Monday, May 21, 2012

el hombre que dejo la civilización para huir al paraíso


Una de las muchas islas en donde Gaugin vivió

Paul Gaugin nació en 1848. Además de haber vivido en su paraíso idílico en el fin del mundo, existen otros pasajes de su vida menos conocidos. Y su permanencia en Tahití suele ir enmarcada por un aura romántica que omite el mencionar que el pintor murió pobre, solo y enfermo.
Muchos años antes de embarcarse en su aventura, Gaugin fue un burgués, corredor de bolsa  que vivó comodamente y solía codearse con la alta sociedad parisina y usar ropa fina  y costosa.
Todo eso comenzó a cambiar cuando descubrió la pintura.
Su esposa, quien consideraba esa actividad un pasatiempo dominical inofensivo, no tardó en descubrir que la pintura estaba conviertiendose en una pasión irremediable por la cual su esposo comenzó a dejar de lado todo.
En un año estaba en quiebra.
Tras vivir un breve tiepo más con su esposa, Gaugin consagró el resto de su vida a pintar cuadros que nunca pudo vender y que solo provocaban las risas y lo ponían en ridículo ante sus semejantes.
De este modo, la mayor parte de la obra de Gaugin fue rescatada después de su muerte. Sus lienzos fueron encontrados en dormitorios, tabernas, burdeles y todo tipo de lugares en los cuales Gaugin pagó una noche de amor o de sueño por medio de lo único que tenía para ofrecer.
Tras mudarse un tiempo a Arles, en donde visitó por última vez a aquel viejo amigo pintor holandés a  quien vio por última vez después de que este tratará de acuchilarlo en una riña con una navaja de afeitar, con la cual, al final, terminaría cortandose gran parte del lóbulo derecho de su oreja, Gaugin se fue y lo dejó detras con el triste destino que le depararon sus últimos años. Al igual que el propio Gaugin, también su amigo sería considerado, tras su muerte, uno de los más grandes genios de la pintura universal, y aquellos cuadros que tampoco vendió en vida, hoy en día ya no tienen precio. Su amigo se llamaba Vincent Van Gogh.
Siguiendo su irremediable alma romántica, Gaugin, recordando sus viajes de juventud como marinero, finalmente partió hacia su celebre destino.
Tahití era exactamente lo que esperaba que fuera: el paraíso. Tras pasar los últimos 27 meses felices de su vida, regresó a Paris con cientos de lienzos que montó en una exposición en la capital de Francia a su regreso.
Vendió menos de 5 cuadros, los cuales fueron adquieridos por un amigo. Un crítico local escribió en un periódico "Si quieren hacer reir a sus hijos, llevenlos a la exposición de Gaugin".
Decepcionado de nuevo, Gaugin regresó al Pacífico, de donde no habría ya de volver. Pero esta vez enfermo. Tras pasar un tiempo en las islas polinesias, terminó sus días en las islas marquesas, viviendo en una choza miserable, pobre y solo.
Tras su muerte, un pescador local encontro dos baúles repletos de lienzos que ni siquiera se molestó en observar. Los tiró al mar.
Al final, Gaugin fue un genio, y como tantos otros, el llamado del arte fue definitivo.
Una de las últimas citas que se le recuerdan lo resume todo:
"Creo que el arte nace de una fuente divina y vive en el corazón de todos los hombres que han sido tocados por su luz celestial. Cuando uno ha probado las delicias del gran arte, se consagra a él inevitablemente y para siempre".

***
La historia de Gaugin es siempre causa de fascinación. Es uno de los arquetipos del artista que deja todo en favor de su arte, incluyendo la civilización. Gaugin lo dejó todo por la pintura: Su trabajo, su dinero, su status, sus amigos, su esposa y su vida burguesa. Aún cuando sufrió decepción tras decepción al no vender sus cuadros, el impulso de crear nunca le abandonó y continuó pintando hasta el último de sus días. No pintaba buscando fama, dinero o reconocimiento. Sus últimos cuadros, aquellos que aquel pescador lanzó a las aguas del pacífico, los pintó en una choza miserable, enfermo y solo, en el fin del mundo.
Es esta una característica de muchos artistas. Crean su arte porque es una necesidad para ellos. Una necesidad que está por encima de cualquier otra cosa.
Gaugin también representa uno de los últimos casos de aquellos artistas para quienes la burguesía y el dinero no representaban nada. Su arte en cambio lo absorbía todo. Insatisfecho con la vida en la ciudad, incoprendido por su familia, amigos y contemporáneos, fue uno de aquellos artistas que decidieron "bajarse del mundo". Huir hacía los confines del mundo civilizado. Hacia tierras sin explorar.
A inicios del siglo XXI ya no existen exóticas tierras vírgenes a donde "huir". Y el cambio en la connotación de la expresión "bajarse del mundo" es evidente. Y siniestro, si se piensa bien.

