Friday, December 28, 2007

"Fuego he venido a traer a la Tierra"



Whether you interpret the Bible as literature or as the final word of whatever God may be, Christianity has given us an image of death and sexuality that we have based our culture around. A half-naked dead man hangs in most homes and around our necks, and we have just taken that for granted all our lives. Is it a symbol of hope or hopelessness?


Marylin Manson



Vivo en México, uno de los principales bastiones de la Iglesia Católica, esa plaga voraz que después de 1800 años, aún se rehusa a morir. Mi gusto por la ciencia y mi ferviente creencia de que solo a través de ella podemos acceder a conocimiento verdadero y objetivo, hicieron que cuestionará por primera vez, hace mucho tiempo ya, la existencia de Dios. Mi desprecio por la Iglesia como institución y por sus miembros activos (Los papas, los sacerdotes, monjas, obispos, arzobispos, cardenales y demás parásitos) fue consecuencia de reflexiones mucho mas simples: Observaciones de la realidad y séntido común.


La cuestión de si Dios existe o no es un tema completamente diferente al desprecio hacia las religiones organizadas. Si Dios existe o no nunca lo sabremos. La ciencia no puede negar ni probar su existencia. Tesis que defienden los que se denominan agnósticos. Los filosofos pasan su vida entera tratando la cuestión sin resolver nada. Yo en lo personal creo que el ser humano en su infinita soledad se vió obligado a inventar a Dios para sobrellevar su existencia. Pero esa es mi opinión. Reconozco que científicamente es imposible negar su existencia (O probarla) por lo cual quedaría clasificado dentro del grupo de los agnósticos.


En fin, si Dios existe o no es una cuestión independiente al tema de las religiones organizadas. Nada tiene que ver una cosa con la otra. Las grandes religiones del mundo (A saber, el cristianismo, el judaismo, el Islam) fueron fundadas por oportunistas que vieron en la religión el medio perfecto para acceder al poder y mantenerlo indefinidamente. Sin lugar a dudas, la religión es el instrumento al servicio del poder mas eficiente que el ser humano haya concebido. La religión aplasta e idiotiza a sus subordinados, mientras estos en su ignorancia creen que en realidad estan siendo salvados (De que no lo se, pero salvados al fin y al cabo) Es la manipulación perfecta.


Estas tres religiones, que el día de hoy, por desgracia, agrupan a la mayor parte de la población del mundo, son en realidad monstruos depredadores. Son culpables de tratar de detener el progreso humano por todos los medios a su alcance, de diseminar la ignorancia, el miedo y la superstición sobre el mundo, de enfrentar a los seres humanos entre sí, de enemistar a los unos contra los otros a causa de nimiedades, de derramar sangre ininterrumpidamente a lo largo de toda la historia de la humanidad. ¿Cual es el propósito de las religiones aparte de mantener a sus cabecillas en la opulencia y la impunidad y al pueblo en la miseria? Dividir. Enfrentar a los humanos los unos contra los otros. Dividirlos e incitar su odio hacia aquellos que no profesan su fé. Ya lo dijo Jesus:








"Fuego he venido a traer a la Tierra, ¡y que quiero sino
que arda! Se dividirán el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la
madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la
nuera contra la suegra"
(Lucas 12:49-53)


Las religiones se han encargado desde tiempos inmemoriales de sembrar las semillas del odio que han terminado provocando los mas atroces episodios de la especie humana. Por nombrar una breve lista de los crímenes perpetrados en nombre de Jesus y la cristiandad, recordemos a la Santa Inquisición, las Cruzadas, la quema de brujas en Europa (Y en casos aislados, en los Estados Unidos) , el genocidio indígena americano, mal llamado "evangelización", la complicidad de la Iglesia Católica con el infame comercio de esclavos africanos, la cooperación oportunista del Vaticano con los regímenes de los dementes mas notables del Siglo XX (Mussolini, Hitler, Franco) y su posterior silencio cobarde ante las atrocidades del Holocausto judío perpetrado por los nazis, la persecución, tortura y asesinato de algunas de las mentes mas brillantes que haya dado la historia (Giordano Bruno por nombrar uno), la redacción de algunos de los escritos mas infames que hayan sido producidos por mente humana alguna (El Malleus Maleficarum de Sprenger y Kramer por nombrar uno, responsable del asesinato de cientos de miles de mujeres inocentes durante la quema de brujas medieval y uno de los libros mas atroces y despreciables que hayan existido), la creación del Index librorum prohibitorum que pretendió mantener a la humanidad en las tinieblas y mandó a la hoguera algunas de las mas preciadas obras intelectuales de la humanidad así como a varios de sus autores, la complicidad de la Iglesia Católica con todas y cada una de las dictaduras militares que torturaron y asesinaron impunemente a miles y miles de latinoamericanos con la plena bendición del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. La lista es interminable.


