Cuando el capitalismo dió sus primeros pasos, empleó diversas estrategias para fortalecerse y ganarle la batalla al comunismo oriental. Una de las mas importantes fue la de atraer a inmensas masas de población mediante la promesa de la prosperidad material. Hacer parecer a los Estados Unidos como una especia de tierra prometida. La tierra de la oportunidad. Millones de inmigrantes de todas las nacionalidades acudieron al llamado y constituyeron las bases de lo que hoy es la economía mas poderosa del mundo. El concepto del "sueño americano" que sedujo al mundo, fue creado en un momento en el cual los E.U. tenían sus puertas abiertas de par en par, cuando el capitalismo apenas empezaba a echar raíces.
A lo largo del tiempo, el concepto del "sueño americano" se ha ido deformando.
En un principio contituyó una auténtica promesa. La oferta era muy simple, y mas importante que eso, era verdadera: En este país, si eres lo suficientemente listo y trabajador, podrás prosperar y tener una buena calidad de vida para tí y tu familia. Tendrás todas aquellas oportunidades y libertades que te negaron en tu país de origen.
El sueño americano fue exitoso porqué prometía algo que funcionaba en la práctica. Algo que era tangible y real. Un auténtico sueño que era posible llevar a cabo.
Con el paso de los años, el capitalismo se fue fortaleciendo y creció hasta convertirse en el monstruo que devora al mundo de hoy. Y que se devora a sí mismo, tal como dice Bukowski. A lo largo del siglo XX, libró una batalla a muerte (En el sentido literal del término) con el comunismo soviético, que finalmente ganó, cuando la larga agonía de su rival lo llevó al derrumbe a finales de la decada de los ochenta. Los E.U. ganaron la guerra fría, quedando de esa forma, como únicos herederos y dueños del mundo. Sin competencia alguna en el horizonte, el capitalismo aprovechó la situación y se dedicó a crecer a costa de cualquier precio.
Junto con la desaparición de un rival que pudiera oponerse al capitalismo estadounidense, se consolidó tambien la insondable brecha entre el primer mundo y el tercero. Quedo claro que las promesas de bienestar, con que los E.U. sedujeron al mundo, eran un sueño local con el que los tercermundistas solo podían soñar. El capitalismo se reveló entonces como un monstruo incontenible y cruel que producía multiBillonarios a costa de mantener a la inmensa mayoría de la población MUNDIAL en condiciones de subsistencia infrahumanas.
El supercapitalismo actual, encarnado por las élites multimillonarias del primer mundo, parece haberse vuelto invencible. Con todo el poder y el dinero del mundo a sus espaldas, puede darse el lujo de asumir cínicamente el papel que le corresponde. Que no es otro que el de saqueador del planeta.
Las reglas del juego han cambiado en todos los aspectos. E.U. se ha convertido en un gigante que no tiene mas la necesidad de seguir seduciendo a la población del mundo para que vaya a colonizar sus despobladas tierras. Tiene toda la prosperidad que necesita y no requiere de mas inmigrantes emprendedores que lleguen a sus puertos. Una vez que ha alcanzado la cima, ha blindado sus fronteras, y ha condenado al tercer mundo a la única función de ser uno mas de los motores que mantengan el poderío de su economía.
Con todo esto, el sueño americano que E.U. le sigue importando al resto del mundo, tambien se ha ido modificando. Los medios de comunicación y la propaganda estadounidense ya no insisten en seguir promoviendo esa modesta promesa de una buena calidad de vida a cambio de mucho trabajo. Ahora se enfocan en retratar el estilo de vida de los multimillonarios.
Vivimos en la era dorada de los millonarios. Hoy en día, el mundo entero se entretiene escudriñando hasta la nausea, las vidas de aquellos que viajan a París cada fin de semana y que viven en gigantescas mansiones en Beverly Hills, con ferraris en el garage.
En el pasado, E.U. le prometía a los inmigrantes del mundo, aquello que podían tener si llegaban a la tierra prometida. En la actualidad, los medios de comunicación le prometen a los relegados esclavos del tercer mundo aquello que jamás podrán tener. El mensaje mediático del primer mundo hacia los países pobres es muy claro: No aspires a ser lo que yo soy. Mientras tu luchas por tener algo que comer el día de hoy, yo tengo entre mis filas a multimillonarios capaces de pagar por sí solos la deuda externa de tu miserable país. La diferencia que nos separa es definitiva e insalvable. Estas en donde estas (Es decir, en la miseria) porqué así es el orden de las cosas. Lo único que puede redimirte de tu pobreza, es un improbable golpe de suerte (Como podría ser el ganarse 200 millones de dólares en la lotería, cosa que definitivamente no va a sucederte), porqué tus méritos no lo harán.
La función de esta nueva versión del sueño americano, consiste en reafirmar una confianza ciega entre los primermundistas, hacia el sistema que los mantiene, así como condenar a la resignación a los tercermundistas, que solo pueden conformarse con soñar con lo que ven en sus pantallas.
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