Sunday, May 20, 2012

Esta canción es un ejemplo del porqué no concibo mi vida sin la presencia de la belleza, la atmósfera, la compañía y la magia de la música.

http://www.youtube.com/watch?v=WGxNnnXTvKs&feature=related

Mientras otras bandas utilizan canciones de protesta o el uso de acordes agresivos y letras contundentes, Radiohead habla del infierno que viven los africanos día a día a traves  de la belleza de la melancolía. El contraste y el mensaje resulta brutal.

Saturday, May 19, 2012

Mi deuda con Carlos Fuentes


Este texto es para las tres personas a quienes le debo mi amor por la literatura: En orden de importancia, a mi madre, Lorena, a mi abuelo, Alfonso y a mi primo, Roberto.

Durante un viaje en automovil a Acapulco, un joven escritor colombiano que llevaba ya cierto tiempo viviendo en México, tuvo repentinamente una revelación. Llegaron a su mente las siguientes palabras:

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía habría de rocardar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo.

No bien llegaron estas palabras a su mente, tomó una decisión que seguramente no fue del agrado de su familia, ya que dio media vuelta y regresó a la Ciudad de México, y con ese parrafo comenzó a escribir "la novela que siempre quiso escribir", y que mi madre me regalaría muchos años después cuando cumplí 13 años. Aquel libro como muchos saben ya es "Cien años de soledad", y para mi fue uno de los tantos libros que me llevaron a esa pasión eterna por las letras.
Cuando estaba en segundo de primaria, fue mi madre quien me dio a leer -antes de que unos años más tarde me asignaran algunos de esos títulos en la escuela- El Principito de Antoine de Saint Exupery, Viaje al Centro de la Tierra de Julio Verne y Alicia en el país de las maravillas y Al otro lado del Espejo de Lewis Carroll.
Con el paso del tiempo, la lectura del hombre ilustrado de Ray Bradbury me llevaría a tomar de los estantes de mi casa las Crónicas Marcianas del mismo autor, dos de los libros que terminarían de cerrar mi adicción por leer.
No recuerdo que edad tenía exactamente cuando mi madre me dio por primera vez a leer una edición argentina de los sesentas de El guardian entre el Centeno, de Jerome Salinger. Aquella edición llevaba por título El Cazador oculto y fue una de las primeras traducciones al español de la obra de Salinger por lo que sospecho que es más antigua. Ese libro no solo aumentó mi amor por las letras, sino que es uno de los tres libros que más han marcado mi vida.
Con la lectura de Cien años de Soledad, tuve la suerte de tener estantes llenos de libros en los cuales encontré casi el resto de la obra de García Marquez y de toda esa generación de escritores latinoamericanos geniales que hasta el momento no ha encontrado un relevo.
Ahí en los estantes de mi casa estaban las obras completas de Borges, Historias de cronopios y de famas, Bestiario y Rayuela de Cortázar, La ciudad y los perros, Conversaciones en la Catedral y mas tarde La fiesta del Chivo de Vargas Llosa, Pedro Páramo y El llano en llamas de Juan Rulfo, La noche de tlatelolco de Elena Poniatowska, Los pasos de López y Relámpagos de Agosto de Jorge Ibargüengiotia,  El laberinto de la soledad y postdata de Octavio Paz, De Perfil, de Jose Agustín, así como Cristobal Nonato, La región más transparente, Agua Quemada y el primer libro de Carlos Fuentes que habría de leer: Aura.
Todo aquel que ama la literatura sabe que ese amor es una cadena sin fin y que cada libro te lleva al siguiente y al siguiente y al siguiente. 
Muchos años después, cuando cierto secretario de educación, en un intento por reinaugurar el index librorum prohibitorum de la inquisición condenó este libro, lo releí, lo aprecie más que la primera vez y no encontré por mas que lo intenté ningún motivo de escandalo aún al tratar de ponerme en el lugar de este siniestro personaje y de paso confirmé su estupidez así como el genio de Carlos Fuentes.
Dos de mis otras pasiones en la vida -odio utilizar el término de hobbie al referirme a ellos- son la música y la guitarra. Específicamente amo tocar blues.
