Sunday, December 04, 2005

"toda mujer es una serpiente"


A la mujer le dijo: "Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos, y tu deseo vehemente será por tu esposo y el te dominará"
Génesis 3 : 16

La sentencia de esclavitud a la mujer, fue dictada en gran parte, por la Biblia y por otros "libros sagrados" como el Corán. Concebidos y redactados, evidentemente por hombres, estos textos son responsables, en gran parte, de la opresión que han tenido que sufrir las mujeres desde hace tantos siglos. En mi opinión, el hecho de que la Biblia contenga entre sus páginas, pasajes tan atroces como los que podemos leer en el Génesis, es un argumento contundente para creer que su inspiración no proviene de una mente divina y perfecta, sino mas bien de la pluma de hombres ordinarios y particularmente limitados de inteligencia. Es ridículo pensar que una mente perfecta es capaz de caer en errores típicamente humanos como lo son la discriminación y la intolerancia. Pero lo que me parece mas increíble de este asunto, es que a pesar de esto, existan mujeres que rijan sus vidas de acuerdo a un libro que las considera poco menos que débiles mentales. La idea me parece tan absurda como el imaginar a un judío, que quisiera convertir el Mein Kampf de Hitler en su libro sagrado.

Elizabeth Cady Stanton, pionera en la defensa de los derechos de las mujeres, se refirio a la Biblia con estas palabras: " No conozco otro libro que preconice tan plenamente el sometimiento y la degradación de las mujeres".

El cinismo con el que el génesis trata el asunto de los sexos no tiene desperdicio. En un principio, el hombre se encontraba solo en el jardín del Edén. Es decir, el hombre era la creación original. Pero al encontrarse solo, naturalmente se aburría. Con el tiempo, le pide a Dios que le de compañía. Este espera a que Adán duerma y entonces le quita una costilla, con la cual crea a Eva, la primer mujer.

Entonces dijo el hombre:

"Esto por fin es hueso de mis huesos y carne de mi carne.

Esta será llamada mujer, porqué del hombre fue tomada".

Genesis 2 : 23

Es decir, la creación de la mujer ni siquiera estaba contemplada en un principio. Y una vez que Dios decide crearla, lo hace solo porque su creación original, el hombre, necesitaba diversión. Para crearla no emplea materia nueva. Aprovecha una costilla del hombre y con eso le basta. La mujer es "tomada" del hombre. Existe gracias a su carne. Desde un principio, no es mas que una extensión adicional del cuerpo masculino. No goza de una dignidad igual, pues en realidad su función se limita a ser la compañía sumisa y pasiva del hombre. Su fiel sirvienta.

Ahora bien, ya antes de crear a la mujer, Dios le había advertido a Adán de la única restricción que tenía en el jardín del Edén. Podía comer del fruto de cualquier árbol, excepto aquellos que crecían en el árbol "del conocimiento de lo bueno y de lo malo". No deja de sorprenderme el hecho de que la Biblia tenga tan poco cuidado en disimular su pánico ante su principal enemigo: Es decir, el conocimiento. Que constituye la única arma capaz de desemascarar el engaño religioso.

Al respecto, Nietzsche escribe, en el capítulo XLVIII del Anticristo, lo siguiente:

"¿Se han preguntado las gentes del sentido que encierra la celebre historia que figura al principio de la Biblia, el pánico de Dios ante la Ciencia?

(...) El hombre no supo divertirse con los animales, reinó sobre ellos, ni siquiera quiso ser animal. En vista de ello, Dios crea a la mujer. Y como por arte de magia, desaparece el aburrimiento y otras muchas cosas mas. La mujer fue la segunda equivocación de Dios. "Por naturaleza, toda mujer es una serpiente eva"; cualquier sacerdote lo sabe; "Por la mujer vienen todos los males al mundo"; También lo sabe cualquier sacerdote. "Luego la Ciencia también viene de ella". La mujer hace comer al hombre del fruto de la Ciencia. ¿Y que sucede entonces? El pánico se apodera del Dios antiguo. El hombre mismo, creado a su imagen y semejanza, se ha convertido en la mayor de sus equivocaciones, se ha creado un rival; la Ciencia le hace igual a Dios, se han acabado los sacerdotes y los dioses, si el hombre se vuelve sabio. Moraleja: La Ciencia es en sí el fruto prohibido; es lo único vedado. La ciencia es el primer pecado, el germen de todo pecado, el pecado original. Esto solo es la moral: "No conocerás". Lo demás son consecuencias. El terror de Dios no le impidió ser sagaz. ¿Como es posible defenderse de la ciencia? Tal ha sido, durante mucho tiempo, el magno problema. Solución: Que el hombre salga del paraíso. La dicha y la ociosidad evocan pensamientos; el hombre no debe pensar. Y el sacerdote en si inventó el castigo, la muerte, el peligro mortal del embarazo, todo género de miserias, la vejez, los cuidados y el primer término, la enfermedad - medios para luchar con la ciencia. La miseria impide que piense el hombre. Y con todo ¡Oh, espanto! La obra del conocimiento se levanta gigantesca y toca a muerte en el ocaso de los dioses ¿Que hacer? El dios antiguo inventa la guerra; separa a los pueblos; hace que los hombres se exterminen mutuamente (Los sacerdotes han necesitado siempre de la guerra) La guerra es una gran perturbadora de la Ciencia. ¡Increíble! El conocimiento, la emancipación del yugo sacerdotal aumentan a pesar de las guerras. El dios antiguo toma la última resolución: "El hombre se ha vuelto sabio, no se le puede utilizar, no tengo mas remedio que ahogarlo."

De esta forma, la Biblia no solo castiga a la mujer con la servidumbre, sino que le hace creer que merece su castigo. La llena de culpa y remordimientos, y le hace creer que su naturaleza es la de provocar calamidades. La mujer termina creyendose inferior al hombre y acepta con naturalidad su papel infantil y pasivo con respecto a el. En esto es también culpable por su suerte. Me es dificil entender como es que la mujer llegó a aceptar la nulificación de sus derechos a lo largo de tantos siglos sin haber opuesto la mas mínima resistencia. Es cierto que existen ejemplos de mujeres valientes que alzaron la voz en nombre de su género en todas las épocas de la historia, pero lo cierto es que la proporción que estas representan del total es casi despreciable. El que las mujeres hayan conseguido su derecho al voto hasta mediados del siglo XX no es una estadística que deba enorgullecer a nadie. Por el contrario, es una verg[uenza. Es algo que debió suceder mucho tiempo antes.

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