Wednesday, January 18, 2012

las enseñanzas que me dejó el Mein Kampf




En su formidable libro sobre la cultura europea, el alemán Dietrich Schwanitz sintetiza con este parrafo genial lo que es el Mein Kamf de Hitler:








"Ilegible mescolanza de antisemitismo, racismo, militarismo, fanatismo nacionalista, teoría del espacio vital, interpretación histórica y programa político que, dada su estupidez, nadie tomó en serio. "Mi lucha" ha sido el único libro cuya repercusión se debió precisamente al hecho de haber pasado inadvertido"








Imposible el estar más de acuerdo con dicha definición.








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Mi abuelo materno es, con diferencia la persona mas sabia y bondadosa que he conocido. Junto con mis padres y todas las personas que a lo largo de mi vida he querido - incluyendo aquellas que están y aquellas que ya no - es la persona que más ha influenciado mi vida.




Mi abuelo y mi primo mayor, Roberto, son las personas que me dieron a leer en el momento preciso los libros que han moldeado mi forma de pensar. Y aunque no aspiro de ninguna forma a ser una persona tan culta y bondadosa como lo es el, siempre ha sido mi faro en la oscuridad.




Yo no tengo la prodigiosa memoria de mi abuelo ni su conocimiento enciclópédico. Y a lo largo de mivida, me he equivocado una y otra vez en situaciones que se que el seguramente hubiera podido sortear con facilidad. Sin embargo, aún sin estas pretensiones, necesito del ejemplo de alguien como el.








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A lo largo de los últimos años, cada vez que voy a visitar a mis primos, tiós y a mis abuelos maternos, uno de mis mayores placeres ha sido el tener la oportunidad de retribuirle un poco de lo que el me dio llevandole decenas de libros.




Uno de los tres libros que más me han impactado en la vida es la biografía de Louis Fisher de la vida de Mahatma Gandhi. Apenas termine su lectura se lo lleve, y como ya lo esperaba, en las siguientes vacaciones, ambos nos sentamos y hablamos del impacto que constituye el leer a profundidad la vida y obra de la persona que más admiro en este mundo.




La casa de mi abuelo es pequeña. En la azotea se encuentra un cuarto que inicialmente fue concebido como cuarto de servicio. Sin embargo terminó siendo el único espacio en la casa en el cual mi abuelo depositó sus libros. Se encuentra literalmente lleno del piso al techo con ellos.




En aquella ocasión tras hablar de Gandhi, mi abuelo nos visitó unas semanas después, y de entre esa pila de libros, eligió uno para llevarme.




Debo confesar que en un principio me desconcerté. El libro es un ejemplar, impreso en Santiago de Chile, que como pude averiguar más tarde en Internet, es probablemente la primera traducción al español del Mein Kampf de Hitler. Mi abuelo me lo regaló, tras decirme que después de conocer la vida de Gandhi, debía leer aquel libro.




Es una de las tantas enseñanzas que le debo.








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Creo que leer es una obligación. No un pasatiempo. Y creo que debemos leer todo lo que tengamos por delante, porque cualquier libro nos deja alguna enseñanza.




Confieso que no soporte la lectura completa del Mein Kampf, sin embargo, seleccione las partes importantes y leí la forma en que Hitler estableció los cimientos del Tercer Reich, que eventualmente llevarían al mundo entero a la más cruenta guerra de su historia. Una guerra que cobró 60 millones de vidas humanas.




Mi abuelo tenía razón. No basta con leer la vida de Gandhi. Es necesario también leer aquellos libros que nos muestran los peores errores y fracasos de la inteligencia humana, ya que solo de esta forma podemos aspirar a no repetirlos en el futuro.




Si bien la biografia de Gandhi me dejó maravillado y el Mein Kampf me provocó nausea, de ambos libros obtuve enseñanzas que no hubiera conseguido por otros medios.




No basta con leer el Tratado sobre la libertad de John Stuart Mill. También debemos al menos conocer lo que fue el Malleus malleficarum de Sprenger y Kramer, ese mamotreto medieval infernal salido del Váticano que le costó la vida a millones de mujeres inocentes y constituyó el pilar ideológico de la quema de brujas europea y de la Santa Inquisición.




A pesar de tener que reconocer que como texto mitológico, me gustan muchas partes del Antiguo Testamento, como texto dogmático no tengo ninguna duda al decir que el antiguo testamento es uno de los textos que más muertes han provocado a lo largo de la historia de la humanidad, a la par del Corán.




Lamento herir susceptibilidades, pero en realidad no es necesario un análisis detallado... solo hace falta una revisión superficial para ver como las enseñanzas del Decálogo son en su conjunto un compendio inigualable de homofobia, racismo y misoginia quizá solo igualado por el Corán. La historia no deja lugar a dudas sobre el número de muertes de personas inocentes que han perecido bajo el nombre de ese texto infernal.




Afortunadamente, tenemos análisis detallados como el libro de Cesar Vallejo, "La puta de Babilonia", que despejan todas nuestras dudas al respecto.




"El principe" de Nicolas Maquiavelo, no es la obra diabólica que siempre se nos hace creer que es. Maquiavelo poseía una inteligencia prodigiosa y mediante ella hizo algo que evidentemente no le cayó en gracia a las personas que estaba describiendo. Lo único que hizo Nicolás Maquiavelo fue hacer visible ante todos, los mecanismos mediante los cuales se accede, se ejerce y se mantiene el poder, y al hacerlo, revelo algo que va ligado a ello: El ejercicio del poder y la ética no son mutuamente excluyentes, pero el primero no necesita de la segunda en absoluto. Son dos entidades absolutamente diferentes que no van de la mano en la mayor parte de los casos.