Creo que existen ciertas similitudes entre el tocar blues, sobre todo al improvisar y tocar un solo, y la huella que deja cada libro que lees en tu forma de pensar y de ver la vida.
Cuando una persona toca un solo de blues, si bien necesita saber por lo menos la escala pentatónica mayor y menor de los 7 acordes, al momento de tocar -y en eso radica la belleza de escuchar y tocar blues- aquel que toca improvisa y toma diferentes caminos que son completamente impredecibles y diferentes cada vez. Es por eso que no hay dos solos de blues que sean iguales. Y es por eso que suele decirse que no existe un instrumento musical que refleje de forma más fiel las emociones de aquel que toca que la guitarra eléctrica, ni un género que se presté más al mismo propósito que el blues.
Pero, si bien, al improvisar se toman diferentes caminos, los grandes guitarristas de blues como Eric Clapton, Jimmi Hendrix o Stevie Ray Vaughan, enriquecen sus solos en base al uso de licks (Un lick es una secuencia de notas que se repite a lo largo de la canción y suele darle inicio, como  las primeras notas de Whole Lota Love de Led Zeppelin o Sunshine of your love de Cream) que han oído antes en canciones de BB King, Muddy Waters, Howlin Wolf, Freddie King, Son House, Buddy Guy o Albert King, quienes son algunos de los padres del blues.
La música de BB King hizo que Santana tomará una guitarra. Eric Clapton lo hizo por la música de Robert Johnson. Joe Bonamassa lo haría tras escuchar Further up on the road del mismo Claton, Stevie Ray Vaughan basó su estilo en la forma en que tocaba Albert King y Jimmi Hendrix fue influenciado, al igual que todos, por decenas de guitarristas, y en especial por Buddy Guy.
No solo fue la música de estos maestros del blues lo que inspiró a la siguiente generación. Su propia música y sus propias ejecuciones tomaron prestados riffs y el estilo de tocar de sus maestros.
La literatura hace algo muy similar en la vida del lector.
Cada libro que lees te deja algo. No siempre es una lección. También es necesario leer aquellos libros que nos muestran los peores errores del pasado si aspiramos a no repetirlos. Pero nuestra forma de concebir el mundo, de concebir la amistad, el amor, el trabajo, nuestra propia profesión, la sociedad en la que vivimos, nuestras metas, nuestros aciertos y errores esta influenciada, ya sea que estemos concientes o no de ello, por los libros que hemos leído -y releído (Alguna vez Borges dijo "Que otros se onrgullezcan de las páginas que han escrito, yo me enorgullezco de las que he leído y aún más de aquellas que he releído")
Y es en este punto en donde está mi deuda con Carlos Fuentes. Si bien he leído Aura y la Región mas transparente, existe un libro que publicó hace unos diez años que he releído por lo menos 4 o 5 veces. Es una recopilación de ensayos, que es el género que más leo, pero no es esa la única razón por la cual lo he leído tantas veces (Y citado otras tantas en este blog)
Ese libro lleva por título "En esto Creo", y en base a las letras del abecedario, Fuentes aborda todo tipo de temas, desde la amistad, el amor, el sexo, la literatura, Kafka, la muerte y la sociedad mexicana.
Los tres capítulos que más recuerdo son los que hablan de la amistad, de Silvia (Silvia Lemus, su ahora viuda), ya que no concibo un amor más grande que el que Fuentes le profesaba a su esposa en base a lo que escribió de ella en esas páginas, pero por encima de todo, el capítulo que habla del amor, el cual de hecho ya había citado -no en su totalidad- en este blog.
Las enseñanzas, las lecciones y la observación de la vida de una inteligencia tan colosal como la de Carlos Fuentes es algo invaluable. Y equivale a la inspiración y a los licks que los grandes maestros del blues le darían a todos los músicos que les siguieron en la creación de sus propias obras.
El arte imita a la vida y la vida imita al arte.
La muerte de Carlos Fuentes deja un vacío irremediable y definitivo, como todos los genios.

