Sunday, October 26, 2008

una plegaria



And so even though we face the difficulties of today and tomorrow, I still have a dream. It is a dream deeply rooted in the American dream.
I have a dream that one day this nation will rise up and live out the true meaning of its creed: "We hold these truths to be self-evident, that all men are created equal."
I have a dream that one day on the red hills of Georgia, the sons of former slaves and the sons of former slave owners will be able to sit down together at the table of brotherhood.
I have a dream that one day even the state of Mississippi, a state sweltering with the heat of injustice, sweltering with the heat of oppression, will be transformed into an oasis of freedom and justice.
I have a dream that my four little children will one day live in a nation where they will not be judged by the color of their skin but by the content of their character.
I have a dream today!
I have a dream that one day, down in Alabama, with its vicious racists, with its governor having his lips dripping with the words of "interposition" and "nullification" -- one day right there in Alabama little black boys and black girls will be able to join hands with little white boys and white girls as sisters and brothers.
I have a dream today!
I have a dream that one day every valley shall be exalted, and every hill and mountain shall be made low, the rough places will be made plain, and the crooked places will be made straight; "and the glory of the Lord shall be revealed and all flesh shall see it together."²
This is our hope, and this is the faith that I go back to the South with.
With this faith, we will be able to hew out of the mountain of despair a stone of hope. With this faith, we will be able to transform the jangling discords of our nation into a beautiful symphony of brotherhood. With this faith, we will be able to work together, to pray together, to struggle together, to go to jail together, to stand up for freedom together, knowing that we will be free one day.
And this will be the day -- this will be the day when all of God's children will be able to sing with new meaning:
My country 'tis of thee, sweet land of liberty, of thee I sing.
Land where my fathers died, land of the Pilgrim's pride,
From every mountainside, let freedom ring!
And if America is to be a great nation, this must become true.

And so let freedom ring from the prodigious hilltops of New Hampshire.
Let freedom ring from the mighty mountains of New York.
Let freedom ring from the heightening Alleghenies of Pennsylvania.
Let freedom ring from the snow-capped Rockies of Colorado.
Let freedom ring from the curvaceous slopes of California.
But not only that:
Let freedom ring from Stone Mountain of Georgia.
Let freedom ring from Lookout Mountain of Tennessee.
Let freedom ring from every hill and molehill of Mississippi.
From every mountainside, let freedom ring.
And when this happens, when we allow freedom ring, when we let it ring from every village and every hamlet, from every state and every city, we will be able to speed up that day when all of God's children, black men and white men, Jews and Gentiles, Protestants and Catholics, will be able to join hands and sing in the words of the old Negro spiritual:
Free at last! Free at last!
Thank God Almighty, we are free at last!
Amén

Saturday, October 25, 2008

Ninfábula #1


"La vida es aburrida y fútil. Empezamos con grandes esperanzas y después nos acojonamos. Nos damos cuenta de que todos vamos a morir, sin encontrar realmente las grandes respuestas. Desarrollamos todas esas ideas de largo alcance que se limitan a interpretar la realidad de nuestras vidas de distintas maneras, sin extender nuestro cuerpo de conocimientos que realmente merecen la pena sobre las grandes cosas, las cosas reales. Básicamente, vivimos una vida corta y decepcionante; y a continuación morimos. Llenamos nuestras vidas de mierda, de cosas como carreras y relaciones para convencernos a nosotros mismos de que no carece todo de sentido. La heroína es una droga honesta, porque te arranca esas ilusiones. Con la heroína cuando te sientes bien, te sientes inmortal. Cuando te sientes mal, intensifica la mierda que ya esta ahí. Es la única droga realmente honesta. No altera tu estado de conciencia. Sólo te da un colocón y una sensación de bienestar. Tras eso, ves la miseria del mundo tal cual es, y no puedes anestesiarte contra ella."


