Algún dolor era indudablemente necesario, pero a mi juicio el padecido por los países en desarrollo en el proceso de globalización y desarrollo orientado por el FMI y las organizaciones económicas internacionales fue muy superior al necesario. La reacción contra la globalización obtiene su fuerza no solo de los perjuicios ocasionados a los países en desarrollo por las políticas guiadas por la ideología, sino también por las desigualdades del sistema comercial mundial. En la actualidad, son pocos quienes defienden la hipocresía de pretender ayudar a los países subdesarrollados obligándolos a abrir sus mercados a los bienes de los países industrializados más adelantados y al mísmo tiempo protegiendo los mercados de éstos:esto hace a los ricos cada vez más ricos y a los pobres cada vez más pobres.... y cada vez más enfadados...
El FMI es una institución pública, establecida con dinero de los contribuyentes de todo el mundo. (....) Informa a los ministros de hacienda y a los bancos centrales de los gobiernos del mundo. (...) Desde entonces ha habido algunos ajustes menores, pero los que mandan son los grandes países desarrollados, y uno solo, los Estados unidos, ostenta un veto efectivo.
El FMI es una institución pública, establecida con dinero de los contribuyentes de todo el mundo. (....) Informa a los ministros de hacienda y a los bancos centrales de los gobiernos del mundo. (...) Desde entonces ha habido algunos ajustes menores, pero los que mandan son los grandes países desarrollados, y uno solo, los Estados unidos, ostenta un veto efectivo.
El malestar en la globalización
- Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía -
A inicios del siglo XX, los Estados Unidos de América no se habían consolidado como una potencia, o por lo menos no eran aun un estado superior a Francia, Alemania o Inglaterra.
Con el sucesivo acontecimineto de dos guerras mundiales que dejaron a Europa en ruinas, los Estados Unidos se consolidaron definitivamente como una potencia que sin embargo tenía un contrapeso en la Unión Soviética.
Para fortuna de la humanidad, la guerra fría nunca se convirtió en un enfrentamiento directo como la segunda guerra mundial. La razón radica en la presencia de la bomba atómica.
Ningún estado en la historia de la humanidad se embarca en una guerra en la cual sabe que puede ser destruido. Hitler nunca considero una derrota a mediados de 1939.
Con el derrumbe de la Unión Soviética, los Estados Unidos de América se conviertieron en la principal potencia económica y militar del mundo, y hoy por hoy no existe un estado que pueda ejercer un contrapeso, aún con la rápida ascensión de China y la India en Asia así como la supremacia local de Japón en la zona.
Resulta inexacto hablar del "imperialismo estadounidense" o peor aún, del "colonialismo estadounidense".
Los Estados Unidos de América son una potencia hegémonica, no imperialista o colonial.
Dicha hegemonía se manifiesta como una influencia cultural y sobre todo económica.
Hoy por hoy, ningún estado del mundo (Con la posible excepción de Corea del norte y Cuba) se ve libre de la invasión de la cultura estadounidense.
Consumimos sus programas televisivos, elegimos nuestros productos de consumo de acuerdo a las normas estéticas que nos dictan, relegamos lentamente nuestra propia cultura y nuestros valores morales y los sustituimos por el modus vivendi de los Estados Unidos. En algunos casos, llegamos incluso a pensar que el american dream es posible en un país tercermunidista.
Sin embargo, esta invasión cultural esta superditada al factor clave que determina y dicta la hegemonía de los Estados Unidos de América (Estados Unidos, NO América) Este factor es la intervención que los Estados Unidos ejercen en todos y cada uno de aquellos países en los cuales tienen algún interés económico.
La invasión cultural facilita este fin. Sin embargo, el verdadero factor clave son los interes económicos que el país del Norte tiene a lo largo y ancho del mundo.
Esta intervención es ejercida de diversas formas. Una de ellas consiste en fabricar supuestas amenazas que justifican la intervención política de los Estados Unidos en la política de un país, lo cual por supuesto viola su soberanía.
Estas amenazas magnificadas y en su mayor parte fabricadas van cambiando de acuedo al escenario político. En la guerra fría lo era la amenaza soviética. Mas recientemente, con la desaparición de la URSS, el terrorismo islámico (Un enemigo sin rostro y sin estado) ocupó su lugar.
En este punto es preciso recordar que la guerra contra las drogas es otro de estos inventos estadounidenses, en este caso diseñado con el objetivo específico de intervenir políticamente a lo largo y ancho de América Latina.
**
En otros casos, la hegemonía estadounidense se manifiesta de una forma beligerante. Basta recordar las dos guerras de irak, la intervención en Afganistán posterior al 11 de Septiembre, la intervención en Kosovo, en Vietnam o en Corea.
Los Estados Unidos de América, campeones de la paz y la libertad en el mundo son, sin lugar a dudas, el estado más beligerante del mundo.
Los ataques terroristas al WTC y al Pentágono fueron una tragedia de dimensiones colosales. Sin embargo, la importancia de estos ataques (Sin demeritar a las víctimas o justificar lo injusticable) no radica en el número de muertos que se cobraron los ataques, sino en el hecho de que el ataque tuviera lugar en Manhattan y las víctimas fueran estadounidenses.
Diariamente mueren un número muchisimo mayor de seres humanos en conflictos que rayan en genocidios, principalmente el el Africa subsahariana, en el infierno que los estadounidenses dejaron en Irak, en Sumatra y en América Latina.
Sin embargo, los muertos del tercer mundo no tienen rostro. La razón es que no hay una camara de televisión presente que los capte.
**
La hegemonía de los Estados Unidos en el mundo es en esencia lo que llamamos globalización.
El término se presta a confusiones. En una primera instancia, parecería que se refiere a un armónico intercambio cultural (y comercial). A una era de prosperidad colectiva en la cual cada país se dirige hacia un estado de igualdad económica y cultural.
Sin embargo, y a riesgo de simplificar las cosas, la realidad nos muestra otro panorama: la imposición de los valores estadounidenses en nuestro modo de vida, con la consiguiente erosión de nuestra propia cultura, así como la intervención política permanente de los Estados Unidos (perpetrada bajo cualquier pretexto) con el único fin de salvaguardar sus intereses económicos.
No comments:
Post a Comment