Tuesday, May 15, 2012

midnight blues

 El resultado final
 La guitarra original
 4 plumones



Agosto 2011

Esta guitarra también tiene una historia. Fue la primera strat que compre. Es importante para mí porque fue en esta guitarra en la cual aprendí a tocar blues, a lo largo de innumerables noches, buscando páginas útiles, escuchando canciones, buscando tonos y aprendiendo escalas.
Fue con esta guitarra con la cual inició mi obsesión por el  blues. Con el paso del tiempo y de ir aprendiendo las escalas y las técnicas, los bendings, el vibrato, licks, acordes y canciones, viendo una y otra vez videos de BB King, eric Clapton, Buddy Guy, Muddy Waters, Howlin Wolf y SRV, fue que el blues se convirtió en una obsesión. Una obsesión que después se convertiría en una necesidad y en una ayuda.
Pinté esta guitarra en una noche con 4 marcadores indelebles. No se si el resultado es bueno o malo, pero se hizo en una noche. El diseño no es mío.
En 1967, Jimmi Hendrix regresó de Inglaterra, en donde era ya una leyenda aunque era prácticamente desconocido en los Estados Unidos.
Jimmi tenía una strat roja que pintó de blanco a la mitad. Antes del concierto la terminó de decorar. Fue con este modelo con el cual dio la actuación mas legendaria de la historia del rock.
En la plenitud del verano del amor californiano, los hippies no estaban preparados para ver la feroz presentación de The Who, quienes también tocaron en el festival.
Según la leyenda, ni Jimmi ni The Who quería ser el acto final. De modo que Pete Townsend lo decidió con una moneda. Ganó su banda, quien salió y dio otra de las presentaciones más legendarias de la historia.
Parecía imposible superar eso. De hecho, solo había una persona en el mundo capaz de superar lo que The Who acababa de hacer. Y esa persona estaba presente aquella noche.
Jimmi fue presentado por Brian Jones e inició su presentación con una interpretación virtuosa e impresionante de Killing Floor de Howlin Wolf. La primera vez que ví a Jimmi tocar aquellos primeros acordes sentí un escalofrío. Hay algo fuera de este mundo en esa imagen.  La primera vez que lo ví mi primer pensamiento fue que no era posible que un ser humano fuera capaz de tocar así.
Fue esa guitarra a la cual le prendió fuego tras terminar con wild thing.
Y fue ese el modelo que elegí para pintar mi strat blanca.
Fue un regalo que entregué una noche después. Nuevamente, esa es otra guitarra que pasé tocando cientos y cientos de horas. Iniciaba tocando a las 9 o 10 de la noche y muchas veces el tiempo desaparecía y volvía a la realidad cuando veía a traves de la ventana que comenzaba el amanecer.
Midnight Blues es el nombre de una canción. Sin embargo, si existe un título perfecto para resumir la historia de esta guitarra en particular sería ese.
Casi ha pasado un año ya. Es increíble la cantidad de cosas que he vivido y la forma en la cual todo eso ha cambiado mi vida.
Las guitarras son objetos tan valiosos por la cantidad de cosas que simbolizan, las historias que encierran, los recuerdos que guardan y las canciones  y las cientos de horas de música que tocaron en su momento y que en cierta forma siempre conservaran dentro de si.

15 de Mayo, 2012

Monday, May 07, 2012

John tenía razón
and in the end...
the sound of music
el hombre que dejó la civilización para viajar al paraíso
mi deuda con Carlos Fuentes
el dulce sonido de una guitarra azul
la felicidad y el dinero
la discriminación y la salud mental
una profecía enunciada desde un mundo feliz
la esperanza electoral del 2012
the sun is gone, but I have a light...
norwegian wood
la desconcertante belleza de la melancolía
el diccionario del diablo
un digno homenaje a la estupidez humana
pensamientos al aire
la música y sus misterios
el poder de la contracultura
la esencia
la conciencia de la humanidad
las lecciones de la adversidad
la necesidad de expresión
heroes
"pasos gigantes hacia la deshumanización"
lecciones de esas temporadas
un cotidiano baño de realidad
el país de las maravillas
el discurso de Denise Dresser
de la importancia de valorar un argumento por su contenido y no por su autor
No podrás morir
el ensayo y el dogma
las enseñanzas que me dejo el Mein Kampf
simplificando las cosas
la resistencia pacífica y la denuncia militante
la venganza
entre el bien y el mal
mas sobre la libertad
la eterna persistencia
México, fines del año 2011.
la espiral descendente
sensación de presencia
disección del dolor negro
la única utopía posible
los ojos de la muerte
la última carta
la casa a la orilla del mar
Santa Inés
los peligros de la palabra
"Woke up this morning..."
el recuerdo de la ausencia
el otro fundamentalismo
odio y estupidez en la frontera
el grito y el silencio
la inexistencia de la democracia
el orden natural de las cosas
el verdadero dios
calibre 38
el hombre del desierto
la fábrica de consumidores
the drug of the nation
guerrilla artist
Die Religion... sie ist das Opium des Volkes
menos que humanos
un millón de asesinas
trendy sexy scum
si eres mujer y aspiras a sobrevivir en Ciudad Juárez...
de la guerra contra el narcotráfico y otras patrañas
los hombres que no aman a las mujeres
satyagraha
sobre la cuestión de las drogas
la doctrina del shock
el continente invisible
una plegaria
Ninfábula #1
de la libertad de expresión como realidad en los discursos e ilusión en la práctica
2 de Octubre
solo existe algo peor que un asesino...
no eres un objetivo de mercado
traficantes de fe
Have you ever feel down?
"Estimada Iglesia Católica, Apostólica y Romana:"
la aldea global
"la verdad los hará libres"
la sabiduría de Maquiavelo
la homosexualidad NO es una enfermedad
la forma correcta de expresar una blasfemia
apología para un junkie
"El hombre ha nacido libre"
¿Esto es Arte?
Contra el Islamismo .- por Salman Rushdie y otros intelectuales
"Fuego he venido a traer a la Tierra"
Una ingenua proposición
"Mata a los infieles donde los encuentres"
Darfur
Un libro puede cambiar al mundo
El hombre es el lobo del hombre
Aborto. Entre la vida y la elección. .- Carl Sagan
Augusto Pinochet .- 1915 – 10 de Diciembre del 2006
Gobiernos y empresas han desarrollado simbiosis para controlar el pensamiento .- Noam Chomsky
Experimentos en seres humanos durante el SigloXX
al pueblo, pan y circo
la lógica de los agresores
doble moral
pena de muerte
3 años de ocupación en Irak
los santos crímenes de la Legión de Cristo
un poco de información interna acerca del mundo de la publicidad
la opinión de la Iglesia
el círculo de la miseria
remedio para los insomnes...
fight club
contra - contracultura
trainspotting
"I´d rather be dead than cool"
apagar la TV es una opción
religión y poder
la verdad es mas importante que la belleza
el discreto encanto de la hipocresía
vivir en el olvido
"Las verdaderas intenciones del Tío Sam" por Noam Chomsky
época de sequía
las putas no existen
los nuevos sacerdotes
instrucciones para fabricar una bomba
entre seres humanos (Vs. homofobia)
un mundo para cada uno de nosotros
si quieres ser bello...
"toda mujer es una serpiente"
racismo
el sueño americano
Saint Dollar
salto al vacío
torre de Babel
orígenes de la maldad
eutanasia
libertad