Extracto de Trainspotting

- Irvine Welsh -

Friday, October 10, 2008

de la libertad de expresión como realidad en los discursos e ilusión en la práctica


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Sobre la libertad de expresión en la actualidad

La libertad de expresión en estos tiempos es en gran medida una ilusión. Sin duda se ha ganado mucho terreno en este campo y una prueba bastante convincente es que alguien en Argentina, Colombia o España pueda leer lo que en estos momentos escribo con solo dar un click en el mouse, y que yo pueda leer las opíniones y escritos de cualquier persona que deje un comentario en una de mis entradas con solo visualizar su perfil.

Creo que la expansión global de opiniones a través de internet es un gran logro. Sin embargo, en otros campos creo que no ha habido ningún progreso y en ocasiones ha habido retrocesos.

Justo el día en que publiqué mi último post, referente al aniversario 40 de la masacre de Tlatelolco, el presidente de mi país otorgó el premio nacional de la juventud a jovenes destacados en diversos ámbitos. Uno de los galardonados fue Andrés Leonardo Gómez Emilsson. Después de recibir su galardón de manos del presidente le gritó "espurio" desde las gradas. Dicho calificativo ha sido usado en múltiples ocasiones por el candidato de izquierda que fue derrotado en las pasadas elecciones, Andrés Manuel López Obrador. No discutiré aqui si la expresión de Andrés Gómez fue a titulo personal o forma parte de la protesta que hasta la fecha sigue encabezando López Obrador, referente a la transparencia y confiabilidad de los comicios electorales que le dieron la victoria al candidato de derecha y muy a mi pesar, actual presidente de México, Felipe Calderón. Creo que eso es lo de menos. El hecho es que en el preciso momento en el que el presidente pronunciaba un discurso en el cual elogiaba los logros democráticos y la libertad de expresión de los cuales supuestamente goza mi país, Andrés Gómez y otros estudiantes lo interrumpieron a gritos. Cuando Calderón hablaba de libertad de expresión uno de ellos grito "¿Libertad? ¿Cual libertad?"

Si alguna duda había de la veracidad de dicha protesta, el estado mayor presidencial se encargó de despejarla. Con esa eficacia que tanto les caracteriza, agentes de seguridad de Calderón se encargaron de sacar del recinto a los jovenes.

La relevancia de este episodio no estriba en la importancia o trascendencia que este vaya a tener en el futuro. Su importancia radica en ejemplificar a pequeña escala la realidad que vive no solo mi país sino el resto de America Latina y otros países. La libertad de expresión es un término que encaja de maravilla en los discursos políticos, pero a la hora en que es puesta a prueba la cosa cambia. Resulta rídiculo que en el mismo momento en que Calderón hablaba de la plena libertad de expresión de nuestra sociedad sus agentes de seguridad sacaran del salón a alguién precisamente por hacer uso de esa misma libertad.

Resulta cómodo hablar de libertad de expresión cuando nadie esta poniéndola a prueba.
Dicho de otra forma, la libertad de expresión parece ser en estos tiempos el sagrado derecho que tiene el pueblo de opinar lo que le de la gana en la teoría, siempre y cuando no se le ocurra expresarlo en la práctica.

La libertad de expresión es un derecho que se encuentra en constante peligro de desaparecer si no se hace uso de el. Y en estos tiempos, son muy pocos los que estan haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión al protestar en materias importantes.

Como en todas las épocas y lugares, existen periodistas, escritores, intelectuales, estudiantes y ciudadanos en general que protestan y hacen uso de su libertad de expresión. Pero creo que en la actualidad estos constituyen una minoría. La inmensa mayoría de la población no hace uso de la palabra. Se encuentra en silencio. Y una población que no opina ni se informa no existe. Es solo un rebaño apacentado a placer por políticos corruptos y monstruos corporativos internacionales. Los primeros les dictan las ordenes y los segundos les saquean los bolsillos y los convierten en mano de obra barata.

