Tuesday, September 29, 2009
Monday, September 28, 2009
trendy sexy scum
Las clases dirigentes conocen tres edades: la edad de la superioridad, la edad del privilegio y la edad de la vanidad. Se descompone en la segunda y se derrumba en la tercera.
Memorias de Ultratumba
Chautebriand
Donde quiera que vayas, ahi estarán. No podrás librarte de ellas. A lado de la caja registradora en el supermercado, en la sala de espera del consultorio, en la sala de la casa, en la peluquería, en el café. Cientos de miles de ejemplares por semana. Las revistas de espectáculos te persiguen adonde quiera que vayas. Es inútil resistirse.
En ellas, los lectores se enteran de las más recientes y apasionantes aventuras de la estrella de Hollywood que acaba de divorciarse, o de la cantante de pop caída en desgracia que dentro de 2 0 3 años aparecerá muerta en Beverly Hills por un ataque cardiaco a consecuencia de una sobredosis de cocaína, la cual será reseñada en la misma revista como una sobreingesta accidental de antidepresivos prescritos.
Enajenación y estupidez empaquetada para las masas. Artículos cuyo contenido es borrado de la memoria -quizá como un inconsciente mecanismo de defensa- cinco minutos después de habersé leído.
Entre sus páginas, los lectores navegan las aguas del mar Mediterráneo que nunca verán a bordo del yate con helipuerto que jamás, ni en sus más aventurados sueños tendrán.
Las aventuras y los más estúpidos pormenores de la vida de las "estrellas" de la farándula les permiten suplir la ausencia de emoción en sus propias vidas.
Shopenhauer dijo una vez que los hombres vulgares inventaron la vida de sociedad porqué les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
Quizá el llenar el tedio de sus propias vidas con las vidas de alguién más es lo único que evita que intenten suicidarse, no lo sé.
Los ricos leen sobre las últimas vacaciones de verano de la familia real de Mónaco. La clase media se regodea en los escándalos de la vida personal de las estrellas de Hollywood. Los pobres leen sobre la vida de los protagonistas de la telenovela de Televisa o TV Azteca que ven a las nueve de la noche. Todos tienen su propio escape, a solo 15 pesos semanales.
Están también las revistas de la "alta sociedad" por supuesto, que son leídas por igual tanto por los personajes retratados en sus páginas como por el resto de la población, que las consume con una extraña mezcla de envidia, repulsión y fascinación.
El senador X y el banquero Y desayunando en Au Pied de Cochón en Polanco, cortesía de una cuenta que será cargada al erario público, impecablemente vestidos con sus trajes italianos hechos a la medida y sus corbatas Ermenegildo Zegna. Retratados justo en el momento en el que discuten como el senador conseguirá los permisos para la venta ilegal de alguna reserva natural en la Rivera Maya en donde el banquero planea financiar la construcción de un exclusivo fraccionamiento, que nos obliga a preguntarnos si acaso no es raro vivir en un país en el cual sembrar amapola en Michoacán en verdad parece un trabajo más honrado que ser político.
Sus esposas aparecen páginas mas adelante, retratadas en la inaguración de alguna exposición de arte conceptual cuyas obras solo son capaces de entender sus propios autores en la soledad de su estudio, a las tres de la mañana, diez copas de Johnnie Walker Black label después.
Por supuesto, ellas no entienden nada. Serían incapaces de decirnos quien es el autor del Guernica y los tres libros que leen al año comienzan con frases como "Me enamoré de un vampiro...". Pero cuando el camarógrafo de la revista de sociales se acerca, se apresuran a adoptar una pose parecida a la de la escultura del pensador de Rodin.
Casi nos es posible escuchar sus conversaciones, hurgar en sus bolsas Louis Vuitton y descubrir cigarrillos mentolados y pastilleros con Tafil y Ativan que sus dueñas consumen como si fueran chocolates M&M.
Domestic, socially acceptable junkie.
Alcohólicas de clóset.
Aburrimiento disfrazado de depresión clínica, con lo cual pretenden parecer más interesantes, envueltas en el halo trágico de la falsa melancolía. Es que estoy deprimida, mi doctor ya me recetó antidepresivos.
Pero el Prozac es inefectivo para curar el aburrimiento.
Los deprimidos no enumeran los medicamentos que toman con el fin de hacer conversación. Los deprimidos se cuelgan o salpican paredes con sangre y materia gris al meterse un disparo en la boca.
Y sus hijos. Quizá son la parte más divertida de la revista.