god knows I´m a voodoo child

El termino voodoo child se utilizaba en las comunidades afroamericanas del sur de estados unidos para designar a una persona poseedora de un don fuera de este mundo. Ese es el título que eligió jimmi hendrix para la canción que hasta el día de hoy constituye el pináculo de la guitarra. Hendrix llevó a la guitarra eléctrica al extremo de sus posibilidades en esta canción.
Muy pocos se atreven a hacer covers de esta canción. Los mejores en mi opinión los hicieron Stevie Ray Vaughan (Otro Voodoo child) y Kenny Wayne Sheperd.
Y es que para tocar esta canción se requiere todo: habilidad, virtuosismo en la guitarra rítmica y en la principal, tener el instinto de un baterista, el ritmo de un bajista y el alma de un guitarrista. Se requiere precision absolutta al ejecutarla pero también se requiere corazón o "soul" (el termino en ingles es más exacto)
Esta es la guitarra eléctrica en su máxima expresión.
Desde hace tiempo descubri que por medio de la escritura podía expresar mis ideas de una forma mas clara y contundente de lo que soy capaz de hacerlo por medio de cualquier otra forma de expresión. De plasmar mis opiniones. De expresar mi desacuerdo con aquellas cosas que en mi opinión pueden y deben cambiarse.
Tal es el contenido de los escritos que contiene este blog.
Sin embargo el escribir requiere una energía y una fuerza que no tengo en este momento. Quizá por eso admiro a aquellos artistas en general que son capaces de crear en medio de la adversidad y de describir la tristeza o la desesperanza y hacerlo además por medio de una obra poderosa, bella. Sublimar el dolor y la adversidad por medio de ese don que solo poseen los artistas.

Yo no puedo escribir mientras me encuentro atravesando un momento así. Por esa razón es que recurro a otras formas de expresión que no requieren esa energía intelectual que exige la escritura y que permiten simplemente expresar lo que uno esta sintiendo sin ningún esfuerzo. Es ahí donde radica la fuerza del blues supongo. Y es ahí en donde radica la belleza y el poder de curar que tiene el tocar la guitarra y en especial tocar blues.
Es una de las razones por las cuales una guitarra se convierte en un objeto tan invaluable e importante para un guitarrista. Una guitarra ha estado ahí en los momentos más felices y también en los momentos más adversos. Es un objeto cargado de recuerdos de todas las épocas de nuestra vida. Nos trae a la memoria una infinidad de momentos, temporadas, personas, situaciones, circunstancias, emociones y vivencias. Es por eso que es algo irremplazable.
Hay una infinidad de cosas que viene a mi mente y que quisiera poder escribir. Pero no es el momento para ello.


Friday, May 04, 2012

El dulce sonido de una guitarra azul



"For me, guitar playing is almost like talking... because, you make satements. I feel this way or I feel this way..."
 
BB King
 
"This guitar here is such a pal, it´s a psychiatrist, it´s a god damn bartender, it´s a wife, its everything... Always I found I have a problem or something, I go for my guitar and play..."

- Les Paul
 Inventor de la guitarra eléctrica que hasta el día de hoy lleva su nombre

