es aqui en donde se encuentra la trampa: En el principio -masivamente extendido por Friedman y sus discipulos a lo largo y ancho del mundo- que dicta que el estado ideal para el desarrollo de una sociedad consiste en la unión entre la democracia en el plano político, y el libre mercado o neoliberalismo, en el plano económico.
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Los tres pilares ideológicos del neoliberalismo no solamente son impopulares sino profundamente injustos. Por ello no resulta una sorpresa que la noción de  democracia y  libre mercado, como supuesta aspiración y logro de todos aquellos países en los cuales ha sido implantado el neoliberalismo se derrumba fácilmente al examinar la historia con más detalle.
A lo largo y ancho del mundo, la tendencia de las sociedades humanas se ha encaminado a la conquista de la democracia y a la defensa de la igualdad de todos los individuos ante la ley.
Sin embargo, contrario a lo que las grandes potencias capitalistas encabezadas por los Estados Unidos de América pronuncian como verdades oficiales, ninguna sociedad en el mundo ha votado por implementar de forma democrática las impopulares y dañinas medidas económicas del neoliberalismo.
Al observar con atención los métodos por los cuales el neoliberalismo ha sido introducido en el mundo, nos topamos con guerras, dictaduras, golpes de estado, boicots comerciales y  préstamos condicionados en países sumidos en la miseria. La constante que siempre observaremos antecediendo a la aplicación de las medidas económicas neoliberales es la de una  sociedad sitiada y aterrorizada por dos frentes:  en el plano económico, por el shock que implica la instauración de las médidas económicas neoliberales y en el plano social por ese otro shock causado por la tortura, la persecución y la suspensión de las más elementales garantías del ser humano.
Si la democracia aspira a la igualdad y a la libertad de los individuos de una sociedad así como a su derecho a votar y elegir a sus gobernantes, en el plano económico, el neoliberalismo representa la variante del capitalismo más salvaje y rapaz que la historia humana haya visto.
Su implantación requiere de un estado de conmoción social, una auténtica suspensión de la democracia, la cual ha sido conseguida a base de golpes de estado, dictaduras militares, guerras civiles e incluso la desestabilización temporal que  sigue a desastres naturales -como es el caso del Tsunami en Indonesia o el huracán Katrina en Nueva Orleans, por nombrar dos ejemplos recientes.
El neoliberalismo jamás ha sido elegido en las urnas como la vía económica a seguir en todos aquellos países en los cuales se ha implantado. El neoliberalismo no es elegido por la sociedad, es impuesto. Pinochet en Chile y Suharto en Indonesia -apoyados masivamente por el gobierno estadounidense en el plano político y la Universidad de Chicago en el plano ideológico- fueron los pioneros en introducir una terapia de Shock económica y social para implementar las duras medidas del libre mercado. Las dictaduras militares de extrema derecha impuestas con el consentimiento y apoyo de Washington se encargaron de seguir con el experimento en Argentina, Uruguay, Brasil y Centroamérica. En otros casos el neoliberalismo se ha impuesto -siempre con el apoyo del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial- en países endeudados y profundamente desestabilizados, como es el caso de Bolivia, Polonia y los países de Europa del Este que solían conformar la antigua Unión Soviética. China inició sus primeros pasos en el libre mercado reprimiendo de forma brutal a los emergentes grupos sociales que pedían democracia, reunidos en la Plaza de Tiananmen. Un breve repaso histórico del siglo XX no deja lugar a dudas. El neoliberalismo es impuesto por la fuerza, la desestabilización y el terror, ya sea mediante las bayonetas de Pinochet, los tanques de Tiananmen o el Consenso de Washington, siempre presente en las ayudas condicionadas que presta el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a aquellos países endeudados que caen en crisis económicas.
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Los gobiernos neoliberales pretenden equiparar ante los ojos de sus ciudadanos dos conceptos que en la realidad no solo son diferentes sino que son mutuamente excluyentes.  La existencia de una sociedad democrática no conlleva la obligación de instaurar el neoliberalismo en el plano económico.  Mientras la democracia es la base de una sociedad igualitaria, el neoliberalismo es la plataforma que permite que los ricos se enriquezcan de forma indefinida y los pobres sean barridos bajo la implacable condena de la miseria creciente y eterna.

Ambrose Bierce escribió en su "Diccionario del Diablo" que la política consiste en el arte de disfrazar un conflicto de intereses bajo la máscara de una elevada lucha de principios.
La política exterior de las grandes potencias capitalistas -encabezadas naturalmente por los Estados Unidos de America-  siempre ha estado encaminada a proteger y multiplicar sus intereses económicos a todo lo largo y ancho del mundo, cuidando siempre de enmascarar esa cruzada insaciable y rapaz bajo otros nombres.
De esta forma, todas  aquellas intervenciones políticas y militares que los Estados Unidos de America realizan sistemáticamente a nivel internacional no son presentadas ante los ojos de la sociedad como las simples campañas de depredación que sustentan su economía, sino como una elevada y noble cruzada -no desprovista de un tinte mesiánico-  que supuestamente persigue garantizar la democracia y la libertad dentro y fuera de sus fronteras.
En los discursos oficiales, Washington no interviene militar, política y económicamente en países libres y provistos del derecho de gobernarse como mejor les parezca, sino que cuidan y salvaguardan sus intereses (económicos)en nombre de la democracia y la libertad.
Nunca atacan a otras naciones, sino que se defienden.  El exorbitante y obsceno presupuesto militar estadounidense no está destinado a un ministerio de guerra sino a un ministerio de defensa. Ya Eduardo Galeano escribió que el plantearse de que es lo que supuestamente se defienden los estadounidenses constituye un misterio tan inexpugnable como el misterio de la Santísima Trinidad.
Por todas estas razones es preciso no caer en la mentira más publicitada por la propaganda estadounidense: Aquella que afirma que la democracia y la libertad en cualquier país del mundo deben acompañarse forzosamente de la implantación en el plano económico de las medidas neoliberales del libre mercado.
El neoliberalismo perpetra la pobreza y encumbra la riqueza. Es un sistema económico que incrementa la desigualdad social y se contrapone en sus principios más básicos a la consecución de un estado realmente libre y democrático.