Así es como termina ese pequeño poema de un hasta entonces desconocido poeta llamado TS Eliot que revolucionaría la literatura con la publicación del poema más importante del siglo XX. Cuando uno lee Tierra Baldía por primera vez, la sensación es caos. Es aturdimiento. Uno no sabe lo que acaba de leer. Y por consiguiente ignora aún más como es posible que un conjunto de palabras produzcan una sensación de desamparo tan profunda. El puente de Londres está cayendo, cayendo, cayendo. Abril es el mes más cruel. Memoria y deseo mezclados. shantih shantih shantih A veces las cosas no salen como uno espera. A veces las cosas salen mal. A veces la solución es simple, esta frente a nosotros. Pero no podemos verla. No queremos verla. A veces.... La vida es un flujo continuo de ideas y palabras. Un ser humano no es mas que su esencia. Lo bueno, lo malo, cada parte que compone su pensamiento. Ese fluir continuo. La muerte es parte de la vida. No recuerdo quien lo formuló de esta forma. Pero es cierto. La muerte es la interrupción, la desaparición de un fluir de palabras, de una corriente de pensamientos, de imagenes, de ideas. La desaparición de una forma de concebir el mundo. La desaparición de una conciencia. De una voz. De una opinión. La muerte es una renuncia cuando llega antes de tiempo y el fin de una promesa. De que no lo se pero una promesa al fin y al cabo. Es el destino final de todos. Solo varían las circunstancias. La edad. Los motivos. Nabokov dijo alguna vez que no hay necesidad de romperle el corazón a aquel que ya lo tenía roto de antemano. El asesinato del mundo. El pecado según la iglesia. Libertad al fin y al cabo. En el País de las últimas cosas, Anna escribe una carta desde un lugar remoto. Un lugar profundamente desolador en donde cada ejemplar de cada objeto, cada sueño, cada pensamiento es el último de su especie, de manera que cuando este desaparece lo hace para siempre de la faz de la tierra y de la memoria de los hombres. Este libro es muy dificil. Existen libros tristes, desoladores. Algunos dirán que Kafka es el prototipo. No estoy de acuerdo. Kafka describe al ser humano moderno. Por esa razón la trama pasa a un segundo plano y la escena, las circunstancias de sus cuentos y novelas juegan el papel central. Existen otros libros que me vienen a la mente. La carretera de McCarthy. Pero nunca he leído nada tan desolador como el país de la súltimas cosas. Como siempre ocurre con estos libros, las interpretaciones varían. Son múltiples. Cada crítico y cada lector quiere descifrar el libro y dar con su significado esencial. Algunos lo ven como una visión moderna del infierno. Yo no estoy de acuerdo. El país de las últimas cosas es un lugar en el cual cada cosa a la vista es la última. Cada pensamiento que se va, lo hace definitivamente y para siempre. Cada recuerdo que se olvida se pierde definitivamente. Todo se viene abajo. En realidad creo que Auster describía no el infierno, sino otra cosa. No es muy dificil.
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Fishing, with the arid plain behind me | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Shall I at least set my lands in order? | 425 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||
London Bridge is falling down falling down falling down | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Poi s’ascose nel foco che gli affina | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Quando fiam ceu chelidon—O swallow swallow | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Le Prince d’Aquitaine à la tour abolie | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
These fragments I have shored against my ruins | 430 | |||||||||||||||||||||||||||||||||||
Why then Ile fit you. Hieronymo’s mad againe. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Datta. Dayadhvam. Damyata. | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Shantih shantih shantih |
Monday, April 30, 2012
The Burial of the Dead
Friday, April 27, 2012
la discriminación y la salud mental
La mayoría de estos textos fueron escritos el año pasado. Y los textos completos al respecto se encuentran en la dirección que aparece al final de esta entrada.
Por muchas razones diferentes, por muchas motivaciones y esperanzas que han ido cambiando con el paso de los meses, es que he escrito estos textos. Por esa razón, el compendio total resulta un tanto desconcertante, ya que algunas partes más elaboradas (Que son estas principalmente) las escribí en momentos más tranquilos. Otros de los textos son mi reflejo personal de lo que fue la vivencia de una depresión. Su valor es testimonial, pero me parece que dichos textos son probablemente los mas valiosos, o por lo menos tienen una valía mayor a la de los que siguen a continuación.
En mayor o menor grado, con todas mis limitantes y con toda la subjetividad que acompaña necesariamente al intento de tratar de plasmar en palabras cualquier vivencia humana, el tratar de describir la depresión no solo es una tarea muy ardua por lo complejo que resulta el tratar de poner en palabras -y a la distancia- el horror que representa la depresión, sino que también debe añadirse otra dificultad: la depresión es un padecimiento médico que puede llevarnos al borde de la muerte. Esto es la norma en una depresión grave. Y los textos que escribí unas semanas después, cuando recuperé la suficiente lucidez como para escribir, son el intento más fiel de narrar lo que fue pasar por eso. Es solo un testimonio. Su utilidad reside en que es muy dificil, sino imposible, que una persona que no haya pasado por eso sea capaz de imaginarselo. Y en que es un tema incómodo que pocas personas desean abordar y mucho menos relatar. Decidí hacerlo como una catarsis en el momento en que fueron escritos, y posteriormente, decidí subirlos a este blog inicialmente con la única finalidad de que aún como un simple testimonio, pudieran serle de utilidad a alguien.
Esos textos testimoniales a los que me refiero son:
Estos son los textos más personales que he escrito en este blog. De hecho, con 2 o 3 excepciones son los únicos textos personales que contiene. Los escribí sabiendo que nunca volvería a tener tan presente esa vivencia y que unas cuantas semanas, el recuerdo de lo que acaba de pasar dejaría de tener esa intensidad y esa crudeza que caracterizan aquellos días en los cuales, aún mal, poco a poco te vas dando cuenta que ya pasó lo peor. Yo aún no los he releeído. No se si lo haré algún día.
I. EL PRIMER OBJETIVO
II. PRESENTACION
III. EL PROBLEMA LABORAL
IV. EL MEDICO COMO PACIENTE
V. LA RESPONSABILIDAD
EL PRIMER OBJETIVO
Inicialmente, el objetivo era escribir un libro. Un libro que espero algún día terminar. El tema central sería el estigma del paciente psiquiátrico. O dicho de otra forma y en una acepción más amplia, la discriminación que pesa sobre los pacientes psiquiátricos y sobre los psiquiatras y la psiquiatría en general.
Aún cuando es un término fuerte, la palabra "estigma" no deja de ser una palabra que se utiliza para evitar decir otra -mucho más conocida por todos- que es discriminación.
Uno de los objetivos de ese libro sería poner un énfasis en el médico como paciente psiquiátrico, y todas las particulares y a menudo sutiles formas de discriminación que se ejercen sobre el.
Como médico residente de psiquiatría he atendido a pocos médicos. Trastornos afectivos en su mayor parte.
Recuerdo a una Doctora, con el diagnóstico de crisis de angustia que posteriormente cursó con una depresión grave por la cual fue internada. No recuerdo los pormenores de la depresión. Había sucedido unos 2 años antes de que yo la viera.
Cuando yo la ví estaba muy bien controlada con Lexapro. Eran citas espaciadas porque ya iba hacia el alta.
Aún así me contó algunas cosas que ya desde entonces -hace 2 años que la valoré- me hicieron pensar en este problema.
Cuando fue dada de alta, de regreso a su trabajo, este estaba en la cuerda floja. Y los directivos de su hospital realizaron una junta para determinar su permanencia en esa institución. El argumento que se manejó, como tiempo después ella se enteraría, fue si estaba o no capacitada para ver pacientes. Esto a pesar de varios meses de una remisión parcial, por lo demás, perfectamente esperada tomando en cuenta el diagnóstico.
Era un hospital general. Aún así, eso no exenta a estas personas de haber tomado entre sus manos el futuro de esta Doctora, quien según la historia clínica y la información que me dio, jamás había tenido ningún deterioro en su desempeño ni ninguna queja imputable a su trabajo antes de iniciar con una depresión que no solo la llevó a requerir TEC sino al borde de la muerte.
Este tipo de abusos y de juicios no son mas que en esencia discriminación. Discriminación en su variante más cruel y vulgar. Lo cual deriva a su vez de esa ignorancia absoluta que rodea a la psiquiatría y ese estigma que carga automáticamente cualquier paciente con un diagnóstico psiquiátrico. Más allá de discriminación, el poner en duda la capacidad para ver pacientes de un médico perfectamente capacitado evidencía una ignorancia absoluta del padecimiento por parte de las personas que emiten dicho juicio y un insulto para el respeto que un médico debe recibir simplemente en razón de los años de formación, los conocimientos y la experiencia que le caracterizan.
El trabajo o el futuro de un médico no deben ser tomados a la ligera. Un médico ha estudiado en promedio 7 años para titularse. Ha hecho una infinidad de guardias y en este país, con frecuencia, ha dado su servicio en comunidades remotas a cambio de una beca risible comparada al trabajo que hace -aún como médico de pregrado- y a los riesgos que se expone durante ese año.
Al final conservó su trabajo, sin tener que recurrir a otras instancias que protegen a los pacientes -de cualquier rama de la medicina- del ejercicio injustificable de la discriminación.
INTRODUCCION.
Tradicionalmente, en las sociedades humanas, y en particular al interior del seno familiar, cuando uno de los miembros del grupo cae enfermo, el resto de la familia procura por todos los medios posibles prodigarle a éste los cuidados y la protección necesarios para que pueda recobrar el estado de salud lo más pronto posible, evitando además en la medida de lo posible que la enfermedad repercuta en el futuro en la calidad de vida del enfermo, en base a secuelas remanentes.
Esto en ocasiones no se cumple en el caso de los ancianos de ciertos grupos sociales, que al verse aquejados por una enfermedad son víctimas del descuido y el abandono de sus familiares, ya que su valía se ve disminuída con la reducción en la funcionalidad propia del paso de los años y la llegada a la senectud.