A ningún político en el poder le conviene un pueblo que haga uso de la libertad de expresión. Esto no es algo nuevo. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo. La obligación de mantener vivo el vital derecho a la libertad de expresión le corresponde al pueblo. Si éste no hace uso de su libertad de expresión la irá perdiendo gradualmente, de una forma tan sutil que solo se percatará de su importancia cuando la haya perdido por completo.

El incidente al cual me referí es solo un pequeño caso local que sirve para ejemplificar una realidad global. No vivimos en una época de mayor libertad de expresión. Simplemente vivimos en una época caracterizada por una profunda apatía política y desinformación de la gran mayoría de la población que propicia que a los políticos les resulte más fácil engañar a sus pueblos haciendoles creer que dicha libertad de expresión existe.

No pretendo que mi opinión resulte radical. No niego que exista libertad de expresión en nuestras sociedades. Lo que pongo seriamente en duda es que esa libertad sea hoy más amplia que en el pasado o que se este progresando en este campo. De hecho creo que estamos retrocediendo.


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Sobre el libre mercado

Los problemas mas graves que enfrenta el mundo en el siglo XXI son complejos: el capitalismo voraz -representado en su espectro mas visible por las grandes compañías transnacionales- que hoy más que nunca esta contribuyendo a crear un mundo con una inmensa mayoría de la población viviendo en condiciones de pobreza atroces por un lado, y una minoría ridícula en contraste numérico, amasando una riqueza obscena por el otro. La diferencia entre ricos y pobres es en la actualidad mas grande que nunca, tanto cualitativa como cuantitativamente. Y la brecha no deja de crecer.

En su libro, 13.99 euros, -una novela que constituye un verdadero manifiesto feroz en contra del mundo de la publicidad- Frederic Beigbeder se refiere al marketing como una perversión de la democracia. En una adición personal, yo ampliaría esa definición no sólo a la publicidad -que no deja de ser un instrumento al servicio de un poder mayor- sino a las compañías que hacen uso de ella (las grandes corporaciones transnacionales) y a las reglas del juego que les han permitido amasar sus increíbles fortunas (El libre mercado llevado hasta su extremo: el Neoliberalismo)

¿La democracia va necesariamente de la mano del libre mercado? ¿Si es así porque el libre mercado hace tan poco por fortalecer a la democracia? ¿Porque entonces el libre mercado resulta más fácil de implantar en una sociedad justamente cuando esta se encuentra pasando por crisis económicas o inestabilidad política?

Un sistema económico que produce unos cuantos multimillonarios a costa de millones de pobres no puede ser democrático. Y eso es justamente lo que esta haciendo el capitalismo neoliberal de la actualidad. El comunismo sonaba bien en el papel, pero en la práctica resultó un fracaso estrepitoso que produjo un estado burocrático y totalitario con la inmensa mayoría de su población sumida en la pobreza y la represión. ¿Si podemos ver esa realidad y tratar de aprender de los errores cuanto tiempo más pasará antés de que aceptemos que la mano invisible de Adam Smith jamás se pondrá al servicio de los pobres?


***

¿Realmente hemos superado los problemas del pasado? ¿Realmente hemos dejado atrás nuestros viejos y eternos prejuicios? ¿Alguien se atrevería a decir que el racismo, la homofobia, la xenofobia y otros males parecidos han desaparecido en la actualidad?

¿Vivimos hoy en un mundo más justo?

No lo creo, como no creo que nuestras sociedades actuales esten fortaleciendo sus democracias o gocen de una mayor libertad de expresión que en el pasado.

Creo que una población desinformada que cree erroneamente disfrutar de una mayor libertad de expresión que en el pasado, simplemente porque eso es lo que le repiten constantemente sus políticos, resulta un escenario más peligroso que una población reprimida que por lo menos lucha por remediar su situación. Al final de cuentas, ambas sociedades se encuentran reprimidas. La diferencia estriba únicamente en que una lo sabe y la otra no.

