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Sobre la libertad de expresión en la actualidad
La libertad de expresión en estos tiempos es en gran medida una ilusión. Sin duda se ha ganado mucho terreno en este campo y una prueba bastante convincente es que alguien en Argentina, Colombia o España pueda leer lo que en estos momentos escribo con solo dar un click en el mouse, y que yo pueda leer las opíniones y escritos de cualquier persona que deje un comentario en una de mis entradas con solo visualizar su perfil.
Creo que la expansión global de opiniones a través de internet es un gran logro. Sin embargo, en otros campos creo que no ha habido ningún progreso y en ocasiones ha habido retrocesos.
Justo el día en que publiqué mi último post, referente al aniversario 40 de la masacre de Tlatelolco, el presidente de mi país otorgó el premio nacional de la juventud a jovenes destacados en diversos ámbitos. Uno de los galardonados fue Andrés Leonardo Gómez Emilsson. Después de recibir su galardón de manos del presidente le gritó "espurio" desde las gradas. Dicho calificativo ha sido usado en múltiples ocasiones por el candidato de izquierda que fue derrotado en las pasadas elecciones, Andrés Manuel López Obrador. No discutiré aqui si la expresión de Andrés Gómez fue a titulo personal o forma parte de la protesta que hasta la fecha sigue encabezando López Obrador, referente a la transparencia y confiabilidad de los comicios electorales que le dieron la victoria al candidato de derecha y muy a mi pesar, actual presidente de México, Felipe Calderón. Creo que eso es lo de menos. El hecho es que en el preciso momento en el que el presidente pronunciaba un discurso en el cual elogiaba los logros democráticos y la libertad de expresión de los cuales supuestamente goza mi país, Andrés Gómez y otros estudiantes lo interrumpieron a gritos. Cuando Calderón hablaba de libertad de expresión uno de ellos grito "¿Libertad? ¿Cual libertad?"
Si alguna duda había de la veracidad de dicha protesta, el estado mayor presidencial se encargó de despejarla. Con esa eficacia que tanto les caracteriza, agentes de seguridad de Calderón se encargaron de sacar del recinto a los jovenes.
La relevancia de este episodio no estriba en la importancia o trascendencia que este vaya a tener en el futuro. Su importancia radica en ejemplificar a pequeña escala la realidad que vive no solo mi país sino el resto de America Latina y otros países. La libertad de expresión es un término que encaja de maravilla en los discursos políticos, pero a la hora en que es puesta a prueba la cosa cambia. Resulta rídiculo que en el mismo momento en que Calderón hablaba de la plena libertad de expresión de nuestra sociedad sus agentes de seguridad sacaran del salón a alguién precisamente por hacer uso de esa misma libertad.
Resulta cómodo hablar de libertad de expresión cuando nadie esta poniéndola a prueba.
Dicho de otra forma, la libertad de expresión parece ser en estos tiempos el sagrado derecho que tiene el pueblo de opinar lo que le de la gana en la teoría, siempre y cuando no se le ocurra expresarlo en la práctica.
La libertad de expresión es un derecho que se encuentra en constante peligro de desaparecer si no se hace uso de el. Y en estos tiempos, son muy pocos los que estan haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión al protestar en materias importantes.
Como en todas las épocas y lugares, existen periodistas, escritores, intelectuales, estudiantes y ciudadanos en general que protestan y hacen uso de su libertad de expresión. Pero creo que en la actualidad estos constituyen una minoría. La inmensa mayoría de la población no hace uso de la palabra. Se encuentra en silencio. Y una población que no opina ni se informa no existe. Es solo un rebaño apacentado a placer por políticos corruptos y monstruos corporativos internacionales. Los primeros les dictan las ordenes y los segundos les saquean los bolsillos y los convierten en mano de obra barata.