Yo no suelo usar nunca la palabra espiritual. Por lo menos nunca para referirme a ningún concepto religioso. La única actividad que me ha llevado alguna vez a pensar en esta palabra es el tocar la guitarra. Estas dos guitarras son irremplazables para mí. Por una razón que no puedo definir del todo, pero que entiende cualquier guitarrista. Por temporadas utilizó alguna más que la otra. No prefiero ninguna sobre otra. Son totalmente diferentes.
La guitarra negra es una epiphone dot es-335. Es más elegante y más vistosa y un modelo clásico de Gibson. La guitarra azul es la guitarra más popular del mundo, la stratocaster de Fender. Hermosa en su sencillez. El color se llama Daphne blue y por algunarazón creo que es el color pwerfecto para esa guitarra. Todo en ella es perfecto para mí. La cantidad y belleza de sonidos que produce es ilimitada.
Hay algo indefinible cada vez que uno toma una guitarra eléctrica y comienza a tocar. Es expresión pura sin pasar por ningún filtro. Sin pasar por la razón. Es expresión emocional. A veces necesitamos eso. Expresar algo sin ayuda de ningún tipo de idea. Solo emociones.
No importa que tan malo pueda ser un momento. Invariablemente el tocar la guitarra te saca del mundo por un instante. Sin darte cuenta todo desaparece y solo estas tocando.
Es una compañia insustituible. Al igual que un libro. Pero un  libro requiere concentración. Y no siempre a tenmos. La guitarra no requiere nada. No pide nada. No exige nada. Solo necesitas comenzar a tocar y el sonido de la stratocaster en la cuarta posición, en sonido acústico, esa combinación entre el microfono medio y el superior produce ese sonido dulce e inconfundible que mezcla esos tonos graves de la pastilla superior con el sonido dulce de la pastilla media, dandole al tono resultante una mezcla que no produce ninguna otra guitarra en el mundo más que la stratocaster.
Quizá una forma de ilustrar este sonido característico es el inicio de esta canción. El solo es también la muestra clásica de la fuerza y la estridencia de la pastilla inferior de la strat con distorsión.
Las cosas más valiosas de la vida no tienen ningún precio. La tranquilidad que produce el tocar una guitarra no cuesta nada. Es uno de esos placeres que están ahí al alcance de todo aquel que lo busque. La música es una cura para el alma.
El valor de un objeto no se mide por su precio. Estas dos guitarras no tienen precio para mí. Son insustituibles. Irremplazables. Valen más que cualquier otra cosa material en el mundo.

 

La primera strat que tve era blanca, con el fretboard de palo de rosa, a diferencia del de maple de la strat azul. Actualmente ya no tengo mi strat blanca. Fue en esa guitarra en la cual aprendí a tocar blues.
La stratocaster fue lanzada en 1954 por Leo Fender. La primera stratocaster fue concebida en Orange County, California. Su diseño inicial fue tan perfecto que no ha sufrido cambios desde entonces.
Practicamente no hay ningún sonido que no cubra la strat. Es la guitarra eléctrica más versatil qie existe.
De todas las guitarras eléctricas que existen la strat es probablemente la más imprescindible.
La razón por la cual una guitarra en particular se vuelve un objeto irremplazable para alguien que toca la guitarra es algo dificil de explicar. Podría deshacerme de todas las guitarras que tengo menos de estas dos. Si alguna vez perdiera mi strat azul sería una perdida definitiva, irremplazable. Claro que uno puede volver a comprar otra, pero una guitarra no solo se convierte en la favorita de alguien por su aspecto o su sonido. De todos los modelos que existen, la strat en este color me parece la más estética de todas. El sonido de la strat  es también diferente, característico y superior a cualquier otra guitarra. Pero además de eso una guitarra encierra memorias, recuerdos y cientos y cientos de horas que uno ha pasando tocandola.
Despues de unos años uno conoce una guitarra como la palma de su mano. Sabe exactamente la presión de las cuerdas y cuanto hay que doblar cada una para conseguir el sonido que uno espera obtener. Conoce la forma del cuello, la textura, los trastes. Puedes tocarla con los ojos cerrados, y conocer perfectamente cada minimo detalle de la guitarra por el tacto. O puedes pasar de los primeros tres trastes a los últimos sin voltear a ver el cuello porque sabes ya la distancia exacta que separa los unos de los otros.
