Sunday, May 07, 2006

la opinión de la Iglesia


El hecho de que la Iglesia Católica este perdiendo su influencia y poder en la sociedad, debería ser un motivo para celebrar. Quiza no se esta debilitando con la rapidez con la que se necesita, pero algo es algo.
La Iglesia es una institución dañina y decadente que no le presta el mas mínimo servicio al progreso de una sociedad. Todo lo contrario. La Iglesia inculca falsas ideas en lo mas profundo de la conciencia de las personas, y promueve la ignorancia y la desinformación. Se dice que la Iglesia guarda la función de inculcar los valores que mantendrán vivas las buenas costumbres. Pero ¿Quien ha dicho que esos valores son en verdad positivos? ¿Quien ha dicho que las "buenas costumbres" son en verdad buenas?
Las personas que rigen enteramente sus vidas de acuerdo a estas supuestas "buenas costumbres" son a menudo las peores. Por no mencionar que también son las mas aburridas.
Es una lástima que pase el tiempo, y aún no pueda consolidarse de una vez por todas la separación completa entre la Iglesia y el Estado.
México, que encima de todos los problemas que tiene de por sí, tiene que cargar con el pesadísimo lastre de ser una sociedad profundamente católica, es un buen ejemplo al respecto.
La Iglesia tiene bien establecido su campo de acción. Nada tiene de malo que la gente profese su religión y practique sus ceremonias dentro del templo. Nada tiene de malo que los sacerdotes oficien esas ceremonias y cumplan con las funciones que les exige su cargo. ¿Pero que es lo que hace la Iglesia Católica opinando sobre otros temas diferentes a estos? ¿Porque los sacerdotes insisten en imponer su opinión en temas y discusiones en los cuales no estan capacitados en tomar parte? En particular, creo que la Iglesia no tiene absolutamente nada que decir en torno a cuestiones políticas o científicas.
Cualquier persona es libre de opinar. Pero aunque solo sea por motivos prácticos, deben de existir ciertas reglas en el debate. No es tan complicado. Todo puede reducirse a una sola condición: Para opinar sobre algo, por lo menos hay que cumplir con el requisito de saber de lo que se esta hablando. Hay que informarse y tener un mínimo conocimiento de la materia en la cual se busca emitir una opinión. No es mucho pedir.
Las opiniones de la gente desinformada, no solo son, la gran mayoría de las veces, involuntariamente cómicas, sino inútiles y perjudiciales para el avance de una sociedad. No solo no aportan nada al debate, sino que lo entorpecen.
Resulta ridículo e irritante, el escuchar los aburridísimos argumentos de un sacerdote que condena el uso de la píldora del día siguiente y de otros métodos anticonceptivos, sin tener la mas mínima idea del funcionamiento de la anticoncepción hormonal o de la fisiología sexual humana. Nadie tiene la necesidad de escuchar la opinión de un sujeto que no tiene idea de lo que esta hablando. Prestarle atención a la opinión de un ignorante solo consigue que apartemos la vista de las cosas realmente importantes.
Hay que tomar en cuenta que la Iglesia no es de ninguna forma una buena perdedora. Cuando su opinión es ignorada en cualquier tema, de inmediato comienza a fabricar conspiraciones y denunciar supuestas campañas de persecución en su contra. La Iglesia cree tener el derecho absoluto e incuestionable de acusar, señalar y destruir a quien le de la gana, y al mismo tiempo, se autoproclama invulnerable a la crítica y condena inmediatamente cualquier voz que se atreva a alzarse en su contra. Pide un absoluto y sumiso respeto hacia sus opiniones y posturas, sin retribuirle ese mismo respeto a nadie mas.

1 comment:

Julio said...

Excelente tu articulo y me doi cuenta que es una realidad muy parecida a la que vivimos en Chile, y quizas en toda Lationamerica.