La maldad humana es temible en cualquier circunstancia. Sin embargo, es necesario distiguir por motivos prácticos, el origen de esa maldad.
Aquella maldad que nace genuinamente de la inteligencia, es terriblemente destructiva. Sin embargo, frecuentemente sus objetivos son mas específicos y sus posibles consecuencias son mas fáciles de predecir. Por el contrario, aquella maldad que tiene su raiz en la ignorancia y la estupidez, es mucho mas dificil de controlar. Con frecuencia, sus consecuencias son verdaderamente catastróficas. Esto se debe a que el daño que produce, afecta sin distinción a todas las personas. El daño puede terminar afectando incluso a la persona que incurrio en la maldad.
Hay una diferencia fundamental entre estas dos posiciones. Aquel que deliberadamente usa su inteligencia para buscar causarle un perjuicio a alguien mas, tiene la "ventaja" de poder controlar la situación. El ignorante en cambio, no sabe que esta incurriendo en la maldad, y por tanto, ignora tambien las consecuencias que sus acciones le acarrearan a si mismo y a los demás. Probablemente no haya nada peor ni mas peligroso que aquel sujeto que hace el mal creyendo hacer el bien. Para comprobar esto, basta con ver el ejemplo de ciertos lideres religiosos.
Hacer esta distinción en los origenes de la maldad, no equivale por supuesto a decir que esta es mas tolerable en unas circunstancias que en otras. La maldad es censurable en cualquier caso.
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