Sin embargo, en el caso del enfermo que durante su enfermedad es provisto por los cuidados necesarios para su recuperación, la enfermedad es atenuada no solo por esta protección y estas medidas dirigidas a su recuperación, sino por la carga emocional que conlleva el saberse valorado por los miembros de su familia, quienes al poner en práctica estas medidas, también ponen en evidencia la importancia que el enfermo tiene para la familia y la preocupación que genera su status de enfermo en los miembros de su familia.
El enfermo sufre a consecuencia de las dolencias propias de su enfermedad, sin embargo al menos cuenta con el consuelo de saberse apreciado tanto en ese momento difícil, como en el caso de que llegara a caer en el futuro nuevamente en una enfermedad.
El ser humano es un ser social por naturaleza y necesita esos vínculos emocionales para sentirse parte de su grupo, además de que dichos vínculos muy probablemente tienen por sí mismos una alta importancia en la mejoría del enfermo y en su recuperación total.
Sin embargo, existen ciertos padecimientos que provocan un sufrimiento por partida doble, ya que no solo aquejan al paciente por medio de los síntomas propios del estado patológico, sino que no inspiran esos cuidados familiares que son la norma en casi todos los demás padecimientos médicos, y que por el contrario, conllevan la carga del rechazo, el abandono o la que es quizá la más dolorosa y dañina actitud que pueden adoptar los miembros de la familia: la indiferencia total por el sufrimiento del enfermo.
La persona aquejada por un padecimiento de esta naturaleza no solo sufre por el estado patólogico en sí, sino por todas las consecuencias negativas, el rechazo y la indiferencia de su grupo primario de apoyo, lo cual contribuye a que el enfermo no solo se sepa enfermo sino ignorado, inútil y carente de la valía necesaria para que su red primaria de apoyo se interese por su enfermedad.
Es este el caso del estigma que pesa en relación a los padecimientos psiquiátricos, alimentado por la ignorancia generalizada al respecto de de estos trastornos, así como el rechazo que frecuentemente produce la cercanía de un paciente aquejado por una enfermedad psiquiátrica. Estos padecimientos no solo provocan un intenso sufrimiento en las personas que los padecen, sino una sensación de rechazo que deriva en sentimientos de culpa y minusvalía, así como el gradual aislamiento del paciente y la pérdida consecuente de los cuidados y el apoyo que puede prodigarle su más básica red de apoyo: la familia.
EL PROBLEMA LABORAL
En base a mi muy limitada experiencia de dos años y medio como médico residente de psiquiatría, he tenido la oportunidad de observar diversos aspectos del estigma que aqueja al paciente psiquiátrico.
Uno de esos aspectos, es la inmensa gama de problemas que el paciente tiene que padecer y sortear en el ámbito laboral.
Desde mi visión como médico, he escuchado cientos de veces el testimonio de pacientes con todo tipo de diagnósticos psiquiátricos que me piden por ejemplo que no revele a sus familiares, amigos acompañantes o a su pareja el hecho de que está tomando o van a iniciar un esquema farmacológico psiquiátrico.
Una de las labores cruciales en la valoración de un paciente de primera vez es tomarse el tiempo que sea necesario para convencerlo de la inocuidad de tomar un antidepresivo, por poner un ejemplo, y de explicarle que pese a lo que ha escuchado en los medios de comunicación y de la voz de sus familiares, amigos o pareja, dichos medicamentos son inofensivos, y principalmente, no tienen ningún potencial adictivo, que es una de las ideas erroneas más extendidas al respecto.
Esta tarea debe extenderse, hasta donde sea posible, hablando también con sus familiares o simplemente con aquellas personas que constituyan su red primaria de apoyo.
En la mayoría de los casos, tras una explicación razonable, tanto el paciente como sus familiares acceden a tomar el medicamento.
Sin embargo el siguiente problema es que, como médicos, esta fuera de nuestro alcance el brindar la misma explicación a los compañeros de trabajo del paciente, o a las personas que eventualmente lo entrevistaran para conseguir un puesto laboral.
Por esta razón es algo extremadamente común que el paciente requiera de un resumen clínico por la razón que sea, y en este punto nos solicite el omitir que está tomando medicamentos psiquiátricos así como el "suavizar" los términos del diagnóstico.
Como médicos incurrimos en una falta si hacemos caso a estas peticiones, aún cuando entendamos perfectamente las razones de nuestro paciente.
He escuchado innumerables veces el testimonio de pacientes que me han dicho como, al estar siendo entrevistados para conseguir un trabajo, las personas que lo estan evaluando, propositivamente preguntan acerca de medicamentos que la persona en cuestión esté tomando.
El hecho es que en muchísimos casos, una persona perfectamente capacitada para el puesto, es descartada inmediatamente si menciona que ha padecido una depresión o un trastorno de ansiedad, o si revela el estar tomando el más inocuo antidepresivo que pueda existir.
En este punto la entrevista simplemente termina. Se le dice que se le llamara para hacerle saber del resultado de la entrevista y en la mayoría de los casos dicha llamada nunca llega.
Resulta obvio el señalar que esto no es más que otro vulgar caso de discriminación, que no se diferencia en nada a aquel jefe que despide a una mujer embarazada, o que lo hace debido a que el paciente profese una particular religión, preferencia sexual o pertenezca a un determinado sector de la población que por el motivo que sea, este marcado por prejuicios irracionales.
En este punto, nuestra labor como médicos tiene un límite, y ante esta realidad que no está en nuestras manos cambiar, lo que podemos y debemos hacer es explicarle al paciente que a pesar de estos conflictos y de esta discriminación absolutamente injustificada, debe seguir priorizando su salud y no abandonar su tratamiento.
Poniendome en la perspectiva de paciente, a pesar de saber las ventajas que esto me otorgaría, decidí escribir estos textos sin recurrir a ocultar mi identidad ni mi calidad de médico residente en la especialidad de psiquiatría.
Sin embargo, a la hora de señalar lo que yo he podido atestiguar personalmente en mis consultas en mi clínica de adscripción de primer nivel, si me parece absolutamente innecesario el señalar el menor dato referente a la ubicación de dicha clínica o a los datos personales de los médicos que me han atendido.
El no ocultar mi identidad se debe a que uno de los principales objetivos que persigo al escribir esto es señalar la existencia de un estigma muy particular que pesa sobre los médicos aquejados con un diagnóstico psiquiátrico. Médicos de todas las especialidades. Sin embargo, no es mi intención hacer una denuncia persnal por lo cual es innecesario revelar datos sobre mi clínica de primer nivel.
Hace unos meses fui diagnósticado con un trastorno de ansiedad generalizado e inicie un esquema con un inhibidor selectivo de la recaptura de serotonina. Posteriormente debuté con crisis de angustia. Afortunadamente, aunque solo sea por el criterio de temporalidad, no llegó al nivel de un trastorno de angustia, sin embargo, desde mi muy subjetiva visión, aún recuerdo cada segundo de la madrugada del domingo en el cual presente una crisis crisis de angustia por primera vez, y no tengo duda alguna al decir que es una de las peores experiencias que he vivido en mi vida.
En este punto, la esfera afectiva, que hasta entonces no estaba afectada, comenzó a deteriorse y terminé padeciendo un trastorno depresivo mayor grave que ameritó que se incapacitara en mis labores por mi estado de salud.
Mi psiquiatra fue el encargado de llevar mi tratamiento, el cual fue complicado, teniendo en cuenta que comencé a responder favorablemente hasta el cuarto esquema farmacológico.
Durante las primeras 4 semanas del cuadro agudo, solo salía de mi cuarto dos veces a la semana. Una para acudir a mi consulta y la segunda para cumplir con el engorroso trámite administrativo de acudir a mi clínica de primer nivel para que se me otorgara mi incapacidad semanal.
El resto de los días estuve en su mayor parte en cama. Abandoné todo tipo de actividades. Y al igual que lo sabe cualquier persona que haya padecido una depresión que sobrepasa ese nivel de severidad, esas dos salidas semanales constituan verdaderamente un esfuerzo inmenso.
Como referí, mi médico tratante era mi psiquiatra. La única razón por la cual acudía a mi clínica de primer nivel es por ese papel sin el cual dos faltas consecutivas serían sificientes -siguiendo el criterio en su forma más estricta- para mi cese como médico residente.
Antes de seguir debo decir que respeto a los médicos generales, de la misma forma que respeto a un médico especialista. Ambos hicieron lo mismo para obtener su título como médicos y no tengo encuentro ninguna razón para pensar que un médico general tiene menos valía que un médico residente o un especialista de cualquier rama de la medicina.
Este es mi testimonio y no pretendo generalizar, porque se perfectamente que existen excelentes médicos generales capaces de tratar cuadros psiquiátricos comunes y que no estigmatizan de ninguna forma a sus pacientes. No desconozco tampoco que el mal trato a los pacientes psiquiátricos no es exclusivo de los médicos en el primer nivel de atención sino que también es ejercido por médicos residentes y especialistas de otras ramas de la medicina distintas a la psiquiatría. Y que los errores en que incurren los médicos generales también son llevados a cabo por médicos especialistas.
LA SALUD MENTAL Y EL MEDICO COMO PACIENTE.
El vivir el estigma que deriva de un padecimiento psiquiátrico como la depresión, por poner un ejemplo, es particularmente doloroso.
Aunque nadie lo diga en voz alta, porque es una verdad evidente que ninguna persona debería esconder sus síntomas en su trabajo por miedo a perderlo, y que esto es igualmente válido al hablar de un médico, la realidad es que es algo que ocurre y que todos los médicos saben.
Los psiquiatras le repetimos diariamente a nuestros pacientes que la depresión no es sinónimo de debilidad, ni es la consecuencia de un error, ni es un cástigo ni el reflejo de incapacidad personal en ningún aspecto.
Sin embargo, a la hora de abordar el problema de un médico con depresión, las reglas cambian.
Aunque esa persona tenga todos los signos evidentes que en cualquiera de nuestros pacientes nos harían sospechar inmediatamente de la presencia de un trastorno afectivo o de ansiedad, frecuentemente es necesario que el cuadro llegue a la gravedad para comprender que dicho médico tiene un padecimiento que está por encima de los posibles problemas que deriven de su ausencia en el hospital.