A ningún político en el poder le conviene un pueblo que haga uso de la libertad de expresión. Esto no es algo nuevo. Así ha sido siempre y lo seguirá siendo. La obligación de mantener vivo el vital derecho a la libertad de expresión le corresponde al pueblo. Si éste no hace uso de su libertad de expresión la irá perdiendo gradualmente, de una forma tan sutil que solo se percatará de su importancia cuando la haya perdido por completo.
El incidente al cual me referí es solo un pequeño caso local que sirve para ejemplificar una realidad global. No vivimos en una época de mayor libertad de expresión. Simplemente vivimos en una época caracterizada por una profunda apatía política y desinformación de la gran mayoría de la población que propicia que a los políticos les resulte más fácil engañar a sus pueblos haciendoles creer que dicha libertad de expresión existe.
No pretendo que mi opinión resulte radical. No niego que exista libertad de expresión en nuestras sociedades. Lo que pongo seriamente en duda es que esa libertad sea hoy más amplia que en el pasado o que se este progresando en este campo. De hecho creo que estamos retrocediendo.
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Sobre el libre mercado
Los problemas mas graves que enfrenta el mundo en el siglo XXI son complejos: el capitalismo voraz -representado en su espectro mas visible por las grandes compañías transnacionales- que hoy más que nunca esta contribuyendo a crear un mundo con una inmensa mayoría de la población viviendo en condiciones de pobreza atroces por un lado, y una minoría ridícula en contraste numérico, amasando una riqueza obscena por el otro. La diferencia entre ricos y pobres es en la actualidad mas grande que nunca, tanto cualitativa como cuantitativamente. Y la brecha no deja de crecer.
En su libro, 13.99 euros, -una novela que constituye un verdadero manifiesto feroz en contra del mundo de la publicidad- Frederic Beigbeder se refiere al marketing como una perversión de la democracia. En una adición personal, yo ampliaría esa definición no sólo a la publicidad -que no deja de ser un instrumento al servicio de un poder mayor- sino a las compañías que hacen uso de ella (las grandes corporaciones transnacionales) y a las reglas del juego que les han permitido amasar sus increíbles fortunas (El libre mercado llevado hasta su extremo: el Neoliberalismo)
¿La democracia va necesariamente de la mano del libre mercado? ¿Si es así porque el libre mercado hace tan poco por fortalecer a la democracia? ¿Porque entonces el libre mercado resulta más fácil de implantar en una sociedad justamente cuando esta se encuentra pasando por crisis económicas o inestabilidad política?
Un sistema económico que produce unos cuantos multimillonarios a costa de millones de pobres no puede ser democrático. Y eso es justamente lo que esta haciendo el capitalismo neoliberal de la actualidad. El comunismo sonaba bien en el papel, pero en la práctica resultó un fracaso estrepitoso que produjo un estado burocrático y totalitario con la inmensa mayoría de su población sumida en la pobreza y la represión. ¿Si podemos ver esa realidad y tratar de aprender de los errores cuanto tiempo más pasará antés de que aceptemos que la mano invisible de Adam Smith jamás se pondrá al servicio de los pobres?
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¿Realmente hemos superado los problemas del pasado? ¿Realmente hemos dejado atrás nuestros viejos y eternos prejuicios? ¿Alguien se atrevería a decir que el racismo, la homofobia, la xenofobia y otros males parecidos han desaparecido en la actualidad?
¿Vivimos hoy en un mundo más justo?
No lo creo, como no creo que nuestras sociedades actuales esten fortaleciendo sus democracias o gocen de una mayor libertad de expresión que en el pasado.
Creo que una población desinformada que cree erroneamente disfrutar de una mayor libertad de expresión que en el pasado, simplemente porque eso es lo que le repiten constantemente sus políticos, resulta un escenario más peligroso que una población reprimida que por lo menos lucha por remediar su situación. Al final de cuentas, ambas sociedades se encuentran reprimidas. La diferencia estriba únicamente en que una lo sabe y la otra no.
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