Monday, May 01, 2006

el círculo de la miseria


Todos los seres humanos somos iguales. No existen diferencias significativas entre un grupo y otro. Todos tenemos la misma capacidad intelectual y el mismo derecho a la felicidad.
El sistema capitalista tiene en su interior un defecto grave e irreparable. No garantiza el bienestar de todos por igual, sino tan solo el bienestar de unos cuantos. El capitalismo necesita forzosamente de una división social entre el primer mundo y el tercero. Es falso afirmar que algún día, el tercer mundo alcanzará la misma calidad de vida que los países primermundistas. Eso no sucederá. No puede suceder, pues ni siquiera existen los recursos suficientes para que eso sea posible.
Dicen que el dinero no compra la felicidad. Lo cierto es que eso es falso. En nuestro mundo capitalista, el dinero si compra el bienestar y la felicidad. La pobreza extrema es simplemente incompatible con las mínimas condiciones que se requieren para el bienestar físico, social y mental.
Algo debe estar muy mal con el sistema capitalista, cuando millones y millones de habitantes de los países tercermundistas nacen viven y mueren, sin recibir nunca los beneficios de una educación o de unas condiciones dignas de subsistencia.
La servidumbre, en cualquiera de sus modalidades y disfraces, es una ocupación indigna y degradante para el ser humano. Su inevitable existencia, es solo un reflejo de lo injustos que son los sistemas políticos y económicos que nos rigen.
Existen muchas formas por las cuales un ser humano puede redimirse de la servidumbre. La mas eficiente de ellas es la educación. El conocimiento. Y por encima de eso, el ansia de mas conocimiento.
La condición esencial que debe reunir un auténtico mundo igualitario, es que todos sus habitantes tengan las mismas oportunidades de acceder a la educación. El que un determinado grupo posea mas conocimiento y educación que otro, no se debe a que posea una capacidad intelectual superior. Simplemente posee la suerte de tener a su disposición los medios adecuados para acceder a un nivel educativo del que los otros grupos carecen.
No solo es una obligación común a todos el acceder al conocimiento. También lo es transmitirlo a los demás. El mayor bien que se le puede prestar a otra persona, es sembrarle el ansia por saber más de lo que ya sabe. Una vez que se logra esto, no es necesario seguir interviniendo en el proceso. La educación debe ser un proceso libre que le permita al individuo el formar su criterio por medio de la mayor cantidad de fuentes posible.
El que la transmisión del conocimiento no sea siempre una prioridad para aquellos que lo poseen, es algo que puede explicarse facilmente. El conocimiento es poder. Por consiguiente, su ausencia es una debilidad insalvable.
A pesar de lo que pueda decirse, la pobreza no es un mal temporal, ni es el producto aislado de gobiernos locales incompetentes. Es en cambio, el requisito indispensable para que las altas esferas sociales del capitalismo mantengan sus privilegios e intereses. La pobreza es un componente vital para que el capitalismo funcione tal y como lo conocemos. Su importancia es simplemente esta: La pobreza mantiene a inmensas masas de la población ocupadas únicamente en la tarea de conseguir los medios de subsistencia mas básicos (Alimento, vivienda y vestido) Esta tarea constituye la única prioridad posible, de tal forma que cualquier otra actividad se convierte en un lujo que no puede satisfacerse. De esta forma, se evita que los pobres puedan acceder a su único medio de redención posible, que son los libros, el conocimiento y la educación.
Es este el círculo vicioso de los pobres: Mientras permanezcan en la miseria, será imposible que accedan al conocimiento. Mientras no accedan a el, será imposible que sobrepasen su miseria.

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