Thursday, October 02, 2008

2 de Octubre de 1968, Plaza de las Tres Culturas, Ciudad de México


10 días antes de que dieran inicio las olimpiadas de 1968 en la Ciudad de México -solo 10 días antes- una multitud de estudiantes se dirigía a un mitin de protesta pacífico a celebrarse en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada dentro del complejo de edificios de Tlatelolco.

Pocos de ellos le prestaron atención a los agentes militares de civil con la mano enfundada en un guante blanco que rondaban por la plaza -el tristemente célebre "Batallon Olimpia"- y por los techos de los edificios. Pocos advirtieron los tanques bloqueando los escasos accesos a la plaza. En el momento en que un helicoptero militar comenzó a sobrevolar el lugar, ninguno de ellos sabía que la plaza estaba sitiada y se había convertido en unos minutos en una trampa mortal.

Una bengala verde, disparada desde el helicoptero, era la señal convenida por los asesinos. A partir de ahí y hasta la mañana del día siguiente, Tlatelolco se convirtió en un infierno. El Batallon Olimpia abrió fuego contra la multitud y disparó a todo aquello que se moviera. Los francotiradores en los techos tenían a su merced a una multitud desarmada que en vano intentaba encontrar una vía de salida.

Pero no había niguna. En un ejemplo glorioso de estrategia militar, el ejercito mexicano había cerrado todas las salidas de la plaza y los accesos a los edificios de departamentos. Que valentía de estos soldados. Imaginen el coraje que se necesita para disparar desde un techo a una multitud de estudiantes desarmados. Los que aún viven deben estar tan orgullosos.

Los que no murieron aquel día fueron transportados en camiones a campos militares. Algunos fueron liberados. De otros no se volvió a saber.

A la mañana siguiente, en México no había pasado nada. La prensa oficial, comprada por el gobierno, no dedicaba una línea a la masacre. Los pocos medios que se atrevieron a tocar el asunto narraban tímidas crónicas y arrojaban aún más tímidas cifras sobre el número de estudiantes asesinados.

El número exacto no se sabrá nunca. Las especulaciones actuales mas cercanas situan la cifran en un número no menor de 300 muertos. Algunos elevan la cifra hasta 500.

No hay que olvidar que a la cifra de caídos en la plaza habría que sumarle los desaparecidos por el ejercito mexicano. Todos aquellos que subieron a los camiones del ejercito y de quienes no se volvió a saber nada.

Gustavo Diaz Ordaz -Presidente de México en turno- dijo que los muertos fueron 20.

Hoy es 2 de octubre. Hoy hace 40 años se perpetraba la masacre de Tlatelolco. Como cada año la Ciudad se desquiciará con las diversas marchas que bloquearán las principales avenidas. Como cada año se repetirá la misma vieja consigna: "2 de octubre, no se olvida".

Pero lo cierto es que los criminales que gestaron la masacre jamás fueron llevados ante un tribunal. La gran mayoría deben estar -felizmente- muertos a estas alturas.