Hablando desde la única perspectiva que puedo, que es desde la visión de un médico residente, puedo decir que es profundamente doloroso y desmotivante que nuestros superiores nos etiqueten, devaluen, desacrediten o duden de nuestra capacidad si nos vemos obligados a ausentarnos por una incapacidad médica debida a una depresión.
Esto se multiplica si no somos nuevos en nuestro ámbito laboral, y hemos trabajado por un tiempo más que suficiente para demostrar que somos perfectamente capaces de realizar lo que hacemos. O de superiores que nos retiran su confianza por la misma razón. O en aquellos casos en los cuales el cuadro ya ha sido diagnosticado como grave y se insiste en ponerlo en duda o adjudicarlo a cualquier otra causa.
El hecho de que en un intento de por sí innecesario por frenar esto, pidamos una disculpa o inclusive nos ofrezcamos a volver, a renunciar a dicha incapacidad o a seguir trabajando parcialmente durante ella, y la respuesta a esto no solo sea un regaño o amonestación sino una indiferencia absoluta, es no solo insultante sino doloroso.
El que la labor académica sea valorada de la misma forma en una persona con un padecimiento médico grave y en una persona sana es algo evidentemente absurdo.
No solo se trata de algo a todas luces aberrante. Como médicos en formación, es profundamente desmotivante y doloroso.
Mientras atravesamos una depresión esto puede hacernos dudar de nuestra capacidad porque nuestra autoestima esta evidentemente alterada. Pero también hace que toda la perspectiva de nuestro trabajo cambie.
Aunque nadie lo pronuncie en voz alta, la depresión en un médico si se percibe como un rasgo de debilidad o incapacidad profesional. No es un secreto que asi como es común que un médico con depresión tenga que llegar a un cuadro grave para conseguir una incapacidad, también es cierto que otros no corren con esa suerte y se suicidan antes de que eso suceda.
Como médicos, nos resulta obvio que no debemos emitir juicios de valor sobre nuestros pacientes, y que a la hora de abordar los sucesos que han ocurrido en su vida en los últimos meses, debemos tener presente que todo debe ser visto bajo la óptica de una persona que estuvo atravesando un padecimiento grave.
Ese beneficio frecuentemente no se le otorga a un médico con el mismo problema. En su ámbito laboral, sus propios compañeros de trabajo diseccionan su vida personal y todos sus sucesos recientes, sin tomar en cuenta un diagnótstico que ya hecho, no tiene porque seguir siendo puesto en duda. Este es un error derivado e la más mínima falta de respeto hacia un compañero de trabajo.
Esto es particularmente importante porque un punto que rara vez se menciona es que el estigma del paciente psiquiátrico no solo es un problema grave, sino que es una obligación combatirlo, de la misma forma que consideramos obvio combatir la discriminación, la homofobia o la misoginia.
El combatir ese estigma no es opcional, es algo que como médicos debemos cumplir como una obligación.
Y al abordar este problema en particular, resulta obvio que la principal responsabilidad recae en aquella persona que trata a esos pacientes y conoce más sobre el problema: los psiquiatras.
LA RESPONSABILIDAD
Creo que si el combate al estigma del paciente psiquiátrico, no comienza por derribar estos prejuicios en nuestra labor médica cotidiana, realmente no hay muchas esperanzas de que el problema sea tomado en serio y se aborde de la forma en que en mi opinión debería hacerse: Tomandolo como una prioridad de la misma magnitud que el tratamiento de nuestros pacientes.
Aceptamos como algo normal el que alguien se incapacité por un esguince cervical, que sanará en dos semanas. Sin embargo cuestionamos que se de una incapacidad por una depresión grave, un padecimiento médico potencialmente mortal. Esto lo se no solo por mi propia experiencia, sino por otros casos que he observado.
Se sigue considerando no solo a la depresión sino a todas las enfermedades psiquiátricas como enfermedades de segunda categoría y los psiquiatras permitimos que médicos generales en unidades de medicina familiar modifiquen tratamientos ya establecidos o le digan a nuestros pacientes que no necesitan tomar antidepresivos. Que solo se harán adictos y que lo único que requieren es ser positivos y echarle ganas.
Los psiquiatras tienen una responsabilidad en eso. Porque el médico, ya sea familiar o de cualquier especialidad que hace eso, está exponiendo a ese paciente de la misma forma que si se tratara de un paciente con cardiopatía isquémica al que le dijera que no necesita tomar isosorbide, que le basta con ser positivo.
Ningún médico en su sano juicio tocaría un esquema establecido por un cardiologo. Y sin embargo los psiquiatras permitimos que médicos ignorantes cuestionen nuestros tratamientos, los modifiquen o incluso suspendan.
Esto es algo grave e indistinguible del ejemplo del paciente cardiópata.
La psiquiatría no es una rama de la medicina de segunda categoría que deba ser puesta en duda, cuestionada o que tenga que probar la eficacia de sus tratamientos. Las enfermedades psiquiátricas no solamente son evidentemente una realidad, sino que cuando son graves, exponen al paciente a la muerte. Consecuentemente, aquel médico que modifica o suspende tratamientos psiquiátricos ya establecidos por un especialista está cometiendo una negligencia médica grave.
Pero ¿Como combatir esta ignorancia cuando los mismos psiquiatras no le otorgan la importancia que deben a un colega que padece depresión o algún otro padecimiento psiquiátrico? ¿Que esperanza puede haber de atacar este problema cuando se dan casos de discriminación entre los mismos psiquiatras? ¿Cuantos pacientes jamás llegaran a un psiquiatra, cursarán con un padecimeinto psiquiatrico sin tratamiento y morirán a consecuencia del estigma que pesa sobre la psiquiatría en general?
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Friday, April 13, 2012
un milagro en la sierra
atardecer en Santa Inés, Querétaro
(un agradecimiento especial a la fotógrafa que capturó esta belleza de imagen.... gracias Mayra)
este texto es para don gregorio y su hija... Oli.
Sucedió a finales del 2008, en un poblado enclavado en la Sierra Gorda Queretana llamado Santa Inés, en el último tramo antes de llegar, que consiste en una carretera de terracería.
Yo me encontraba haciendo mi servicio social de Medicina. Era Sábado.
De camino a Santa Inés, a bordo de una camioneta Pick Up, el padre de mi enfermera y un familiar venían llegando de regreso desde San Antonio, Texas.
Para llegar a Santa Inés desde la ciudad de México es preciso recorrer casi 400 kilómetros y transitar por el semidesierto queretano y un largo ascenso por la Sierra que finalmente conduce a Jalpan de Serra, el último poblado con más de 5 mil habitantes antes de proseguir el trayecto hasta Santa Inés.
Tilaco es el nombre del último poblado antes de que comience la terracería, que consiste en un largo ascenso por la sierra. En su punto más peligroso, la carretera llega a ser tan angosta que aquel que sube, tiene que orillarse precisamente a los pies de un desfiladero de unos 200 metros en cuyo fondo corre el Rio Moctezuma. Este punto es particularmente peligroso en época de lluvias, cuando el terreno puede ceder ante el peso de un vehículo o en Invierno, cuando la niebla llega a ser tan espesa como para impedir la visibilidad a tres metros.
Aquel día había llovido. Después de recorrer más de mil kilómetros, desde los Estados Unidos, Don Gregorio y su acompañante se toparon con una camioneta, exactamente en ese punto. Se orillaron para darle paso, el terreno cedió y la camioneta cayó por un desfiladero de unos 150 metros.
**
Era Sábado por la tarde, por lo cual me encontraba de descanso. Pero en dos semanas de estancia en Santa Inés supe que como único médico rural en una población de dificil acceso, nunca estás realmente de descanso.
Tocaron a la puerta de mi clínica -que al mismo tiempo era mi casa- con esa fuerza con la que ya podía predecir que se trataba de una urgencia. Abrí y una persona me dijo que había habido un accidente y que una camioneta se había ido por el barranco.
Tras más de medio año en Santa Inés ya era médico. Creo que el momento en el cual pasas de ser un estudiante de medicina o un médico de pregrado, a ser un médico, es aquel momento en el cual te encuentras solo, tienes una vida humana en tus manos y realizas la intervención o el procedimiento que debes de hacer sin dudar de lo que estás haciendo y sin miedo. Eso lo viví por primera vez en Santa Inés y es por esa razón que fue ahí donde me convertí en médico.
Una camioneta me esperaba afuera. En 5 minutos, en una mochila que tenía para ese fin guardé mi estetoscopio, soluciones, cateteres, jeringas y todos los posibles medicamentos que tenía y que sabía podrían serme de utilidad.
Subí a la camioneta, que recorrió en 8 minutos un tramo de terracería que normalmente se recorre en 45.
Cuando llegamos, ya estaban estacionadas al borde del camino unas veinte camionetas.
En Santa Inés vi cosas que solo he visto en la gente del campo. Cuando ocurría un accidente en la carretera, TODOS los hombres subían a bordo de todas las camionetas posibles para ir a ayudar, independientemente de quien fuera la persona que se hubiera accidentado.
Cuando llegué, la gente del pueblo intentaba vislumbrar la camioneta.
La caída fue de unos 150 metros. Para cuando llegué, los policías de Tilaco, el pueblo vecino, ya habían entrado bordeando el río moctezuma hasta el lugar en donde cayó. Nunca ví el vehúculo. Solo se que la camioneta quedó partida en tres, que cada segmento estaba separado por más de 6 metros y que el motor salió proyectado fuera y se encontraba también a varios metros.
Ignoro si alguien les agradeció, pero no tengo idea de como aquellos policías de Tilaco, a bordo de un vehículo que no esta diseñado para transitar por ese terreno, llegaron en menos de 10 minutos al fondo del acantilado, al lugar donde aterrizó la camioneta. De no ser por ellos, y de no haber llegado en esos 10 minutos, el llegar bajando por el acantilado, y el sacar a Don Gregorio por la misma ruta hubiera llevado más de dos horas. Probablemente Don Gregorio hubiera perdido demasiada sangre en ese lapso. Aquellos policías, quienes también lo llevaron a Jalpan en minutos, le salvaron la vida. Nunca supe quienes fueron. Si por algún motivo leen estas líneas, ojalá sepan que ese día salvaron una vida.