¿Como defender a las religiones? ¿Como perdonarlas por sus crímenes? No basta con disculpas tímidas de Juan Pablo II. Sus crímenes estan consumados y son absolutamente imperdonables. Una Institución que ha causado tanto daño a la Humanidad no merece segundas oportunidades. Merece desaparecer para siempre de la faz de la tierra.


Alinearse a alguna de estas religiones requiere de dos requisitos previos: ignorancia total de la historia y estupidez.


Pero en fin. No todo el panorama es negro. Justo es decir que existen algunas religiones que preconizan principios loables y de las cuales la Humanidad podría aprender mucho. No son muchas, pero existen. Una de ellas es el Jainismo, religión fundada por Mahavira en el siglo VI a.c. y actualmente practicada por pequeños grupos diseminados en algunas regiones de la India. Fue de esta religión de donde uno de los seres humanos mas grandes que hayan pisado la tierra tomó varios de los conceptos que posteriormente moldearían su pensamiento: Mahatma Gandhi.




El jainismo es único en el hecho de que durante su historia es la única religión que nunca ha transigido en el concepto de la no violencia ni en el principio ni en la práctica. Sostiene que la no violencia es la suprema religión (ahimsa paramo-dharma) y ha insistido en su observancia en pensamiento, palabra y acción a nivel individual y social. El texto sagrado Tattvartha Sutra lo resume con la frase “parasparopagraho jivanam” (toda la vida se sustenta mutuamente).




Para el jainismo el universo es una totalidad viviente; todo ser posee un alma, más o menos compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan el universo y son dignos de respeto. El mayor pecado para el jainismo es causar daño a un ser vivo, aunque también hay que evitar dañar a la tierra o a las almas del agua o del aire.




La religión jainista presenta una perspectiva igualitaria de las almas, sin importar las diferencias en las forma física: humanos, animales, y organismos vivientes microscópicos. Los humanos son los únicos poseedores de los seis sentidos: vista, oído, gusto, olfato, tacto y pensamiento; por lo tanto de los humanos se espera que actúen con responsabilidad hacia toda la vida siendo compasivos, sin egoísmo, sin miedo, racionales y misericordiosos.



Desde el punto de vista epistemológico, el jainismo es relativista, defiende que el conocimiento del mundo sólo puede ser aproximado y que, con el tiempo, incluso su propia religión acabará por desaparecer.



La comunidad jainista distingue entre monjes y seglares. Los monjes se someten a una disciplina ascética superior a la de los laicos, aunque no ejercen el monopolio de la religión. Viven en un jina-sadman (monasterio jainista). Un jina-rshi (asceta jainista) asume cuatro votos: la no violencia, la sinceridad, la rectitud y la renuncia a las cosas y a las personas.




Los jina-kalpa son las ordenanzas practicadas por los jinas (opuestas a aquellas de los sthaviras). Consiste en cinco votos:
ahimsa (no violencia)
satya (veracidad)
asteya (no robar),
brahmacharya (castidad) y
aparigraha (desapego de lo material).
La religión jainista pone mucha atención en el aparigraha, el desapego de las cosas materiales a través del control de uno mismo, penitencia, abstención de la indulgencia, limitación voluntaria de las necesidades y consecuente disminución de la agresividad.




El vegetarianismo es un modo de vida para un jainista, teniendo su origen en el concepto de jīva dāya (‘compasión por los seres vivos’) y el a-himsáá (la no violencia). La práctica del vegetarianismo es vista como un instrumento para la práctica de la no violencia y la coexistencia pacífica y cooperativa.



Los jainistas son vegetarianos estrictos (dieta veganaa) que consumen solamente seres sin sentidos, principalmente del reino vegetal. Si bien la dieta jainista por supuesto implica daño a las plantas, esto se ve como la forma de sobrevivir que causa el mínimo de violencia hacia los seres vivos (muchas formas vegetales incluyendo raíces y ciertas frutas también están excluidas de la dieta jainista, debido al gran número de seres vivos que contienen por el ambiente en que crecen).




Este respeto a los animales, dicho sea de paso, se encuentra completamente ausente en las religiones semíticas (Cristianismo, judaísmo, Islam) El Antiguo Testamento nos narra hasta la náusea como cada insignificante incidente en la vida de los hebreos terminaba invariablemente con un carnero desangrado consumiendose en el fuego. Al parecer Yavé, el sanguinario y rencoroso Dios de los Judíos, es particularmente afecto al olor de la carne asada. En el Génesis se nos informa que Dios, en su infinita sabiduría, le entrega al hombre el dominio total sobre el resto de los animales. Por carecer de alma, no son merecedores de compasión o respeto.


El Jainismo comparte con otras religiones hindúes la ausencia de jerarquias eclesiasticas. No hay personajes siniestros enclaustrados en palacios erigidos a costa de la sangre de inocentes, con miles de sirvientes a su servicio, viviendo en una opulencia obscena. No existe el equivalente al Papa en términos simples.


Lástima que estemos tan lejos del radio de influencia de dichas religiones. En el mundo occidental tenemos que conformarnos con tratar de sobrevivir a nuestras religiones.


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