Sólo nos queda recordar a los muertos y repudiar a los asesinos.
Si de verdad existe algo llamado "deber cívico", éste no consiste en plantarse ante un desfile militar, saludar y cantar las estrofas del himno nacional. Sobra decir que no se esta cumpliendo ningún deber cívico acudiendo a la plaza del Zócalo cada 15 de septiembre a embriagarse y ponerse en rídiculo gritando consignas estúpidas.
Si es un deber cívico en cambio, conocer nuestra historia y aprender de ella.
Cualquiera que viva en este país esta moralmente obligado a leer "La Noche de Tlatelolco" de Elena poniatowska, por ejemplo.
Oriana Fallaci, la legendaria periodista italiana, estuvo presente en Tlatelolco aquella tarde. He aqui lo que dijo a los medios el siguiente día:
No, no voy a dar ninguna entrevista, ninguna, no después de lo que me pasó; me han disparado, me han robado mi reloj, me dejaron desangrarme ahí en el suelo del Chihuahua, me negaron el derecho a llamar a mi embajada... Quiero que la delegación italiana se retire de los Juegos Olimpicos; es lo menos que pueden hacer. Mi asunto va a ir al Parlamento, el mundo entero se va a enterar de lo que pasa en México, de la clase de democracia que impera en este país, el mundo entero. ¡Qué salvajada! Yo he estado en Vietnam y puedo asegurar que en Vietnam durante los tiroteos y los bombardeos (también en Vietnam señalan los sitios que se van a bombardear con luces de bengala) hay barricadas, refugios, trincheras, agujeros, qué sé yo, a donde correr a guarecerse. Aquí no hay la más remota posibilidad de escape. Al contrario. Yo estaba tirada boca abajo en el suelo y cuando quise cubrir mi cabeza con mi bolsa para protegerme de las esquirlas un policía apuntó el cañon de su pistola a unos centímetros de mi cabeza: “No se mueva.” Yo veía las balas incrustarse en el piso de la terraza a mi alrededor. También vi cómo la policía arrastraba de los cabellos a estudiantes y a jóvenes y los arrestaban. Vi a muchos heridos, mucha sangre, hasta que me hirieron a mí y permanecí tirada en un charco de mi propia sangre durante cuarenta y cinco minutos. Un estudiante junto a mí repetía: “Valor Oriana, valor.” La policía jamás atendió a mi petición: “Avísenle a mi embajada, avísenle a mi embajada.” Todos se negaron hasta que una mujer me dijo: “Yo voy a hacerlo.”
He llamado a mi hermana que sale hoy en avión, he llamado a Londres, a Paris, a Nueva York, a Roma. Hoy en la mañana cuando me llevaron a rayos X unos periodistas me preguntaron qué hacía en Tlatelolco: ¿Qué hacía, Dios mío? Mi trabajo. Soy una periodista profesional. Tuve contacto con los líderes del Consejo Nacional de Huelga porque el Movimiento es lo más interesante que sucede ahora en su país. Los estudiantes me hablaron el viernes a mi hotel y me dijeron que habría un gran mitin en la Plaza de las Tres Culturas el miércoles 2 de octubre a las cinco de la tarde. Como no conocía la Plaza y sé que es un centro arqueológico pensé combinar las dos cosas. Por eso fui. Desde que llegué a México me llamó la atención la lucha de los estudiantes contra la represión policiaca. Me asombran también las noticias en sus periódicos. ¡Qué malos son sus periódicos, qué timoratos, qué poca capacidad de indignación! ¡Qué Olimpiadas ni qué nada! Apenas me den de alta en este hospital, me largo.
He aqui más testimonios:

Wednesday, October 01, 2008

solo existe algo peor que un asesino...


Ayer, circulando por las interminables calles de mi apocalíptica y querida ciudad, tuve la oportunidad de ver un camión de pasajeros con una gran inscripción en letras rosas: "Atenea, transporte exclusivo para mujeres".

Resulta deprimente que tengamos que llegar al extremo de separar a las mujeres del transporte regular por las constantes agresiones y ofensas de las que son víctimas por parte de los hombres.

La solución no es separar a las mujeres en los autobuses o confinarles vagones del metro para su uso exclusivo. La solución es terminar de una vez por todas con la ignorancia y estupidez de los hombres que insisten en agreder a las mujeres en la vía pública o en el ámbito doméstico. Lo mismo puede decirse con respecto a las penas que se le imputan a los violadores. La solución no es aumentar las penas hasta el límite de pedir la muerte del infractor. La solución es la educación. Lo que debemos tratar de evitar es que aparezcan violadores. No aumentar el castigo de los que aparecen.

No me malentiendan. Tengo mis razones para no creer en la pena de muerte, pero la violación es un asunto particularmente repulsivo para mí. Creo que es el peor acto que puede cometer un hombre y en mi opinión es aún más despreciable que el asesinato. Un violador es para mí la especie mas digna de desprecio y asco de todas las que habitan nuestro vasto zoológico humano. Tomando en cuenta la inmensa oferta que éste ofrece en ese campo, decir eso no es poco para mí.

