Wednesday, January 18, 2012

simplificando las cosas

A la luz del desastroso gobierno que el actual presidente de mi país ha encabezado en los últimos 5 años, la derecha en mi país queda descartada absolutamente de mis preferencias. Por principio básico, no puedo votar por el PRI, la dictadura perfecta que gobernó mi país por 75 años hasta el 2000, cuando el PAN ascendió al poder y ha demostrado desde entonces su ineficacia y corrupción.


Esto me deja la opción de la izquierda, no solo por descarte, sino por afinidad ideológica. Desde hace varios años, la capital del país ha sido gobernada por la izquierda, y aún con sus respectivos errores, creo que en la balanza, el desempeño ha sido mejor.


Sin embargo no es el objetivo de este texto el hablar sobre este tema. Sino sobre las respectivas instituciones que respaldan a las 3 diferentes opciones principales electorales.


Hasta este momento podemos por lo menos sospechar que el PRI tiene un gran apoyo del duopolio televisivo de este país, al igual que la derecha.


La derecha por supuesto tambien cuenta con cierta base dura de electores dentro de la inmensa población católica de este país, sin embargo, la explosión absoluta de la violencia en el último sexenio es tan catastrófica que puede opacar esta presunta ventaja.


La izquierda no cuenta con el apoyo de las televisoras, ni de la empresa privada de este país. En las pasadas elecciones pudo verse sin duda que si cuenta con un apoyo popular muy amplio que posiblemente se haya incrementado, si tomamos en cuenta el desplome de la derecha.


En las pasadas elecciones, la derecha atacó a la izquierda, haciendo uso de las televisoras, mediante una "guerra sucia" mediática al más puro estilo fascista de Mussolinni o nacional socialista de Hitler.


Una ventaja en esta ocasión es que esta vez, ese recurso ya esta gastado.


La izquierda cuenta entonces con dos pilares principales: enormes masas de población urbana de la capital y el apoyo de gran parte de la comunidad intelectual del país.


Sin embago, a diferencia de lo que pasó hace seis años, la izquierda no puede darse el lujo de atacar y desacreditar de entrada a los empresarios de este país sino encontrar una estrategia que le permita hacer que los empresarios no alineen de nuevo su poder para frenar a la izquierda.


Las televisoras son negocios. Los dueños de las televisoras son negociantes. Empresarios que se relacionan con otros empresarios.


Al igual que como funciona el más simple negocio, no hay que olvidar que las televisoras venden un producto a sus clientes. Dichos clientes son sus anunciantes quienes a final de cuentas son su entrada de dinero. Y el producto que venden las televisoras somos nosotros. El auditorio. Son empresarios vendiendo el poder adquisitivo de sus espectadores a sus anunciantes.


De esta forma no es posible atacar a los grandes empresarios sin que esto sea un ataque implícito a las televisoras y viceversa.


En este año, se da la principal oportunidad que la izquierda haya tenido para ganar la presidencia. Creo que buscar una conciliación con la empresa privada será el factor clave que determine los resultados de la elección.

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