El describir estas verdades le valió esa aura diabólica que en realidad merecían aquellos que pretendían atribuirsela. Una verdad vigente hasta la fecha.




Cuando compré "Los 120 días de Sodoma" del Marqués de Sade, esperaba la lectura de un texto fascinante. Junto con Maquiavelo, son contadas las personas que a traves de su obra le han dado nombre a un adjetivo, como lo es "Sádico". En su lugar me tope con un libro casi ilegible e insufriblemente aburrido del cual no pude avanzar más de 10 páginas. Y esto no porque su contenido me escandalizara (Sade no escandalizaría a nadie el día de hoy) sino porque el Marqués no era un escritor de talento.




Sin embargo esas 10 páginas me dejaron una reflexión. El Marqués de Sade solo fue un excentrico aspirante a escritor. Pero solo eso. Escribió textos. No asesino a cientos de miles de personas como el Papa y la Iglesia que lo condenó al encierro.




El ejercer la libertad de expresión no es un crimen. Condenar a un hombre al encierro por ejercerla si lo es.




Es preciso leer El Almuerzo Desnudo de William S. Burroughs o Trainspotting de Irvine Welsh si aspiramos a comprender en realidad a los pacientes adictos. Esto es particularmente importante para los médicos encargados de tratar dichos pacientes: los psiquiatras.




Estas dos obras nos dan la oportunidad inigualable de entender el comportamiento del paciente adicto porque, a diferencia de muchas otras obras que tratan el tema, estos dos libros son de las pocas obras al respecto que abordan el tema sin ninguna clase de tinte moralista.




El Almuerzo Desnudo comienza además con un ensayo brillante sobre el problema del tráfico de drogas que si nuestro actual presidente hubiera leído, quiza hubiera evitado decenas de miles de muertes.




Más aún, si queremos tener una perspectiva histórica de este problema podemos leer Confesiones de un opiómano inglés de Tomas de Quincey o Los paraísos artificiales de Baudelaire.




Allen Ginsberg se refirió en una ocasión a Burroughs como la persona más inteligente que hubiera conocido jamás.




No basta con las clases de historia que nos impartieron en la escuela primaria, secundaria y preparatoria.




Si pretendemos expander nuestro conocimiento sobre la historia del siglo XX, es preciso que leamos a Noam Chomsky.




Si aspiramos a conocer la historia de las dictaduras latinoamericanas que marcaron el siglo XX y costaron cientos de miles de vidas inocentes, es necesario que leamos por lo menos "El siglo del Viento" de Eduardo Galeano.




El vivir en un mundo marcado por un crecimiento científico sin precedentes, nos obliga, si no a leer, por lo menos a saber los conceptos básicos, los nombres y autores de los libros científicos que han iniciado las revoluciones que nos han conducido a donde estamos ahora: "De las revoluciones de las orbitas celestes" de Copérnico, las leyes de Kepler, la obra de Tycho Brahe, el Principia Mathematica de Isaac Newton, El origen de las especies de Darwin, el tratado sobre la teoría de la relatividad general y el trado sobre la relatividad especial de Einstein o la descripción de la doble hélice del ADN de Watson y Crick.




Esto sin olvidar el antecedente del modelo de Ptolomeo o ignorar el hecho de que aún el dia de hoy, el movimiento creacionista estadounidense le niega la enseñanza de la teoría de la evolución y la selección natural a miles de personas.




El maravilloso libro de Hoffman, "Las plantas de los Dioses" va más alla de enumerarnos las diferentes clases de pantas alucinógenas conocidas. Es un libro formidable que nos ofrece una perspectiva del papel que los alucinógenos tuvieron desde el inicio de los tiempos en nuestra concepción de las diferentes deidades a lo largo de la historia.




Es una obligación el conocer las atrocidades que el regimen nazi perpetró en el Holocausto. Pero esto también nos debe servir para tratar de encontrar la diferencia entre la labor del Dr Mengele en Aushwitz y las atrocidades perpetradas en la prisión iraquí de Abu Grahib o de Guantánamo.




La historia es escrita por los vencedores. Por esa razón todos saben que la segunda guerra mundial inició con la invasión alemana en el frente oeste de Polonia. Sin embargo debemos leer aún más si aspiramos a saber que exactamente en el mismo momento en el cual Hitler invadio Polonia por el Oeste, Stalin hizo exactamete lo mismo por el Este.




Todos sabemos de los Juicios de Nuremberg. Es preciso leer más fuentes para saber acerca de la operación Paperclip estadounidense que le concedió inmunidad a los científicos alemanes que no muchos años más tarde, serían los principales artífices del programa espacial norteamericano. La unión soviética por su parte también hizo lo mismo.




Wernher Von Braun, una de las figuras clave que llevaron a los Estados Unidos a la superficie lunar fue un criminal nazi beneficiado por esa inmunidad. Años antes de llevar a Neil armstrong a clavar en el suelo lunar ua bandera estadounidense, estaba muy ocupado ideando los cohetes V2 nazis que noche tras noche caían sobre Londres, durante la segunda guerra mundial.








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Leer es una obligación. No solo nos otorga conocimiento. Por encima de eso, forja nuestro criterio.




No existe un libro del que no podamos obtener una enseñanza.




Por el contrario, el leer pocas fuentes puede conducirnos a un pensamiento dogmático.







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