Pamela Schiele Santamaría, Francisco González Winkler y Natasha Loeb en la party pool en Valle de Bravo del Colegio Asunción. Nos miran a través de la fotografía con aire arrogante y una expresión cuidadosamente ensayada en el espejo.
Casi nos es posible imaginarnos a ese tal Francisco González Winkler, a bordo de su BMW A3, manejando a toda velocidad por las calles de la Ciudad de México, de camino a algún exclusivo colegio católico del Opus Dei que seguramente fue fundado hace unos treinta años por algún violador de acólitos que el Papa planea beatificar como recompensa a su sacrificio y devoción a la juventud que suena mejor en un discurso que sus cuantiosas aportaciones a las cuentas bancarias del Vaticano.
Detrás de su BMW veremos con toda seguridad un Chrysler negro que lo sigue a sol y sombra, conducido por los mismos dos guardaespaldas que dentro de seis meses le mandarán a su padre uno de sus dedos envuelto en un paño sanguinolento, como un muy convicente aliciente para que se apresure a reunir el monto de rescate de su secuestro.
En otra foto de la misma revista podemos ver a otro grupo de adolescentes de las Lomas festejando su graduación de la Preparatoria. En este reportaje vemos el retrato de dos mujeres con anorexia a cuyo pie de página podremos leer algo como Patricia Gutierrez Cortina y Montserrat Portilla Klinefelter, las más trendy. Ahí están, irresponsables, inconscientes, con esa expresión vaga de perpetuo aburrimiento y posando ante la cámara como si estuvieran en la semana de la moda de Milán. Presumiéndonos sus vestidos Dolce & Gabbana de cinco mil pesos.
Trendy sexy scum.
Con un poco de imaginación casi podemos trasladarnos al antro de moda en donde se desarrolla la acción. Casi podemos percibir el aroma pestilente que resulta de la mezcla de 20 fragancias importadas con el sudor y el humo de 50 cigarrillos encendidos, a la entrada del lugar.
Please could you stop the noise, I'm trying to get some rest
Podemos verlos llegar flanqueados por sus guardaespaldas. Comportarse como si estuvieran permanentemente ante la lente de alguna cámara invisible. Y salir del lugar pagando cuentas con saldos superiores al sueldo mensual de sus choferes. Nunca en efectivo, sino con tarjetas American Express en cuyos pequeños dígitos podemos ver restos casi imperceptibles de granos blancos de cocaína.
TW Socialité.
Podemos verlos siendo interceptados en su camino de regreso a casa por alguna patrulla de tránsito, como consecuencia de conducir su auto a 160 kilómetros por hora en la vía de alta velocidad con aliento alcohólico. Y las frases de costumbre al bajar del Audi.
Pinche indio, no sabes con quién te estás metiendo.
No sabes quién es mi papá.
¿Y quién es su papá? No lo sabemos. Quizá un exsecretario de Hacienda. Si, aquel que trabajó en el gabinete de aquel presidente en cuyo sexenio el aumento de la población sumida en la extrema pobreza aumentó en 20 millones.
Saturday, September 26, 2009
Si eres mujer y aspiras a sobrevivir en Ciudad Juárez, toma nota...
La primera víctima apareció en 1993. Su nombre era Alma Chavira Farel, una niña de 13 años que apareció muerta en el desierto. Alma fue secuestrada, torturada, violada y asesinada. Trás su muerte comenzó uno de los episodios más negros de la historia de este país.
Las cifras varían dependiendo de la fuente de la cual provengan. En el momento actual suele aceptarse que el número de mujeres asesinadas hasta el momento ronda el escalofriante número de 500 víctimas.
El patrón suele ser similar en todos los casos. Las víctimas son mujeres pobres, que rondan entre los 12 y los 35 años de edad. Empleadas en maquiladoras y otros trabajos extenuantes y miseramente remunerados. El ataque suele efectuarse de camino o de regreso del trabajo. Desaparecen por unos días solo para ser encontradas muertas unos días o meses después en el margen de alguna carretera solitaria o en predios localizados en las afueras de Ciudad Juárez.
Las investigaciones gubernamentales alrededor de este caso han estado marcadas desde el comienzo de los hechos por la ineficacia, la incompetencia y la corrupción. Los perpetradores de estos crímenes sin nombre continúan libres y no parece haber ningún indicio de que algún día vayan a pisar una cárcel.
¿Es acaso posible imaginar lo que estas mujeres sufrieron antés de ser asesinadas? El modus operandi de los asesinos consiste en secuestrar a las víctimas en algún punto del trayecto de su hogar a su trabajo. Tras el plagio, las víctimas parecen ser violadas y torturadas por días antés de ser finalmente asesinadas y abandonadas como basura en algún paraje del desierto de Chihuahua.