Leo Fender comercializó la primera guitarra eléctrica de producción masiva en 1950 bajo el nombre de Broadcaster, nombre que tuvo que quitar en 1951 (Año en el cual se conocen simplemente como Nocasters) hasta 1952, cuando la guitarra adquirió su nombre definitivo, el cual mantiene hasta la fecha, ya que sigue siendo una guitarra indispensable para cualquier guitarrista: la Fender Telecaster.
4 años después, Leo lanzaba la Stratocaster como una versión mejorada de la Telecaster. El diseño externo de la stratocaster es estéticamente una obra de arte. Muy pocos objetos en el mundo permanecen sin cambios en su diseño tras casi 60 años de haber sido lanzados. Su diseño eléctrico es también asombrosamente sencillo y sin embargo, ni el sonido de la Telecaster ni el de la Stratocaster han sido nunca reproducidos nuevamente.
La strat tiene tres microfonos llamados single coils y un selector de 5 posiciones. La primera posición permite tocar la guitarra mediante el funcionamiento único de la pastilla inferior. Con distorisión proporciona el sonido más estridente y agresivo y suele asociarse al rock o al punk. La segunda posición permite la combinación de la pastilla inferior con la media, lo cual resulta en un sonido estridente y agresivo que no llega a los niveles de la pastilla inferior y resulta util sobre todo para solos de blues o para ritmos como el funk en acústico. La tercera posición permite que la guitarra funcione únicamente con la pastilla media. Es esta una de las posiciones más ultilizadas a lo largo de la historia por numerosos guitarristas como Eric Clapton o Jimmi Hendrix, ya que es el balance perfecto entre la estridencia de la pastilla inferior y los graves de la superior. La cuarta posición en acústico es la posición mágica de la strat. El sonido que resulta de la combinación de la pastilla superior con la media en acustico resulta en un sonido tan hermoso que se convirtió rápidamente e uno de los sellos distintivos de la stratocaster. Es un sonido grave pero con un tinte dulce que en las notas altas tiene un timbre que le hace sonar casi como un teclado o un clavicordio. Little wing de Jimmi Hendrix o la introducción de Yellow Ledbetter de Pearl Jam son ejemplos de este sonido. La quinta posición permite el uso único de la pastilla superior. Con distorsión e tono cero proporciona un sonido ideal para el blues, muy parecido al tono característico de BB King. Con el tono en 10 también rsulta ideal para el blues y en acústico su sonido es casi indistinguible de una guitarra acústica.
A esto debe sumarse la casi infinita combinación de posibles sonidos que resultan de esta sencilla disposición de los micrófonos. Con distorsión, para el blues mis dos posiciones favoritas son la quinta en tono cero y la cuarta, con el tono de la pastilla superior en tono 10 y tono de la pastilla media en tono 4. Tambien suelo usar la segunda posición con el tono de la pastilla media en 4 o en 7.
Nuevamente, cada guitarra suena diferente y encontrar el tono ideal para una canción en particular o el tono ideal a los oídos de cada guitarrista es una de las artes de tocar la guitarra. Mi strat es ligera, ya que esta hecha de arce, lo cual le da un tono diferente a una mas pesada, hecha de Agatis por ejemplo. Los tonos de la pastilla mediay superior de mi strat son perfectos para mí. Si pudiera cambiar algo sería el que la pastilla inferior tuvera un sonido más agresivo, como es el caso de la strat roja de mi hermano o de mi telecaster negra, cuya pastilla inferior ruge casi como un humbucker.
Aún así, esta es mi guitarra favorita. La única que conservaría si solo pudiera mantener una.
Además de mis libros, no existe otro objeto material que sea más importante que mi strat azul y mi dot negra. Una guitarra contiene parte de la esencia de la persona que ha pasado años y cientos y cientos de horas tocandola.
Existe una infinidad de diferentes modelos de stratocasters. Este en particular, con el fretboard de maple y este color lo ví por primera vez en las manos de Eric Clapton. Steve Winwood también usa una strat igual. Y por mucho tiempo George Harrison también. Cada guitarrista tiene su strat favorita. Esta es la mía.
eric clapton
steve winwood
george harrison