Ojala sus hijos sepan que sus padres hicieron algo increible ese día, y que esa tarde le salvaron la vida a una persona que es querida y respetada como pocas en su comunidad.
**
Cuando llegué y hable con una de las personas de Santa Inés fue que supe que la persona que iba en la camioneta era Don Gregorio, el papá de Oli, mi enfermera. La persona que iba manejando salió por su propio pie, sin un rasguño. La explicación de esto es algo que ni yo ni ninguna otra persona debe ser capaz de dar.
Oli acababa de irse con la patrulla, hacia el hospital de Jalpán.
Don Venicio me preguntó si quería acompañarlos. Estrictamente hablando ya no era mi obligación. Sin embargo subí y me fuí con ellos. Llegamos a Jalpán en media hora, un trayecto que normalmente se lleva una hora y media.
Bajé de la camioneta y fui a la sala de urgencias. Había salido tan rápidamente que ni siquiera llevaba bata.
Don Gregorio se encontraba en una camilla, en el pasillo. Oli estaba a su lado y me abrazó al llegar. Me dijo que ya se había ido el médico de la tarde y que el de la noche aún no llegaba. En pocas palabras no había médicos y aún no se le habían tomado ni signos vitales.
Le dije a una enfermera que le tomara signos vitales a Don Gregorio y que lo pasara a la sala. Me miró de arriba a abajo hasta que le dije que era el médico de Santa Inés y que la señorita a mi derecha era mi enfermera y era la hija del señor.
La enfermera se puso pálida e inmediatamente cambió de actitud.
-Si Doctor.
Le pedí que le tomara un electrocardiograma. Guardo silencio un momento. Tras entender le pregunté si sabía tomarlo. Me dijo que no. Fue entonces que caí en la cuenta de que había un joven con bata en una esquina, sentado jugando con su celular. Le pregunte a la enfermera quien era y me dijo que era el interno de turno.
Si hay algo que me saca de quicio son aquellos médicos o enfermeras que con el paso de los años olvidan que su trabajo consiste en lidiar con vidas humanas. Pero ver eso en un interno es algo que puede provocarme ideación homicida.
Me presente con el interno y le dije que le tomara un EKG. Me dijo que no estaba el médico adscrito. En ese punto me sacó de quicio.
-Tienes a un paciente politraumatizado de 86 años en el pasillo, estas jugando con tu pinche celular ¿Y no se te ha ocurrido tomarle signos y un electrocardiograma? Es el papá de mi enfermera, no me importa si no esta tu adscrito, ve y tomale un electrocardiograma. Ya.
Todavía de mala gana se levantó y fue por el electro. Comenzó a poner los electrodos. Mal. Para ese entonces, aun no lllegaba un médico y ya estaba francamente de malas como para explicarle como colocarlos. Le dije que yo lo tomaba. Que le tomara la presión arterial, la frecuencia cardiaca y respiratoria.
Apenás terminamos de tomar el EKG, Don Gregorio comenzó con una hematemesis abundante. Con ayuda de Oli, lo movilizamos en bloque esperando que no broncoaspirara. El interno había desaparecido. En aquel momento pensé en buscarlo antes de irme, pero a fin de cuentas lo olvide. Y no hubiera sido una buena idea. De haberlo buscado hubiera podido encargarme de que el adscrito le regañara. Otra opción era estrangularlo. Al final, solo espero en verdad que no haya aprobado su examen profesional y que no tenga una cédula. Es triste ver como ciertos médicos adscritos se van insensibilizando con el paso de los años y olvidan que es la medicina. Pero un estudiante, interno o pasante que desde antes de terminar la carrera da muestras de eso no merece portar una bata blanca ni tener una cédula.
Aún después de la cantidad de sangre perdida, todo el marco cólico tenía un sonido mate a la percusión. No pude escuchar el menor rastro de movimientos peristálticos con el estetoscopio.
En cualquier momento volvería a presentar otro episodio de hematemesis. Su estado de consciencia fluctuaba constantemente. No podíamos movilizarlo. Había que ponerle una sonda nasogástrica o con una altisima probabilidad iba a broncoaspirar en cualquier minuto.
Cuando vi la cantidad de sangre, no se lo dije a Oli, pero la realidad es que pensé que que Don Gregorio no iba a sobrevivir. Ignoro si Oli lo pensó. Nunca se lo pregunté.
**
Había pasado media hora y aún no llegaba el adscrito. Le pedí a la enfermera que le colocará una sonda nasogástrica. Asumiendo que sabía hacerlo.
Al primer intento contaminó todo. Le dije que volviera a enguantarse. A la hora de acercarse, le dijo a Don Gregorio -quien estaba consciente- que inclinara el cuello. No terminó de decirlo cuando le dije que por ningún motivo podía movilizar el cuello y que tendría que hacerlo en la posición en la que estaba.
La enfermera para ese punto se notaba aterrada.
Introdujo la sonda 3 veces. Oli y yo vimos como Don Gregorio se arqueó de dolor. En el momento en el que iba a intentarlo por cuarta vez le dije:
-¿Quiere que yo lo haga?
Inmediatamente volteo hacia mi.
-Si Doctor. Por favor.
-No hay problema, traigame por favor otra sonda y guantes.
Tras traerlos en 30 segundos, le pedí a Oli que me ayudara con la técnica aséptica.
Oli es una de las mujeres más valientes que he conocido en mi vida. Pero cuando voltee a verla fue que caí en la cuenta en algo en lo que debí haber reparado desde el principio. Era su papá el que estaba en la cama. Por primera y única vez la vi bloqueada.
No le dije nada. Solo le pedí que le repitiera mis palabras a su papá en el oído. Me puse los guantes y preparé todo de la forma más aséptica que me fue posible, llené la punta con vaselina, le pedí a Oli que cargara 0.5 ml de agua inyectable en una jeringa y en la posición contraria a la adecuada para la inserción de la sonda, comenzaron las instrucciones de rigor.
-Don Gregorio, cuando yo le diga necesito que pase saliva. Necesito introducirle una sonda por la nariz. Va a a ser molesto pero rápido. Aqui esta su hija.
Oli le dijo:
-Papá, aqui estoy, ¿Me escuchas? ¿Escuchaste al Doctor?
Don Gregorio asintió.
Voltee a ver a Oli. Me miró de una forma rara.
-Oli, cuando pase el agua, dile a tu papá que pase saliva.
Oli se acercó a su papá.
Introducí la sonda ráídamente, sentí el choque de la nasofaringe e hice el movimiento hacia arriba y adelante. Vacie el medio militro de la jeringa en su boca.
-Don Gregorio, pase saliva...
-Papá, pasa saliva, pasa saliva....
Introduje la sonda la cual se deslizó. Durante los primeros tres segundos tuve la duda de si estaba en la boca o en pulmones. Al cuarto segundo se depejó la duda cuando por la sonda comenzó a drenar sangre a litros. Era como si hubieran abierto un grifo.
Sabía que estaba en estómago, pero nuevamente sabía lo que implicaba la cantidad de sangre que comenzó a drenar.
-Ya Oli. Ya esta en estómago.
-Ya fue todo papá. ¿Me escuchas?
Don Gregorio asintió por última vez.
**
En ese punto Don Gregorio dejó de asentir o dar signo alguno de estar consciente.
Para cuando la sonda dejó de drenar, la bolsa había colectado un litro y medio de sangre.
En ese momento llegó el adscrito, quien me vio aun con guantes con una mirada furiosa. Se dirigió a una enfermera y se acercó a mí.
Cuando llegó me presenté y comencé a presentarle al paciente.
-Gracias Doctor, yo me hago cargo...
Haciendo acopio de paciencia con el fin de no hacer un comentario que invocara a su señora madre, finalmente le dije:
-Si Doctor, ¿Ve a esa señora en el pasillo? Es mi enfermera. Y es la hija del paciente. ¿Le terminó de presentárselo?
El médico palideció, cambio inmediatamentede actitud y llamo a Oli.
-Buenas noches señora, soy el Dr. (...) El Doctor ya me comentó lo que pasó. Si gusta puede permanecer aqui. Le van a traer un silla.
Se dirigió a la enfermera, le pidió la silla y se despidió de mí.
No deja de ser triste que haya sido el Sindicato de Enfermeras lo que hizo que todo se agilizara.
Tras hablar con Oli unos minutos más me dio las gracias. Y me dijo que me fuera a descansar. Me preguntó si tenía como regresar. Tras decirle que afuera estaban como 30 personas de Santa Inés salimos y todos se nos fueron encima.
Unos con Oli, otros conmigo, les dijimos como estaba don Gregorio.
Me despedí de Oli, quien aquella noche se fue en ambulancia hasta Cadereyta -que está a unos 200 kilómetros- porque no había cirujano en el hospital.
El cirujano de Cadereyta lo valoró y lo mandó de regreso.
**
Don Gregorio estuvo en el Hospital de Jalpan por tres semanas. No se le hizo ni una laparatomia exploratoria. Aún asi, a tres semanasde estancia, con varios kilos menos y muy debil, se le dio de alta.
Al final, fueron los médicos y las enfermeras las que cuidaron de don gregorio esas tres semanas. Además de su fortaleza, fue por los cuidados y la atención del personal del hospital de jalpan que pudo recuperarse tan rápido.
Regresó a Santa Inés. Comenzó a comer más. A recuperarse.
En menos de 3 meses de que ocurriera el accidente, volvió a tomar sus herramientas por la mañana para ir a alimentar a sus animales y trabajar en su finca.
Ignoro las razones por las cuales, a su edad, y en el estado en que lo vi, no solo sobrevivió, sino se recuperó en 3 meses sin siquiera habersele hecho una cirugía.
Es uno de los milagros más increíbles que me ha tocado ver como médico.