La impunidad en la que se han mantenido los autores de estos crímenes inenarrables es indignante. Esa impunidad no es gratuita. Las teorías más incómodas y al mismo tiempo probables para explicar estos asesinatos involucran no solo a jefes del narcotráfico, sino a altos funcionarios del gobierno de Chihuahua. El dinero lo puede todo. Incluso el comprar el silencio tras la muerte de 500 mujeres.
Ciudad Juárez es una vergüenza mundial. No es necesario ir a Afganistán para encontrar los ejemplos más atroces y vergonzosos del odio y el desprecio hacia la mujer. Lo que pasa en Ciudad Juárez es comparable o peor que las lapidaciones públicas de mujeres adúlteras en los países musulmanes.
Procuradores van, procuradores vienen. Todos en mayor o menor grado han exhibido estupidez e insensibilidad en el desempeño de sus funciones. Uno de ellos fue Arturo Chávez Chávez. El se ganaría a pulso un lugar en este triste capítulo de la historia por tener la osadía de responsabilizar en parte a las víctimas por el imperdonable crímen de usar minifalda y vestirse provocativamente, incitando de esta forma a sus verdugos a secuestrarlas, torturarlas, violarlas y asesinarlas.
¿Su receta para solucionar el asunto? Durante su administración, le recomendó a las mujeres de Ciudad Juárez que se abstuvieran de usar minifalda, así como que tomaran clases de Karate y cargaran consigo un Spray de gas pimienta. Y no, no es una broma.
¿Que es lo que pasa en México con estos oscuros funcionarios públicos? Respuesta: Su imbecilidad es premiada con un lugar en el gabinete presidencial. En el transcurso de esta semana, nuestro estúpido Presidente en funciones lo propuso como candidato a procurador general de la República y ese circo de asnos y ladrones que aquí en México nos gusta llamar en su conjunto Senado, lo ratificó en el cargo, todo esto a pesar de las protestas de organizaciones civiles de madres de las víctimas y grupos de Derechos Humanos.
Monday, September 14, 2009
de la guerra contra el narcotráfico y otras patrañas...
Mi país se encuentra atravesando en estos momentos uno de los escenarios sociales más desastrosos que ha tenido que afrontar en toda su historia reciente.
En los últimos dos años, la violencia ha llegado a niveles inimaginables, conviertiendolo en uno de los paises con más bajas civiles a nivel mundial, solo siendo superado por naciones que se encuentran atravesando una guerra civil.
El crecimiento económico ha sido virtualmente nulo y aún a pesar de la aterradora situación actual, el panorama a largo plazo parece ser aún peor.
El sistema de salud se encuentra al borde del colapso, el nivel de calidad del sistema educativo es ridículo y la ineficacia e incompetencia que ha demostrado el gobierno del actual presidente en todos los niveles es simplemente insultante.
Aunque las causas de este panorama devastador son múltiples, una de las principales razones que han conducido al país al borde del abismo es la campaña que ha enarbolado el actual presidente desde el día que asumió el poder, conviertiendola en su máxima, y casi única, prioridad. Me refiero a la llamada "Gran guerra contra el narcotráfico".
Este tema resulta ilustrativo porque ejemplifica un mecanismo universal que suelen usar todos los gobiernos del mundo en su afán de obtener el apoyo de la ciudadanía, ocultandole al mismo tiempo su ineficacia y corrupción. No se trata pues de una estrategia de manufactura local (Los políticos locales no tienen la suficiente inteligencia e imaginación para ello) sino de un principio universal que se ha utilizado desde siempre y que en ocasiones le reporta buenos resultados al gobierno que lo emplea. En México, la inexcusable estupidez del gobierno ha impedido que aumente su popularidad orillando de paso a toda la sociedad al borde de un precipicio.
Dicha estrategia consiste simplemente en fabricar ante los ojos de la sociedad a un enemigo común con dos fines: infundir miedo y terror entre la población así como unificar diversos sectores en la supuesta necesidad apremiante de combatir dicho peligro.
De esta forma se cumplen varios propósitos. Diversos sectores de la sociedad que normalmente no se unirían bajo ningún concepto, caen en la trampa del Estado y se alinean con los intereses del gobierno. La existencia de un peligro inminente que el gobierno publicita dia y noche como una amenaza aterradora capaz de destruir los cimientos de la sociedad desvía la atención de todos los demás temas de la agenda y hace que los tópicos verdaderamente importantes como la educación, la salud o el crecimiento económico parezcan irrelevantes al lado del monstruo inexistente que amenaza en todo momento con devorarnos.