Después de morir, si me preguntaran cuales serían las posesiones materiales mas importantes, y que más representan lo que fuí, serían mis libros y mis guitarras, y entre ellas esa sencilla guitarra azul cielo, cuyo nombre en realidad es Daphne blue. Sería también el único objeto que eligiría llevar conmigo a donde fuera si solo pudiera cargar conmigo una sola de las cosas que poseo.

Wednesday, May 02, 2012

La felicidad y el dinero

Los grilletes de oro son mucho peor que los de hierro.

Gandhi

Creo que pasamos demasiado tiempo de nuestras vidas preocupandonos por trivialidades que consideramos importantes en base a haber sido educados y posteriormente adoctrinados por la sociedad para creer que existe una formula única que nos conduce a la felicidad. A menudo buscamos la felicidad en base a esa fórmula que nos impone la sociedad. Frecuentemente confundimos la felicidad que buscamos con una serie de  metas a alcanzar que más que reflejar un concepto propio e individual de bienestar, en esencia no es más que un compendio de convencionalismos sociales que aceptamos más por miedo al fracaso que por anhelo de la felicidad. Un concepto de fracaso que nos es impuesto por la presión de una sociedad que mide el éxito tomando como parámetro la prosperidad material, el status y el dinero.
Se suele usar la frase: "El dinero no compra la felicidad", sin embargo, en base a la observación, el dinero no compra la felicidad. El dinero es la felicidad.  Y si el dinero es el parámetro primordial, todos sus símbolos, equivalentes y medios para alcanzarlo son parte de una definición más amplia de esta felicidad.
Vamos a la escuela, estudiamos, cursamos una carrera universitaria, acumulamos dinero, consumimos bienes que le reflejan a  la sociedad nuestro éxito económico, con lo cual esperamos aceptación social y el  evitar el ser rechazados bajo la marca del fracaso.
Hasta aqui, la felicidad es un concepto dictado por la sociedad y equivale a la prosperidad material, de la misma forma que el fracaso es el miedo al rechazo y el rechazo a su vez el fracaso. Mediante el dinero buscamos también respeto. También lo buscamos mediante logros académicos como el terminar una carrera universitaria.
A fin de cuentas nada tiene de malo el procurarnos prosperidad material. No se trata de que el mundo entero practique la vida de un asceta. Nada tiene de malo ganarnos el respeto de los demás.
El problema, en mi opinión,  es buscar estos logros equiparandolos a la felicidad sin cuestionarnos si en verdad seremos felices -entendiendo la felicidad como un concepto individual que representa bienestar, satisfacción y el disfrutar lo que hacemos-  o solo socialmente aceptados.
No discuto ni critico si a alguien le basta la aceptación social para ser feliz.  Sin embargo, a menudo el miedo al fracaso que nos impone la sociedad nos lleva a consagrar nuestras vidas a conseguir dinero y aceptación social, solo para darnos cuenta que cuando llegamos a la meta, no somos más felices de lo que eramos hace unos años.
Es entonces cuando algunas personas se dan cuenta que en el pasado, pese a tener menos dinero solían ser más felices. Solo entonces, tras años de preocuparse por cumplir con las normas sociales caemos en la cuenta que el dinero no es la medida del bienestar personal, sino solo el parámetro con el que la sociedad mide el éxito.
La felicidad no es un fin que se alcanza cierto día para conservarse a perpetuidad. Es cambiante. Es posible. Existe. Pero creo que se compone de fragmentos de nuestra vida que van y vienen. A menudo, durante aquellos momentos de nuestra vida en que hemos sido más felices, no fuimos más conscientes de ello, ya que estabamos demasiado preocupados por alcanzar una felicidad que sin darnos cuenta, teníamos precisamente frente a nosotros.

Mi concepto de la felicidad es subjetivo, al igual que el de todos los demás. Creo que la prosperidad material juega un papel, pero solo hasta el punto de tener el suficiente dinero para no pensar en el. El bienestar es interno. Poco importa en donde nos encontremos. Importa más lo que hagamos. Disfrutar, o mejor dicho amar lo que hacemos parece algo facil, sin embargo es uno de los privilegios más raros y dificiles de alcanzar. Cuando llegamos a tenerlo, lo demás se facilita.
Dedicarnos a algo que amamos es algo que en mi  opinión es un requisito ineludible de la felicidad. La compañía de alguien también lo es. Siempre y cuando hayamos llegado a  ser felices solos. Solo entonces estamos en condiciones de complementar a otra persona. Este complemento no consiste en buscar aquello de lo que  carecemos - y que debemos tener- en alguién más, sino en esa compañía, en ese respeto mutuo, en esas experiencias, vivencias y enseñanzas que una y otra persona comparten. Enriquecer la vida del otro al tiempo que uno recibe lo mismo. No llenar las carencias propias mediante la busqueda de alguien que pueda darnos aquello que si bien nos falta, debemos construir nosotros, y no buscarlo en alguien más.
Es un concepto complicado. Lograr esto es dificil. Sin embargo creo que en ello radica la felicidad. El dinero es un parámetro muy pobre para definir la felicidad.
Es más fácil conseguir la prosperidad material y ser miserable en el intento, que ser feliz haciendo aquello a lo que dedicamos nuestro tiempo, aún cuando no nos repare una cantidad de dinero tan grande como aquel que vive para ello aunque odie lo que hace.

La felicidad es un espejismo. Existe. Pero cuando por un figaz momento nos damos cuenta de su presencia se ha ido y debemos comenzar de nuevo. Sin embargo, el haber sido feliz, por esos breves y fugaces momentos en los cuales habita la felicidad, basta para poder decir que todo valió la pena.
No es lo mismo vivir que matar el tiempo. El ser humano busca la felicidad. Es paciente. Pero en ocasiones las cosas parecen salirse de nuestro control. En ocasiones la paciencia tiene un límite. Y el cansancio un precio. La espera parece eterna. En ocasiones todo se conjunta. Y solo cabe esperar que la paciencia dure el tiempo suficiente para recuperar la confianza en que las cosas mejoraran.


Las palabras que decimos, que escribimos, que pensamos describen la realidad que desearíamos ver ante nuestros ojos. O reflejan nuestra inconformidad por aquello que vemos y que desearíamos poder cambiar. La palabra escrita es un testimonio de lo que fuimos, de la forma en que pensamos. De las cosas que anhelamos, que hicimos y dejamos de hacer, que nos gustaría haber hecho y que lamentamos haber hecho.

No existe un solo mundo. Existen tantos como seres humanos hay en el mundo. Lo dijo Oscar Wilde. Este mundo encierra un mundo propio para cada uno de nosotros. Ahí es donde debemos esforzarnos por vivir.  Ese es el mundo que debemos buscar.