Aquel año en Santa Inés viví y conocí cosas que se que muy probablemente nunca volveré a experimentar y que no hubiera vivido de otra forma.
No solo presencie ese milagro. Quizá ese fue uno de los más increíbles. Pero no fue el único.
Aquel año supe que la medicina era mi vida. La medicina general. Y que la especialidad sería un paso más, pero que la esencia de la medicina radicaba en todo lo que experimenté y viví ese año.
Ese año supe que todo lo que implica terminar una carrera como la de medicina te da automáticamente y por el resto de la vida el respeto de los demás. Pero que existía otra clase de respeto que se gana con la forma en que trabajas, que es aún más dificil de conseguir y sobre todo preservar, y que toda la carrera de medicina es solo el preámbulo para llegar a tener una cédula, un consultorio, y comenzar a ganarte ese respeto, que es el más importante de todos. Creo que ese respeto consiste en que un paciente le de a un médico lo más preciado que éste puede esperar de el: su confianza. Eso es todo.
Conocí esas virtudes y esa fortaleza que solo tiene la gente del campo. Y tuve el honor de atender en mis 3 comunidades, a muchas de las personas más generosas que he conocido en mi vida.
**
Recuerdo como si fuera ayer la mañana en la cual me fuí de Santa Inés.
Ya era el primer día de Marzo. Aún no llegaba el nuevo Doctor. A partir de ese día ya no era el médico de la clínica. La gente lo sabía. Yo me encontraba empacando mis últimas cosas. Llegó una señora con una niña. Me saludó timidamente a lo lejos. Se acercó y habló con Oli. Aquella fue la última consulta que dí en Santa Inés.
Subí al coche y miré la clínica por última vez. Finalmente comencé a avanzar y me despedí de Oli y de mi vecina Doña Victoria con un ademán.
Para salir de Santa Inés es preciso recorrer la calle principal hasta la salida del pueblo.
Recuerdo a todas las personas que se fueron despidiendo de mí al pasar. El maestro desde dentro del salón de la primaria. Don Aristeo estaba afuera de su tienda, y Don Venicio y Mayra fuera de la suya. Al transitar por esa cale me fui despidiendo desde el coche de Doña Bertha, de Doña Consuelo, de Elvia y su familia. Jackie iba de camino a la secundaria. Pasé por la casa en donde no hacía mucho tiempo, había muerto Don Pompeyo, por la casa de Oli, de donde iba saliendo Doña jose, su madre. La última persona de Santa inés que vi fue a Don Nemesio quien caminaba ya a las afueras.
Cuando llegué al lugar del accidente -el lugar exacto donde ocurrió- me detuve y apagué el coche.
Me acerqué al borde del acantilado lo más que pude-considerando que no soporto las alturas.
Pensé en todas las cosas que había vivido en solo un año. Pensé también que aquella podría ser la última vez que contemplara esas montañas y Santa Inés, que en ese punto aún se vislumbraba a lo lejos. Pasando esa curva, Santa Inés deja de ser visible.
Al día siguiente debía presentarme en el Instituto Nacional de Psiquiatría. Aquel día de Marzo, de hecho, había ya comenzado el propedéutico.
Permanecí ahí unos diez minutos, simplemente contemplando la sierra.
Volteé la vista a Santa Inés por última vez. Por alguna razón, el pensamiento que me vino a la mente al ver Santa Inés a lo lejos es lo fragil que son nuestras vidas y en lo rápido que pasa el tiempo.
Subí de nuevo al coche, arranqué y recorrí por última vez aquella carretera que en el transcurso de un año transité tantas veces como para conocer cada una de sus curvas y tramos de memoria.
Al salir de la sierra bajé la velocidad en aquel tramo en el cual, dos meses antes, regresando a Santa Inés, había tenido un accidente automovilístico en el cual pude morir. Aún estaban marcadas en el piso las líneas negras que mis llantas dejaron al sortear el camión de volteo sin luces que esquivé aquella noche. La noche más fría de mi vida.
Los dos últimos días que estuve en Santa Inés, me despedí de todos.
Escuché ua y otra vez una frase:
"No se olvide de nosotros".
Cuando termina nuestro año en Santa Inés cada uno de nosotros toma diferentes caminos.
Para mí como para muchos fue iniciar la residencia. Otros se toman ese año para trabajar. y presentar el examen nacional de residencias médicas. Algunos se quedan a trabajar en la jurisdicción.
Es cierto. A veces no volvemos a Santa inés. Pero todas las experiencias y todas las personas que conocimos ese año no solo no pasan al olvido. Marcan para siempre cada paso del resto de nuestra vida.
Wednesday, April 11, 2012
si una imagen terminó con una guerra...
Esta es una de las fotografías más célebres de la historia. Le ganó a su autora el Pulitzer, pero más allá de eso, esta imagen le dio la vuelta al mundo debido a que el momento que retrató captura en toda su extensión el horror de la guerra y en particular la masacre y la infamia que el pueblo de Vietnam estaba pagando, a consecuencia de un conflicto absurdo ya para entonces con los últimos resquicios de apoyo ciudadano.
Por esa razón se suele decir que esta fotografía terminó con la absurda guerra de Vietnam.
De la misma forma, tomando en cuenta que en ocasiones una imagen dice más que mil palabras, esta fotografía revela una de las variantes más crueles y abominables de la tauromaquia.
En muchas regiones, esta práctica ya está prohibida, sin embargo, aún se realiza.
Esta práctica consiste en colocar artefactos inflamables sobre los cuernos del toro, lo cual evidentemente le causan quemaduras graves y un dolor inimaginable.
Un debate consiste en un intercambio racional de argumentos e ideas. Por esa razón, creo que la tauromaquia esta fuera incluso de debate. Por la simple razón de que no puedo imaginar como alguien podría esgrimir un argumento racional y convincente que pueda justificar esta abominación.
Esto es una atrocidad. Es tortura. Y la tortura no puede ser entretenimiento. La tauromaquia es una práctica medieval que nació en una época en la cual no solo se quemaban libros sino pensadores en la hoguera, y la santa Inquisición torturaba y asesinaba impunemente a personas inocentes.
Es un vestigio de una época marcada por el sello de la ignorancia y la infamia.
Y el horror retratado en esa fotografía debe ser prohibido.
No somos los dueños del planeta. No tenemos derecho de hacerle algo así a otro ser vivo. Mucho menos con el pretexto de "entretener" a una audiencia estúpida.
Una persona que le hace esto a un ser vivo o considera esto "entretenimiento" necesariamente tiene, en mayor o menor medida rasgos de psicopatía.
La tauromaquia es infame y debe ser borrada de la faz de la tierra.
En un mundo más sensato que el nuestro, la cuestión no debería ser si se prohíbe o no, sino cual es castigo más apropiado para aquel que organizara una corrida.
No solo debe ser prohibida sino penada.
Monday, April 09, 2012
una profecía enunciada desde un mundo feliz
"Desde luego no hay razón alguna para que el nuevo totalitarismo se parezca al antiguo. El gobierno, por medio de porras y piquetes de ejecución, hambre artificialmente provocada, encarcelamientos en masa y deportación, no es solamente inhumano (a nadie hoy día le importa este hecho); se ha comprobado que es ineficaz, y en una época de tecnología avanzada la ineficacia es un pecado contra el espíritu santo. Un estado totalitario realmente eficaz sería aquel en el cual los jefes políticos todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de esclavos sobre los cuales no fuera necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían su servidumbre. Inducirles a amarla es la tarea asignada, en los actuales estado totalitarios, a los ministerios de propaganda, los directores de los periódicos y los maestros de escuela"
Aldous Huxley
- Prólogo a Un mundo feliz
la esperanza electoral del 2012
PAN
Creo que no vale la pena hablar demasiado del PAN.
Creo que no vale la pena hablar demasiado del PAN.
Después del desastroso sexenio de Calderón, que terminó de defraudar hasta el último resquicio de esperanza en la alternancia que Fox inició en el 2000, y que llevó a México a una guerra estúpida, inutil e innecesaria que no solo nadie pidió, sino que le costó 50,000 muertes a este país -basandonos solo en la cifra oficial- el PAN no solo carece de cualquier oportunidad para ganar esta elección. Eso es lo de menos: No merece bajo ninguna circunstancia una segunda oportunidad.
De su candidata, solo puede decirse que a su paso por la secretaría de educación pública, no solo no realizó ningún logro digno de mención, sino que facilitó la infiltración absoluta y el enriquecimiento que Calderón le pagó a Elba Esther Gordillo por el apoyo que ésta le dio en el 2006.
Un requisito indispensable para pensar siquiera en el inicio del cambio que reconstruya el daño que esta política despreciable le ha infligido a la educación pública de este país, es borrar hasta el último rastro visible de su presencia e influencia, tanto en la secretaría de educación pública como en el sindicato de maestros, su negocio privado, a la par de ese insulto a la inteligencia de los mexicanos que representa la existencia de su partido político.
Sobra decir que Josefina Vazquez Mota no será la persona que lo haga.
Hasta el momento, su única "bandera" de campaña es su condición de mujer.
Evidentemente una mujer tiene la misma capacidad que un hombre de gobernar un país, y en último término de realizar cualquier actividad con la misma eficacia e inteligencia. Angela Merkel en Alemania, Blachelet en Chile, Kirchner en Argentina.
Pero estas mujeres llegaron a la presidencia respaldadas por una inteligencia y habilidades políticas de las cuales la candidata del PAN carece.
La campaña electoral de josefina Vazquez Mota es una costosísima causa perdida.
Por otro lado, la presencia de JVM en esta elección tiene una sola utilidad ante mis ojos.
Si algo nos quedo claro en el 2006 es que un voto por el PAN podría haber sido un voto por el PRI, pero con una altísima probabilidad no hubiera sido un voto por la izquierda.
De esta froma, cada voto al PAN en esta elección es inofensivo, ya que JVM no tiene oportunidad alguna de ganar esta elección. Sin embargo cada voto a su favor es un potencial voto menos para el PRI.