Mediante esta simple estrategia, el gobierno incrementa su popularidad al proyectarse ante los ojos de la sociedad como el depositario y guardian de los valores y virtudes que es necesario preservar, al tiempo que adopta el papel del único salvador capaz de rescatarnos.
La guerra contra el narcotráfico no es más que un gran farsa, inútil y costosa, que no presta ningún servicio al progreso del país. La estrategia es útil como distractor hasta cierto punto pero todo tiene un límite. La desastrosa administración de Calderón ha sido tan escandalosamente incompetente que esta cortina de humo pierde adeptos día a día, al tiempo que ha sumido al país en una violencia espeluznante que parece no tener fin ni freno.
Thursday, September 10, 2009
los hombres que no aman a las mujeres
Creo que las mujeres son mucho más complejas e interesantes que los hombres. Mientras que los hombres son, en esencia, muy parecidos entre sí, no existen dos mujeres iguales. Y aún cuando frecuentemente nuestra humilde y pragmática mente masculina resulte traumatizada en el arduo proceso de entender la enigmática psique de la mujer que amamos, gran parte de lo que le da sabor a nuestras vida esta contenido precisamente en este juego.
Cualquier hombre que ha amado a una mujer sabe perfectamente que la violación constituye uno de los actos más abominables que es capaz de perpetrar un ser humano. Crimen atroz como ninguno, la violación es tan despreciable que es uno de los pocos tópicos que me hace reconsiderar mi posición con respecto a la pena de muerte. Un violador es para mí mucho más despreciable que un asesino o un secuestrador. Pero ¿Cual es el caldo de cultivo necesario para engendrar a este monstruo? Es esta la principal pregunta que deberíamos plantearnos. Porque en esta cuestión, no se trata de castigar al violador una vez que ha llevado a cabo su crimen y ha destrozado la vida de su víctima, sino de evitar que un hombre sea capaz de perpetrar una violación.
Resulta muy obvio que un violador no solo desprecia a su infortunada víctima, sino a todas las mujeres en general. La violación representa la más alta expresión del desprecio hacia el género femenino. El violador es la suma de todos los prejuicios y la ignorancia que sustenta la misoginia masculina. La violación es la peor y última de las consecuencias que podemos esperar si dejamos que la misoginia prospere sin hacer nada por ponerle un alto.
La violación no busca en primer término la gratificación sexual. Se trata ante todo de una agresión que tiene sus raices en el odio y la estupidez. En una sociedad hipócrita que tolera la violencia hacia la mujer y nulifica su valía y su papel en la sociedad, resulta inevitable la aparición de hombres lo suficientemente imbéciles y perversos como para perpetrar una violación. La solución a este problema consiste en arrancar de raiz todos los prejuicios y estupideces que se encargan de perpetuar la idea que sostiene que la mujer es inferior al hombre, limitandose a ser una especie de extensión del cuerpo masculino destinado unicamente a satisfacerlo sexualmente.
La mujer NUNCA es culpable de ser violada. Esto parece ser una aclaración innecesaria y obvia para cualquier persona con corteza cerebral dentro de su craneo, sin embargo, una de las ideas más tristemente extendidas en este tema es aquella que dice que la mujer comparte cierta responsabilidad con el violador al cometer el imperdonable error de "vestirse provocativamente", incitando de esta forma a su acéfalo agresor a violarla.
Este concepto es tan incortrovertiblemente imbécil que debería ser absolutamente innecesario detenerse en este punto a hacer aclaraciones, sin embargo, existen innumerables hombres que aun utilizan este argumento estúpido como un desesperado intento para justificar su agresión. Algo que siempre me ha sorprendido y horrorizado en partes iguales con respecto a este tema es el comprobar que esta idea es defendida también por mujeres. Este tipo de cosas son las que me hacen perder los últimos resquicios de fe que tengo en la humanidad.
Cierto libro de moda que es posible encontrar actualmente en los estantes de toda librería se titula "Los hombres que no amaban a las mujeres". No lo he leído y no tengo muchas intenciones de hacerlo, sin embargo, es el título de la obra lo que me llamó la atención.
Un violador es, ante todo, un hombre que nunca ha amado verdaderamente a una mujer. Para cualquier hombre que ha amado profundamente a una mujer, la violación es un tema aberrante y la sola sugerencia de llevarlo a cabo resulta grotesca. De cierta forma, un hombre que ha amado a una mujer, se enamora por el resto de su vida del resto de las mujeres del mundo.
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