El entretenimiento estúpido y vacío del que el mundo se alimenta en estos días, es el mejor aliado de los gobiernos ineficaces, corruptos y tiránicos. De lo mismo, se deduce que la educación es el arma mas poderosa que es posible emplear en su contra.
La industria del entretenimiento superfluo y la corrupción del Estado, son dos organimos que se necesitan mutuamente. Viven en una cómoda relación simbiótica de la cual obtienen sus respectivas ganancias.
El Estado necesita que la población que gobierna, se encuentre permanentemente sedada por la estupidez del entretenimiento que consume, para poder explotarla, manipularla y saquearla en la mas perfecta impunidad. Los medios, por su parte, necesitan que la gente que consume sus productos, se encuentre sumida en la miseria económica y emocional mas absoluta, para que esta acepte sumisamente, la mas inmunda basura que se le ofrezca, como un sustituto con el cual suplantar la ausencia de felicidad en sus vidas.
La población también contribuye con un importante ingrediente a la ecuación, y por tanto, no esta exenta de culpa. Ese ingrediente es la apatía y el conformismo. Lo verdaderamente trágico del asunto, es que nadie obliga a la gente a consumir los productos mediáticos que se les ofrece (Aún cuando, bajo algunos criterios, el consumo de ciertos programas podría calificarse como tortura psicológica) sino que lo eligen por su propia voluntad. No solo los consumen como un producto con el cual llenar las horas muertas de su tiempo libre, sino que los colocan como el eje mismo de sus existencias.
De esta manera, se alimenta un circulo vicioso que conduce con toda certeza a un abismo. Esta certeza esta respaldada de sobra, por el recuerdo de las veces en que ya ha sucedido antes.
El individuo del siglo XXI, demasiado sedado por la estupidez que le rodea desde todas direcciones (La televisión, el cine, la publicidad, la música...) ya no esta interesado en protestar contra la injusticia, la guerra, la corrupción o la ineficacia de sus gobernantes, sino que se limita a huir de la innegable podredumbre del mundo que le rodea, mediante el escapismo barato que le ofrece la televisión. Se trata de un círculo que se perpetúa a sí mismo continuamente.
Este sistema es el caldo de cultivo del desastre.
El mal "menor" que puede resultar de el, es que el pueblo continúe condenado indefinidamente, a la pobreza y la ignorancia en la que ha vivido siempre. Sin embargo, la apatía mental y el adormecimiento de la conciencia del pueblo, esconden otros riesgos mucho mayores, pues son los medios por los cuales pueden prosperar toda clase de ideologías psicóticas y peligrosas.
En su debido momento, volverán a aparecer dementes disfrazados de mesías, que le ofrecerán a los desesperados, una supuesta justificación a sus vidas carentes de sentido. Y cuando eso suceda, las masas (Incultas, ignorantes, desinformadas, y sobre todo, mortalmente aburridas por el vacío de sus vidas) los seguirán ciegamente hacia el precipicio. El mundo de hoy (29 de Diciembre del 2005) es una bomba de tiempo, que tarde o temprano va a saltar en mil pedazos.
Ojala y la profecía resultara ser falsa. Pero si nada cambia, creo que la única cosa que podría conducir a un final diferente es la suerte.
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