**
Enrique Peña Nieto
Si 12 años de una alternancia fallida que comenzó con 6 años perdidos durante el sexenio de Fox y culminaron con la debacle absoluta y el desastre nacional de este sexenio son suficientes para no merecer una segunda oportunidad, los 75 años de corrupción, represión y masacres del PRI lo descalifican como una posible opción para mi, independientemente de que candidato lo representara en esta elección.
Sin embargo tomando en cuenta que hoy por hoy, Peña Nieto encabeza las encuestas, comenzaré diciendo que en mi opinión, no solo es inconcebible sino una vergüenza y una perspectiva aterradora, vivir en un país en el cual un sujeto incapaz de nombrar tres libros pueda llegar a la presidencia.
Un funcionario público que ostenta una ignorancia tan profunda no solo no merece la presidencia. No merecería siquiera estar en la contienda, y no merecería ser presidente municipal, delegado o gobernador.
120 millones de mexicanos no merecemos ser gobernados por una persona cuya ignorancia evidencía de forma ímplicita su falta absoluta de rescursos intelectuales para resolver los inmensos problemas que enfrenta este país.
Heredero de la peor tradición del PRI, Peña Nieto es un producto mediático cuidadosamente diseñado para dar una apariencia que atraiga los votos del electorado. Fuera de esa imagen no hay nada. Es un producto publicitario que los grandes medios de comunicación de este país le venden a su auditorio de la misma forma que los productos que anteceden o le siguen a sus spots.
Aquel día en que Peña Nieto acudió a la feria internacional del libro de Guadalajara y ocurrió ese incidente que le valió las burlas de propios y extraños (Y que dicho sea de paso, tambié le valió ser despedazado por medios de comunicación de todo el mundo, encabezados por el New York Times), el candidato del PRI no espero el término del evento y visiblemente molesto se fue del lugar sin despedirse ni de los presentes ni de las personas que lo invitaron.
Peña Nieto únicamente funciona mientras se le mantenga dentro de su zona de comfort. En cualquier otro lugar en el cual no sea alabado y favorecido por las camaras de televisa, no solo se siente incómodo y comete estupideces monumentales como aquel día, sino que es incapaz de defenderse y toma como un insulto, ya no digamos la crítica, sino el verse en una situación adversa.
Es un hombre prepotente, cuyo discurso además de inconsistente y vacío, es insoportable, debido a esa particular forma de modular sus palabras y su evidente interes en posar para la foto y cuidar su imagen a la par de su despreocupación absoluta por proponer ideas o propuestas que le hagan merecedor de los votos con los que va a llegar a la presidencia.
Si Peña Nieto llega al poder, podemos esperar con toda seguridad, que el desastre social que le heredará Calderón seguirá creciendo y empeorando ante la vista de un gobierno corrupto e ineficaz que no tiene el menor recurso para contender con la magnitud sin precedentes de los problemas que aquejan actualmente a este país.
**
Andrés Manuel López Obrador
He asistido a pocos mítines políticos en mi vida. El primero fue el cierre de campaña de Vicente Fox, del cual prefiero no acordarme.
El segundo fue el mítin de apoyo a López Obrador, cuando el PAN intentó sacarlo, no digamos de la contienda electoral que se acercaba, sino del panorama político nacional y de su puesto como jefe de gobierno de la Ciudad de México.
Antes de que se orquestara esa rídicula farsa del desafuero, yo no sabía mucho de AMLO. Solo consideraba que estaba haciendo un buen papel como jefe de Gobierno.
Fue cuando comenzó a tomar fuerza este rídiculo intento de sacarlo de la contienda -y de paso destituirlo de su puesto- que caí en la cuenta del grado de inmundicia al que era capaz de llegar el PAN y el gobierno de Fox, en su afan de quitar del camino a sus enemigos.
Aquel día, según las cifras oficiales de Fox, acudieron unas 60,000 personas al zócalo. Esa cifra es ridícula y todos los que estuvimos ahí sabemos que no solo el zócalo, sino todas las calles aledañas hasta la Alameda central estaban atiborradas de personas que acudieron a defender al jefe de gobierno y a repudiar el recurso tan estúpido e inconsistente con el cual Fox esperaba sacarlo de la contienda.
No había por supuesto ni un solo "acarreado". Y de acuerdo a las cifras que se manejan en los eventos masivos más grandes que se han realizado en el centro histórico, la cifra real de personas que acudieron a apoyar a López Obrador aquel día, debió ser de por lo menos, 250,000 personas.
El mensaje a Fox fue claro. El gobierno de López Obrador contaba con unos índices de popularidad sin precedentes, estaba haciendo bien las cosas, y los ciudadanos que apoyaban su gestión no estaban dispuestos a permitir que se le borrara del mapa por medio de un recurso tan ridículo.
Al día siguiente -o el mísmo día por la noche si mal no recuerdo- Vicente Fox, destrozado por lo que acababa de suceder en el zócalo, apareció en televisión a aceptar tácitamente su derrota absoluta al declarar que a nadie se le impediría competir en el 2006 por la presidencia de la república (Lo que implicó al mismo tiempo, como por arte de magia, el borrar del panorama político no a AMLO sino a ese recurso tan idiota con el cual creyó que podría sacarlo de la contienda)
El tercer y último mítin fue el cierre de su campaña en el 2006, con un zócalo igualmente atiborrado.
Voté por el en el 2006, y creo que es muy posible que se le haya robado la elección mediante un fraude orquestado desde el seno del IFE. Sin embargo solo puedo limitarme a sospecharlo, sin afirmarlo con certeza.
En el 2006 voté por el porque me parece que su papel como jefe de gobierno fue bueno, por afinidad con la izquierda, y también por el repudio total a la campaña de corte fascista que llevó a Calderón a Los Pinos.
Debo reconocer que -a pesar de su inmundicia- la campaña con la que el PAN derrotó a López Obrador, infundiendo el voto del miedo, fue, desde un punto de vista político, brillante.
La política y la moral no son conceptos que vayan de la mano. Esa es la realidad y es el único "pecado" por el que Nicolás Maquiavelo se ganó injustamente esa aura diabólica. Maquiavelo no sentó las reglas de la política. Simplemente las describió, y lo hizo de una forma absolutamente brillante.
Ignoro si Calderón lo sabe, pero la forma en la cual ganó en el 2006 es la misma estrategia que llevó a Hitler y a Mussolinni al poder.
Desde entonces, aún antes de su triunfo, repudie a Calderón y sabía lo que cabía esperar si llegaba a la presidencia. Pero creo que ni las más pesimistas predicciones del 2006 se comparan a lo que ha sucedido en los 5 años que lleva en el poder.
Antes de que se hiciera el anuncio, yo esperaba que Ebrard -actual jefe de gobierno- fuera el candidato de la izquierda a la presidencia. Cuando supe que nuevamente sería AMLO, pensé que no tenía ya ninguna posibilidad de ganar la presidencia.
Sin embargo, afortunadamente, López Obrador ha matizado su discurso y hasta el momento ha caminado por una línea que lo aleja de los errores -sus errores- que también contribuyeron a su derrota hace 6 años.
La declinación de Ebrard a favor de López Obrador no hizo sino mejorar mi percepción del actual jefe de gobierno. Y la adhesión de personas tan brillantes y valiosas como Juan Ramón de la Fuente, o el apoyo de personas de la talla intelectual de Carlos Fuentes, Elena Poniatowska (O en su momento Carlos Monsivais) a su campaña son las razones por las cuales nuevamente votaré por el.
Nota.
El autor de este blog pide una disculpa por el imperdonable olvido inicial de omitir mención alguna del candidato de lentes. (Cuyo nombre es desconocido por el autor, quien por el momento no tiene mayores intenciones de averiguarlo)
Con respecto a este misterioso personaje únicamente aventuro dos posibilidades:
1.- El candidato abanderado del panal (Es decir, esa colmena de zánganos que rodean a su abeja reina), posiblemente posee una sólida propuesta política. Sin embargo por el momento la desconozco y no tengo mayores intenciones de averiguar al respecto.
2.- La segunda probabilidad es que el candidato de lentes sea un sujeto que con todo probabilidad ardería en el infierno -si este existiera- por insultar la inteligencia de más de 60 millones de electores y por saquear impúdicamente los bolsillos de ciudadanos que pagan con sus impuestos su ridícula candidatura.
Add.
El autor de este blog declina por el momento el realizar todo intento de determinar cual de las dos opciones es la correcta, pero espera con optimismo que toda duda quede resuelta el día del juicio final bíblico o en Diciembre, cuando el calendario maya llegue a su fin.... lo que suceda primero. (Al fín de cuentas, no hay prisa)
Saturday, April 07, 2012
The sun is gone, but I have a light...
Kurt Donald Cobain
El 8 de Abril de 1994, regresaba de la escuela. Iba en cuarto de primaria si mal no recuerdo. Deje mi mochila, subí, comí, fuí a la sala y tomé el periódico. La única sección que me interesaba que era la que hablaba ocasionalmente de música o conciertos.
Ni siquiera estab en la primera plana de esa sección. En la página 3, en el cuarto superior, leí que el cuerpo de Kurt Cobain había sido hallado en su casa en Seattle, y que aparentemente se había suicidado.
Lo primero que me vino la mente fue el recuerdo de la primera vez que ví el video y escuché Smells like Teen Spirit, una tarde, en semana santa, en Pachuca, en casa de mis abuelos.
Estaba con mis primos, viendo un programa que transmitían a las seis llamado telemúsica, que religiosamente veíamos esperando ver algún video interesante. Nirvana, Guns n´Roses, U2.
Recuerdo perfectamente la primera vez que ví ese video y escuché esa canción. Como casi todos. Hay ciertas canciones que tienen una fuerza tan grande que simplemente no pueden pasar desapercibidas.
Smells like teen spirit fue el himno de la década de los 90. Fue una de mis principales introducciones a la música. El unplugged de Nirvana fue una de las dos razones por las cuales compré por primera vez una guitarra. Las primeras canciones que aprendí a tocar fueron todas y cada uno de los tracks del Nevermind, que aprendí por un libro de tablaturas que aún conservo. El primer riff que aprendí a tocar fue el de Come as you are y después el de SLTS.