Pero de poco sirve castigar al violador cuando este ya ha perpetrado su crimen y arruinado la vida de su víctima. Lo que debemos evitar por todos los medios es que se formen nuevas generaciones de hombres ignorantes que sean capaces de cometer violaciones en el futuro. Para cualquier persona medianamente educada y racional, la violación resulta un acto criminal y abominable.

En esta tarea comparten responsabilidad los dos géneros. Resulta más evidente en el hombre por supuesto, pero las mujeres también deben superar ciertos prejuicios e ideas estúpidas, como ese argumento imbécil y tan tristemente extendido que dice que las mujeres violadas no son víctimas sino culpables (¡¿?!) de su suerte por "provocar" a los hombres al vestirse de forma llamativa. Esta clase de estupideces propicia que los violadores permanezcan impunes e incluso racionalicen y justifiquen -aunque solo sea ante sus propia conciencia- sus acciones. Conozco a mujeres que defienden esta idea. Mujeres. Por razones de etiqueta y buenos modales he preferido evitar discusiones inútiles con ellas, tomando en cuenta que sería imposible hacer entrar en razón a una mujer tan increíblemente estúpida como para sostener una idea que sabotea su género y pisotea su propia dignidad.

Aqui debo dejar clara mi opinión: La mujer es libre de vestirse como le venga en gana. Y tiene el derecho de ser respetada en todo momento y lugar. El hombre que agrede, ofende o viola a una mujer es el único culpable de la acción. Responsabilizar a la mujer por ser víctima de una agresión o una violación equivale a culparla de la estupidez, ignorancia y maldad de su agresor, y esa es una idea incontrovertiblemente imbécil. ¿Existe de verdad alguien que se atreva a sostener esa aberración?

no eres un objetivo de mercado


He aquí una breve proposición para intentar ser feliz en el siglo XXI.

Comienza por renunciar a todo. Renuncia a tus posesiones materiales. Renuncia al deseo de comprar algo que no necesitas. Renuncia al deseo de ser algo que no eres y en lo que no podrías convertirte aún si quisieras. Renuncia a querer ser lo que los publicistas quieren que seas. Renuncia a ser un objetivo de mercado.

No necesitas un Rolex para saber la hora. No necesitas acelerar de 0 a 100 kilometros por hora en menos de 7 segundos. No necesitas un nombre italiano en el frente de la ropa que vistes. La ropa sirve para protegerte del frío. No para definir quien eres. No necesitas oler a loción. No necesitas tener una diferente fragancia para cada ocasión, para cada temporada del año, para cada momento del día. No necesitas asientos de piel. No necesitas el último gadget.

No eres lo que vistes. No eres lo que compras. No eres lo que deseas.

No eres el contenido de tu cartera. No eres tus tarjetas de credito ni tu cuenta en el banco. Cada vez que entras a un centro comercial y compras alguna porquería de moda estas siendo predecible. Estas haciendo exactamente lo que los publicistas esperan que hagas.

Las marcas no significan nada. Memoriza bien estos nombres: Hugo Boss, Armani, Versacce, Tommy Hilfigher, GAP, Mossimo, Ray Ban, Gucci, Louis Vuitton, Rolex, Omega, Mac, Apple, BMW, Mercedes Benz, VW, Converse, Nike, Adidas, Motorola, Coca Cola, Nokia, McDonald´s, Starbucks, Benetton, Dolce & Gabanna, DKNY, Mont Blanc...

Memoriza bien esa lista y después olvidala para siempre. Nada pasará si lo haces.

Nada material perdura. No eres lo que posees. Una sociedad que te juzga por lo que posees esta corrompida y envenenada.

No sepultes tu espiritú dentro de un traje Armani.

Renuncia a ser un objetivo de mercado. Tu eres más que eso. Puedes ser mucho más que una decima en el porcentaje anual de ganacias de una corporación transnacional.

No eres lo que los demás piensan de tí. Eres lo que piensas. Eso y nada más.