Escuché tantas veces el Unplugged que aún hoy recuerdo cada frase entre canciones, comenzando con "This song is from our first album... most people don´t know it", seguida de los acordes de About a Girl, la canción "beatle de Kurt (Kurt la escribió con la intención de componer una canción que sonará a los Beatles y a pesar de haber sido el más grande éxito del Bleach, desconfiaba de mostrarla, por considerarla demasiado Pop)
Recuerdo las líneas iniciales de la canción "REM" de Kurt, "Dumb (La cual escribió a su vez, tratando de componer al estilo de uno de sus amigos y heroes, Michael Stipe) Aquella frase que resume lo que para mí fue Kurt:
I´m not lt like them
but I can pretend,
The sun is gone,
but I have a light,
The day is done,
and I´m having fun,
I´m think I´m dumb,
or maybe just happy.
La primera vez que escuché de la existencia de Nei Young fue por la cita que incluyó Kurt en su nota suicida de una de sus canciones (Hey, hey, my my) "It´s better to burn out, than to fade away..."
El primer CD que compré en mi vida fue el Nevermind. Uno de los primeros recuerdos que tengo de MTV es la presentación de nirvana en 1992, cuando tocaron Lithium, destruyeron el escenario al final, Krist sale tambaleandose por el golpe de su bajo y dave tomando el micrófono para provocar a Axl Rose.
Recuerdo que la primera vez que escuché a alguien criticar la homofobia fue cuando vi una entrevista en la que Kurt se refirió a Axl Rose como un "homofóbico golpeador de mujeres". A partir de entonces, antes de forjar un criterio más amplio y una opinión más elaborada, siempre supe que la homofobia era errónea, simplemente porque Kurt Cobain lo había dicho. Su opinión me llevó a pensar en eso por primera vez, así como en la violación y en el maltrato a la mujer, por sus declaraciones y por Polly, sexta canción del nevermind.
Con el paso del tiempo, el peso de la obra de Nirvana y de la vida de Kurt en mi vida fue aumentando.
Hoy hace 18 años.
Friday, April 06, 2012
norwegian wood
A pesar de que su éxito en Occidente es relativamente reciente, Haruki Murakami escribió Norwegian Wood en 1987. A la traducción occidental se le agregó posteriormente el título "Tokyo Blues".
En uno de los pasajes más conocidos de la novela de Marcel Proust "En busca del tiempo perdido", el protagonista remoja una magdalena en te y tras llevarla a su boca el sabor y el aroma le llevan a rememorar súbitamente, con todo detalle, un pasaje de su juventud.
En la novela de Murakami, el escritor usa la música como el punto de partida.
Toru Watanabe tiene 37 años. Se encuentra en un viaje de negocios, llegando al aeropuerto de Hamburgo. De pronto en la música ambiental comienza a sonar una adaptación de Norwegian Wood de los Beatles. Y es ahí, aún dentro del avión, contemplando las nubes del mar del norte, cuando la música lo lleva a rememorar el punto de partida del resto de la novela.
"Tras completarse el aterrizaje, se apagaron las señales de "Prohibido fumar" y por los altavoces del techo empezó a sonar una música ambiental. Era una interpretación ramplona de Norwegian Wood de los Beatles. La melodía me conmovió como siempre. No. En realidad me turbó. Me produjo una emoción mucho más violenta que de costumbre.
Para que no me estallara la cabeza me encorvé, me cubrí la cara con las manos y permanecí inmovil. Al poco se acercó a mi una azafata alemana y me preguntó si me encontraba mal. Le respondí que no, que se trataba de un ligero mareo.
-¿Seguro que esta usted bien?
-Si, gracias -dije.
La azafata me sonrió y se fue. La música cambió a una melodía de Billy Joel. Alcé la cabeza. Contemplé las nubes oscuras que cubrían el mar del Norte, pensé en la infinidad de cosas que había perdido en el curso de mi vida. Pensé en el tiempo perdido, en las personas que habían muerto. En las que me habían abandonado, en los sentimientos que jamás volverían".
La novela es extraordinaria y sin embargo, este parrafo, en esencia, resume la obra entera.
Toru, el protagonista, resulta un personaje muy parecido a Holden Caulfield, el protagonista de la novela de Salinger.
Sin embargo, Norwegian Wood aborda en esencia la juventud, vista a la distancia, justo en el momento en el cual su evocación implica el recuerdo de aquellas personas que se fueron, ya sea por el distanciamiento o la muerte; Toru escucha Norwegian Wood y por primera vez, más alla de la emoción habitual que le produce escucharla, la nostalgia y la importancia que han cobrado en su recuerdo esas pérdidas, esas personas, esos momentos y experiencias, esos sentimientos que se han ido para siempre, le producen una turbación.
La nostalgia de la juventud y las pérdidas que esto implica es en esencia el tema sobre el cual gira la novela de Murakami.
Al momento de escribir estas líneas tengo 28 años de edad. Aun no volteo la mirada hacia el pasado y percibo ese cúmulo de pérdidas al que el paso del tiempo inevitablemente debe conducirnos.
Aún no tengo la edad suficiente.
Ignoro como se percibe la juventud al mirar hacia atrás, a los 38 años.
Como cualquier otra persona de 28 años, tengo en mi memoria ya un buen número de pérdidas que ha ido cobrando el tiempo.
En un pasaje posterior del libro, Toru evoca a Naoko, su novia de la adolescencia, y refiere como, con el paso del tiempo, cada vez le resulta más dificil evocar su rostro.
A mis 28 años de edad, aún recuerdo cada detalle, cada conversación, cada momento que compartí con las personas que se han ido.
Quizá el paso de los años pruebe esta esperanza como una ingenuidad, sin embargo, al tiempo que entiendo que el transcurso por la vida implica el ir perdiendo instantes, memorias y personas, creo que de la misma forma en que esto es inevitable, aun pese al desgaste de los años, podemos perder ciertos recuerdos pero no la esencia de las personas que amamos en nuestra juventud. Perderemos recuerdos. Quiza la mayor parte de ellos. Pero no aquellos instantes en los cuales fuimos plenamente felices, con esa plenitud perfecta no exenta de inocencia e ingenuidad que solo vivimos en la juventud.
Los momentos perfectos, los días felices, la intensidad del amor que solo vivimos en esos años, el recuerdo de nuestros amigos, los encuentros y desencuentros, las enseñanzas derivadas de la convivencia, del amor y el desamor, de la amistad, de los buenos y malos momentos prevalecerá.
Nuestra memoria es en esencia todo lo que tenemos para contrarrestar el inexorable desgaste del paso del tiempo.
Nuestros recuerdos son los recursos que nos amparan de la muerte, que en esencia es el olvido.
Viernes 6 de Abril, 2012
a 10 años...
Un 4 de Abril, hace exactamente 10 años, se daba a conocer la muerte de Layne Staley, quien fuera el primer vocalista de Alice inChains y el fundador de la banda, junto con su mejor amigo, Jerry Cantrell.
Dentro de una generación marcada por la presencia de algunos de los mejores vocalistas de la historia del rock, Layne fue probablemente si no el mejor, uno de los dos en la cima.
Su rango vocal estaba fuera de este mundo, pero quizá el aspecto que más admiro de Layne es esa característica que compartió con sun contemporaneo, Kurt Cobain, o con músicos como Bob Dylan, Lou Reed o David Bowie: Layne cantaba letras crudas pero honestas y dejaba el alma en cada interpretación.
El Unplugged de AIC fue una de las últimas presentaciones en vivo de la banda con Layne, quien el 4 de Abril del 2002, fue encontrado en su departamento.
Tras una larga historia de una adicción a la heroína de la cual salía y volvía continuamente, finalmente la heroína lo venció.
Esta es la primera canción del Unplugged, una buena muestra del talento, el carisma y la honestidad de Layne.
Un día como hoy hace 10 años ese talento se fue para siempre.
Wednesday, April 04, 2012
la desconcertante belleza de la melancolía
En todo tipo de obras artísticas, de todo género y cultura, se han abordado de diversas formas aquellos temas universales, que en esencia dictan las alegrías y los desfortunios de todos los seres humanos, desde el inicio de los tiempos.
De esta forma, el amor de pareja ocupa un lugar central como tema de todo tipo de obras, resaltando quizá como la pulsión vital más abordada por el arte (Que lo refleja con la misma preponderancia que suele tener en la vida cotidiana de todos los seres humanos)
El ser humano le teme a aquello que desconoce. Y dentro de este terreno, la muerte es la entidad por excelencia que simboliza no solo esta incertidumbre absoluta, sino el fin de su existencia terrenal, lo que en mi opinión le llevó a crear un concepto que disminuyera ese temor. La concepción de un Dios que nos crea -y explica a su vez ese otro misterio sobre nuestro origen y propósito- matizó a su vez nuestro miedo a la muerte, mediante su negación -ya que en esencia, creo que la vida que nos espera tras la muerte no es más que ocultar nuestra incertidumbre igualando el concepto de la muerte al de la vida, o por lo menos matizandola como una extensión de la mísma que no conocemos, pero que supuestamente existe y conoceremos con certeza al morir.
Si el amor es el concepto más cercano y ligado a la vida, la melancolía es el equivalente en lo que a la muerte se refiere.
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Las obras que abordan el amor, la alegría o la esperanza, es decir, todos aquellos temas que son extensiones directas de la vida, suelen caracaterizarse por ir de acorde a ese tema y ser una celebración de la vida mísma.
Un ejemplo típico sería el cuarto movimiento de la novena sinfonía de Bethoven, a la cual se le agregó aquel canto que pasaría a conocerse como El Himno a la alegría.
Tomando en cuenta que la obra es una celebración y una oda a la vida, la obra que resulta de la unión de la música con el canto resulta majestuosa y posee una belleza que sobrepasa las barreras del tiempo y los diferentes contextos socioculturales, convirtiendola en una pieza cuya valor e impacto supera los cambiantes cánones estéticos que la belleza va adquiriendo -o perdiendo- de una generación a otra.
De ahí su universalidad.
Aún en el terreno de la música, lo mismo es cierto para obras que celebran el amor -como Something de los beatles-, la esperanza - como Here comes the sun, tambien de Harrison, Bittersweet Symphony de The Verve o Let it Be de McCartney-, la paternidad -como Beautiful boy de Lennon-, la amistad -como en el caso de With a little help of my friends de los beatles- o la tranquilidad y la templanza -como podría ser el caso de The Masterplan de Oasis.
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Si el arte es un reflejo de la forma en la cual el ser humano percibe su mundo, necesariamente implica la existencia de obras artísticas que aborden aquel otro espectro que preocupa a todos los seres humanos en la misma proporción que aquellos conceptos que derivan de la vida. Es decir, todos aquellos conceptos que abordan directamente a la muerte, o indirectamente, al hablar de aquellos temas que son extensiones de la mísma, como la tristeza, el duelo, la melancolía, la desesperanza, la desolación o el desamor en cualquiera de sus variantes.
El ser humano experimenta todos estos estos temas en la misma proporción que aquellas pulsiones que abordan y extienden la vida.
Siguiendo el ejemplo anterior, que toma al cuarto movimiento de la novenia sinfonía de Bethovenn como una de las máximas expresiones artíticas que celebran la vida, podríamos contraponer a dicha obra el caso del Requiem de Mozart, que como todos sabemos, escribió por encargo, sin saber que terminaría siendo su propio Requiem.
En cuestión de música, aquellas obras que celebran la vida suelen estar compuestas, por lo menos en su mayor parte, por los siete acordes principales en su variante mayor.
El uso de do menor, re menor, mi menor, fa menor, sol menor, la menor y si menor suele ser la base de aquellas obras que abordan la muerte y sus temas derivados.
Tal es el caso del Requiem de Mozart por ejemplo.
Sin embargo, cuando escuchamos esta obra, nos damos cuenta que su belleza estética es por lo menos igual a la del caso de la novena sinfonía.
Sin embargo, la belleza que deriva de las obras que abordan temas como la muerte, el desamor o la melancolía, nos produce una sensación no exenta de una cierta confusión, que resulta del ver dichos temas a traves de la óptica de un artista que nos lleva a contemplarlos a traves de la lente de la belleza.
Bajando a un plano más terrenal -ya que este tipo de obras no solo han sido creadas por los más grandes genios de la humanidad sino por músicos y artistas de todas las épocas- creo que de ahí deriva la belleza de la música de bandas como Pink Floyd o Radiohead.
A menudo canciones tan tristes como Down in a Hole de Alice in Chains, Hurt de Nine Inch Nails o No distance left to run de blur son citadas como las favoritas de miles de personas.
Radiohead, por poner un ejemplo, aborda en sus letras temas derivados de la vida, así como temas derivados de su contraparte, y la forma en que estas letras transmiten su mensaje a traves del vehículo de una música que fascina por igual a sus fans que las letras de Thom Yorke, produce esa sensación extraña que suele asociarse a la obra de la banda inglesa.
Paranoid Android por ejemplo es mi canción favorita. Lo fue desde la primera vez que la escuche y no ha perdido ese lugar desde entonces.
Lo que me gusta de esta canción es esa aparente sensación de caos que transmite la primera vez que es escuchada, y la forma en que esta va adquiriendo un orden peculiar dentro del mismo con el paso del tiempo y de escuchar la canción (Cientos de veces en mi caso)
Creo que uno de los aspectos más interesantes de la canción es ese cambio total de ritmos y temas a lo largo de sus casi siete minutos, que lleva a considerar el todo como la unión de diferentes fragmentos que bien podrían ser canciones en sí mismas.
Y dentro de todo esto, quizá lo que más me desconcierta, hasta la fecha, aún despues de escuchar la canción cientos de veces, es como aquellas partes en las cuales la música es más agresiva, la letra lo es, sin embargo, el momento en el cual Thom Yorke canta el verso más desolador -y por momentos aterrador- de la canción es precisamente cuando la música de la canción deja un lado la estridencia y la agresividad de la guitarra de Johnny Greenwood- y pasa al penúltimo cambio antes del solo final, el cual esta marcado por una música tranquila, casi completamente acústica y bella -desde ese punto de vista que suele acompañar a las piezas musicales que celebran la vida- y es solo cuando ponemos atención que nos damos cuenta que es precisamente en ese fragmento en donde Yorke canta letras que contienen frases como:
Rain down, rain down
oh come on rain down on me,
The dust and the screaming
the yuppies networking,
the panic, the vomit,
the panic, the vomit,
God loves his children,
God loves his children, yeah...
Solo para dar paso al caótico solo final.
Otro ejemplo de la misma banda es la canción Street Spirit (Fade Out), que está contenida en el segundo album de Radiohead, The Bends.
Es otro ojemplo de una letra aún mas desoladora, enmarcada por la belleza de la música.
En cierta ocasión, durante una entrevista, Thom Yorke se refirió de esta forma a esa canción:
"'Street Spirit' is our purest song, but I didn't write it.... It wrote itself.We were just its messengers... Its biological catylysts. It's core is a completemystery to me... and (pause) you know, I wouldn't ever try to write something that hopeless... All of our saddest songs have somewhere in them at least a glimmer of resolve... 'Street Spirit' has no resolve... It is the dark tunnelwithout the light at the end. It represents all tragic emotion that is sohurtful that the sound of that melody is its only definition. We all have a wayof dealing with that song... It's called detachment... Especially me.. I detachmy emotional radar from that song, or I couldn't play it... I'd crack. I'd breakdown on stage.. that's why its lyrics are just a bunch of mini-stories or visualimages as opposed to a cohesive explanation of its meaning... I used images setto the music that I thought would convey the emotional entirety of the lyric andmusic working together... That's what's meant by 'all these things are one toswallow whole'.. I meant the emotional entirety, because I didn't have it in meto articulate the emotion... (pause) I'd crack.... Our fans are braver than I tolet that song penetrate them, or maybe they don't realize what they're listeningto.. They don't realize that 'Street Spirit' is about staring the f--king devilright in the eyes... and knowing, no matter what the hell you do, he'll get thelast laugh...and it's real...and true. The devil really will get the last laughin all cases without exception, and if I let myself think about that to long,I'd crack. I can't believe we have fans that can deal emotionally with thatsong... That's why I'm convinced that they don't know what it's about. It's whywe play it towards the end of our sets. It drains me, and it shakes me, andhurts like hell everytime I play it, looking out at thousands of people cheeringand smiling, oblivious to the tragedy of it's meaning, like when you're going tohave your dog put down and it's wagging it's tail on the way there. That's whatthey all look like, and it breaks my heart.I wish that song hadn't picked us as its catalysts, and so I don't claim it. Itasks too much. (very long pause). I didn't write that song."
El valor de esta interpretación deriva del simple hecho de ser la visión del propio autor de la obra.
Thom Yorke aborda un aspecto interesante que suele caracterizar este tipo de obras. A menudo estas canciones abordan la melancolía, la desesperanza o el desamor, sin embargo, dentro de la misma canción hay un cierto elemento de esperanza o una solución a ese conflicto. Tal como menciona Thom Yorke, Street Spirit (Fade Out) resulta particularmente cruda, porque carece de ese elemento de esperanza.
Bittersweet Symphony por ejemplo es en esencia una crítica social muy compleja y amplia, sin embargo, es en la música en donde, por lo menos en mi opinión, Richard Ashcroft incorpora ese elemento no solo de esperanza sino de grandeza que al final es la contraparte a la letra de la canción.
Something, de George Harrison, me parece la mas bella canción de amor que se haya compuesto, no solo por su música. Principalmente por su letra. En ella Harrison comienza enumerando esas cualidades que tiene su pareja (Patti Boyd en ese momento) que le llevan a profesarle ese amor, sin embargo introduce ese elemento de incertidumbre que acompaña al amor de pareja, al confesar que no puede contestarle si ese amor sobrevivirá el paso del tiempo e irá creciendo, a lo cual se limita a pedirle que deje que sea precisamente el mismo paso del tiempo lo que le den esa respuesta que de otra forma no puede darle.
De esta forma, también en las canciones que hablan del amor podemos ver esa celebración y a la vez ese elemento de incertidumbre que acompaña una emoción tan compleja.
Por esa razón es que Something me parece más completa que Woman, de Lennon -a pesar de su belleza y de contener en su línea y música final una de las más hermosas celebraciones al amor que haya sido plasmada en una canción ("I love you, now and forever"). Lennon deposita su vida entera en Yoko ("Please remember, my life is in your hands...") y le confiere el haberle dado la capacidad de llegar a ciertos conceptos que en mi opinión pueden ir de la mano del amor, pero no dependen de el ("For showing me, the meaning of success...")
De cualquier forma, la fascinación que nos produce el arte radica precisamente en como una obra genera interpretaciones diferentes que jamás son iguales del todo, de una persona a otra.
El artista, mediante su don, nos muestra aspectos de nosotros mismos que probablemente no hubieramos conocido de otra forma.
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La belleza se encuentra en todas partes y de cualquier forma esto esta determinado por el concepto que cada quien le de al término.
Sin embargo, no deja de ser interesante esa belleza que percibimos en aquellas obras que abordan temas de los cuales, por lo menos de forma inconsciente, no esperaríamos encontrar belleza.
La belleza que deriva de estas obras y esa sensación de confusión que nos produce -una confusión que no deja de ser un cierto conflicto interno- es una de sus variantes más interesantes y complejas. Es una de las innumerables características por las cuales el arte es un don en el artista y una bendición para todos aquellos que busquen esas preguntas y respuestas que nos plantea cualquier expresión artística genuina.
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En mi caso, yo me quedo con la definición de belleza de Carlos Fuentes que la define simplemente como la verdad dentro del mundo que nos rodea, o por lo menos, nuestro máximo esfuerzo de reflejar esa verdad a traves de la óptica con que cada uno de nosotros lo percibe.
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